Hace poco, los escandinavos de la revista Studio, con Mats Ståhlbröst a la cabeza, decidieron comprobar si el famoso micrófono todoterreno Shure SM58 es realmente tan duro como se dice. No se andaron con rodeos: lo utilizaron de martillo, lo tiraron al suelo desde una respetable altura, lo congelaron, lo sumergieron y lo atropellaron con un coche. También cometieron algunas tropelías con algo de Heineken y un microondas... Los "procedimientos" y el resultado de este test puedes observalos en el vídeo. Lo curioso es que el propio distribuidor de Shure en Suecia se prestó al experimento.
Nota: para los legos en inglés, "the microphone still just works fine" significa algo así como "el micrófono todavía funciona bien".
Visto en Create Digital Music.
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