Yolic - El Cubo en la lengua de El Dorado
Bajo un lengua gruesa,
una pieza de metal diminuta, casi invisible,
tallada hace tanto tiempo que el mismo tiempo se ha diluido
olvidándose de todo, completamente todo,
hace su trabajo silencioso, pegajoso y oscuro.
Tiene forma de cubo,
con el roce de sus facetas grabadas,
los surcos de una escritura anterior a la escritura
van desvelando sus secretos muy despacio.
Lectura por la lengua,
lenta, profunda,
venenosa,
tierna como el bocado de unos dientes de acero,
delicada como el frío invernal que arranca los dedos.
Lectura que se graba a pedradas silenciosas cuando estás dormido,
órdenes clasificadas en rígidas estructuras,
aceites del miedo,
rayos secretos que utilizan caminos encubiertos,
a escondidas de las células que mandan en el cerebro.
La leyenda del súper hombre continúa porque el cubo existe.
Aunque sus dueños se convirtieron en huesos,
y el hueso en harina,
y en polvo cósmico que se tragó la galaxia,
el cubo sigue existiendo.
Ahora anda bajo la lengua de un hombre que está dormido,
sobre la superficie de un satélite vigilado,
por un procedimiento tan secreto que se está reinventando frenéticamente cada instante.
El cubo existe.
Ahora está en la garganta de El Dorado.
¿Quién podría ser tan ingenuo y se atrevería a despertarlo?