LPD8 MKII y LPK25 MKII, los controladores compactos de Akai Pro, se renuevan
¿Quién le iba a decir a Akai hace algunos años que los controladores MIDI iban a ser un mercado tan suculento para ellos? Aunque lo cierto es que lo es porque hacen unos controladores bastante chulos y útiles que, salvo en las gamas más altas, mantienen precios de lo más contenidos. Y estos dos en concreto que protagonizan la noticia, el LPD8 MKII y el LPK25 MKII, sin hacer grandes alardes de funciones, están diseñados para brillar al lado de un ordenador portátil. Aunque nada impide usarlos dónde y cómo se quiera.
Akai Pro LPD8 MKII
Y ya que hablamos de Akai y los pads son lo suyo, empezaré hablando del LPD8 MKII, que es un controlador muy compacto que incluye 8 pads MPC genuinos con iluminación RGB (el modelo anterior solo se iluminaba en un color, si no me falla la memoria) sensibles a la velocidad, que además cuenta con 8 knobs (giro de 270º) y tiene una memoria interna para 4 programas. Sus dimensiones de 306 x 81 x 34 mm, y su peso de 390 gramos, confirman que es el compañero ideal de viajes para un portátil. Como detalle interesante, esta nueva versión monta conexión USB tipo B, en lugar del mini USB del modelo anterior.
Akai Pro LPK 25 MKII
La otra renovación corresponde al LPK 25 MKII, un teclado de 25 teclas sensibles a la velocidad y un rango de 10 octavas (mediante botón de cambio de octava, claro) que con sus 348 x 102 x 38 mm y su peso de 450 gramos tampoco se queda atrás en cuanto a portabilidad (aunque sí que es un poquito más grande que el LPD8 MKII). Incluye de serie un arpegiador con 7 modos y otras opciones de configuración. En este caso, las memorias disponibles a bordo son 8, y el conector USB también crece hasta el tipo B.
Precio y disponibilidad
Según Akai, tanto el LPD8 MKII como el LPK 25 MKII estarán disponibles en las tiendas muy pronto, a un precio de 59€ cada uno. Ambos modelos incluyen el software de producción MPC Beats y un editor MIDI para Windows y macOS.
Más información: LPD8 MKII | LPK 25 MKII
Comunicador incansable en materia de tecnología musical. Dicen por ahí que de niño se cayó en una marmita llena de osciladores de baja frecuencia.
