Lewitt Pure Tube, un micro a válvulas optimizado para voces
La firma austriaca Lewitt sigue mostrándose muy activa a la hora de lanzar nuevos productos. Si hace no mucho os hablábamos de la interfaz Connect 6 y del micro de directo MTP W950, ahora toca hacerlo del Pure Tube, otro micrófono, pero en este caso orientado al uso en estudios y optimizado para la grabación de voces.
Lewitt Pure Tube
Pure Tube es un micrófono de condensador con una cápsula bañada en oro de una pulgada y patrón cardioide que monta además una válvula 12AU7/ECC82 sobre un revolucionario circuito libre de condensadores y semiconductores. Una combinación de elementos que, según Lewitt, ofrece el sonido cálido e íntimo de los clásicos micros a válvulas, pero con un nivel de ruido propio ultrabajo, solo 7 dB, más habitual en otro tipo de micrófonos. Dicen los austriacos que Pure Tube brinda un sonido profundo, una imagen equilibrada y un rango de frecuencias altas suave y sedoso que es perfecto para la grabación de voces. El SPL máximo asciende a los 132 dB, mientras que el rango de frecuencias especificado va de los 20 Hz a los 20 kHZ.
Pure Tube llegará al mercado con dos opciones de compra: por un lado Essential Set, que incluye el micrófono, funda, cable y pinza; por el otro, Studio Set, que añade un soporte antivibraciones, un filtro antipop magnético y una maleta rígida muy resistente. Ambas opciones incluyen además una fuente alimentación independiente, que el fabricante describe como compacta, de bajo consumo y compatible con los sistemas eléctricos de todo el mundo. Y como apunte final, comentar que Lewitt ofrece diez años de garantía para su nuevo micrófono.
Precio y disponibilidad
Pure Tube Essential Set y Studio Set estarán disponibles a partir del 14 de junio de 2023. En el primer caso a un precio oficial de 999 €, y en el segundo a cambio de un poquito más: 1199 €. Los accesorios adicionales del Studio Set también se podrán comprar por separado.
Más información: Lewitt
Comunicador incansable en materia de tecnología musical. Dicen por ahí que de niño se cayó en una marmita llena de osciladores de baja frecuencia.
