Lo mejor: Sonido limpio y 'analógico', controles del panel, chasis resistente
Lo peor: Peso, 4 voces de polifonía, no incorpora FX ni pantalla
Datos de la unidad comentada
| Año de fabricación: 1995 | Precio pagado: 350 € (usado)
El primer sintetizador de la marca Clavia, lo compré bastantes años después de su lanzamiento (fabricado en 1995, lo adquirí en 2014) animado por las buenas criticas y porque su precio era relativamente bueno (más barato entonces que un Roland JP8080 de la misma época, por ejemplo, y mucho más económico que lo que había entonces, como Korg Radias).
La primera versión sólo contaba con 4 voces, y es necesario contar con la tarjeta de expansión de voces para ampliar a 12 voces. Eso limita las posibilidades sonoras. En los foros también se comenta que el sonido tiene un carácter más 'analógico' que versiones posteriores debido a factores técnicos (conversores de sonido, chips) y a la ausencia de efectos.
El sonido, comparado con un DSI Mopho que también tuve entonces, sí que me resultaba bastante 'analógico' al oído, con lo que sumado a la interfaz, con el panel lleno de controles a mano, hace que sea una delicia programar y experimentar con sonidos. Sin embargo, a la hora de grabar el sonido se quedaba un poco 'seco', por lo que es necesario contar de unidades de efectos externas para sacarle todo el provecho. En aquel entonces experimenté con rack de efectos de TC-Electronic y sí que mejoraba bastante el resultado a la hora de usarlo junto a más instrumentos.
En cuanto a la portabilidad, punto negativo para el peso de la unidad, que si bien es resistente tiene un volumen similar a un Roland JV de la misma época, con lo cual está más pensado para estudio que para llevar de actuación, a menos que se cuente con un mueble rack para transportarlo. La implementación MIDI es correcta, si bien el panel no incorpora una pantalla, sólo un contador numérico que comparte tanto para indicar presets de sonido como para configurarlo.
En resumen, un sintetizador con encanto, aunque con sus limitaciones en ciertas situaciones a tener en cuenta. El sonido ha envejecido mejor que en otros VA de la época por lo que sigue siendo bien valorado en el mercado de segunda mano.
Lo mejor: Sonido limpio y 'analógico', controles del panel, chasis resistente
Lo peor: Peso, 4 voces de polifonía, no incorpora FX ni pantalla
La primera versión sólo contaba con 4 voces, y es necesario contar con la tarjeta de expansión de voces para ampliar a 12 voces. Eso limita las posibilidades sonoras. En los foros también se comenta que el sonido tiene un carácter más 'analógico' que versiones posteriores debido a factores técnicos (conversores de sonido, chips) y a la ausencia de efectos.
El sonido, comparado con un DSI Mopho que también tuve entonces, sí que me resultaba bastante 'analógico' al oído, con lo que sumado a la interfaz, con el panel lleno de controles a mano, hace que sea una delicia programar y experimentar con sonidos. Sin embargo, a la hora de grabar el sonido se quedaba un poco 'seco', por lo que es necesario contar de unidades de efectos externas para sacarle todo el provecho. En aquel entonces experimenté con rack de efectos de TC-Electronic y sí que mejoraba bastante el resultado a la hora de usarlo junto a más instrumentos.
En cuanto a la portabilidad, punto negativo para el peso de la unidad, que si bien es resistente tiene un volumen similar a un Roland JV de la misma época, con lo cual está más pensado para estudio que para llevar de actuación, a menos que se cuente con un mueble rack para transportarlo. La implementación MIDI es correcta, si bien el panel no incorpora una pantalla, sólo un contador numérico que comparte tanto para indicar presets de sonido como para configurarlo.
En resumen, un sintetizador con encanto, aunque con sus limitaciones en ciertas situaciones a tener en cuenta. El sonido ha envejecido mejor que en otros VA de la época por lo que sigue siendo bien valorado en el mercado de segunda mano.