Si escuchamos (pongo por caso) a Juanes, de Colombia, a Hevia, de Asturias, a Ken Ishi, de Japón, a Nacho Sotomayor, de chill-outlandia, a Beyonce Knowles, de los USA y a mi primo Diego el Cigala, de aquí mismo, todos, toditos, suenan a protuls por los cuatro costados, vengan de la cultura que vengan y practiquen el estilo que practiquen.
¿Es esta la tan famosa Globalización: que gracias a Roland un tío de Almeria suene igual que un rapero de la costa oeste y que unas niñas de Moscú?
¿Para esto se nos cae la baba cuando vemos una máquina nueva en las páginas de la Future Music?