Polyend Tracker, mirando al futuro con raíces en el pasado
Tracker reúne en torno a una gran pantalla un amplio y moderno secuenciador por pasos, funciones para la interpretación, modo canción, muestreo, tablas de onda, tratamiento granular, control MIDI (con In y Out), o incluso radio FM integrada.
Una curiosa apuesta esta de Polyend, que permite disponer de un nutrido juego de recursos para poder crear temas completos. Curiosa porque el concepto ‘tracker’ que nos lleva 40 años atrás en el tiempo se recupera más de lo esperado, aunque engalanado con nuevas posibilidades que la tecnología permite hoy y las que las actuales formas musicales exigen.
Comentar qué eran los tracker para los que no los conocieron es complicado y no sé si tiene mucho sentido ante tanta evolución de esa idea como la que presenta Polyend. Con los primeros ordenadores personales las posibilidades para creación musical se limitaban al secuenciamiento MIDI, impensable abordar audio o instrumentos software en aquel momento. Los tracker, a través de software para ciertos ordenadores como los Commodore, permitían la carga y reproducción de pequeñas muestras y algunas pocas funciones de síntesis básica. Eran en ese sentido ‘auto contenidos’ sin requerir instrumentos externos y ahí estaba su interés. Un Fairlight o Synclavier para pobres, en cierta medida. Obligaban a crear en cada pista (típicamente monofónicas) una lista exhaustiva de órdenes para activar / desactivar notas o cambiar tal o cual parámetro. Todo a través de pantallas que eran todavía en modo texto. Órdenes parecidas a ver y editar en bruto mensajes MIDI en formato texto, por hacernos una idea. Todo un mundo laborioso de crear temas con las posibilidades de aquel momento.
Polyend Tracker llama la atención por su pantalla y su gran ‘dial’. Busca ofrecer un concepto parecido a aquellos tracker en hardware y aventajado tanto por calidad y variedad de sonido, como por las posibilidades de interacción, que hagan que la creación de temas no sea un tedioso escribir orden tras orden una lista interminable. Muy al contrario su amplia botonera puede usarse para disparar y grabar notas, crear patrones, imponer efectos diversos de repetición o animación de las notas en tiempo real y registrar esas acciones, selección de patrones, y un largo etc.
El secuenciador aporta funciones al gusto moderno, que facilitan la creación de grupetos, las transformaciones de los patrones, la aleatorización y el uso de la probabilidad para obtener secuencias que se transforman, el sometimiento a escalas, y otras. Las fuentes de sonido aportan reproducción (e incluso captura en mono) de muestras usando una tarjeta SD como almacenamiento, síntesis basada en wavetables, y tratamiento granular a partir de material grabado.
Admite la especificación de parámetros y efectos específicos sobre cada paso para lograr esa indispensable complejidad de control que caracteriza a tantos productos y músicas de hoy. Por supuesto cuenta con filtros, envolventes, y todo tipo de recursos para completar una síntesis adecuada al momento actual. La integración de instrumentos MIDI externos controlados desde sus pistas es factible.
El guiño al pasado llega a permitir la carga de ficheros .MOD que fueron el estándar en el mundo de los tracker.
La información es todavía muy incompleta, especialmente a la espera de que se publique el manual y con una brevísima lista de especificaciones en la que no asoman datos del número de pistas (aunque se aprecian con claridad 8 en alguna de sus pantallas), ni de polifonía, detalles de las capacidades de síntesis o de los efectos, ni de otras muchas cuestiones. Para aventurados y para absolutos fans de los tracker, el precio reducido en estos momentos en los que sólo puede hacerse pre-encargo a la espera de que lleguen definitivamente al mercado es de 499 euros.
Más información | polyend.com
Pablo no puede callar cuando se habla de tecnologías audio/música. Doctor en teleco. Ha creado diversos dispositivos hard y soft y realizado programaciones para músicos y audiovisuales. Toca ocasionalmente en grupo por Madrid (teclados, claro).
