Si hace unos meses nos hacíamos eco de la espectacular subida en la venta de vinilos en UK, donde a estas alturas ya se ha superado el millón de copias, algo muy similar ha sucedido durante este año en Estados Unidos. Según los datos recopilados por la industria discográfica, en 2014 se han despachado 7,9 millones de copias, un 49% más que en 2013. Se trata de la cifra más elevada desde que se instauró el actual sistema que contabiliza las ventas de música, controlado por la empresa Nielsen. Eso sí, en contexto este formato supone tan solo el 2% de todo lo que genera la música grabada en USA.
Son datos oficiales que siempre hay que poner en tela de juicio. Por un lado, no reflejan ventas reales, sino lo que sale de las distribuidoras hacia las tiendas. Por el otro, como siempre se ha apuntado desde el entorno de los fabricantes, no recogen las que se realizan en determinados circuitos, como el de los artistas que se autoeditan y venden únicamente en sus conciertos.
Paradójicamente, este crecimiento global tiene detrás situaciones delicadas, como la de los fabricantes que no tienen capacidad para hacer frente a la demanda y hacen las listas de espera se alarguen para las discográficas. De hecho, el Wall Street Journal le dedica un artículo a este problema en el marco de Estados Unidos, donde una sola empresa abastece a todas las plantas de cloruro de vinilo.
Más información | Wall Street Journal
Me dedico al periodismo, vivo en Galicia y lo que más me interesa es hablar de las nuevas formas de pagar, manipular y relacionarse con la música que han traído Internet y las facilidades para acceder a cierta tecnología.
