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Korg Sigma (1979)
Descripción
El Korg Sigma es un sintetizador bitímbrico con teclado de 37 notas lanzado en 1979. Dispone de dos secciones: Sintetizador, con 1 VCO, con onda cuadrada, de pulso y diente de sierra en diferentes rangos, filtro pasobajo/pasoalto de 12 db/octava, 1 LFO y 1 VCA con ataque y decay, modulador en anillo (que es más bien un mezclador de cruce), y un generador de ruido. La parte Instrument ofrece 11 sonidos preset, con un control para cada uno.
Opiniones de usuario (4)
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Lo mejor: Sonidos listos para usar
Lo peor: El precio actual de segundamano
Es un sintetizador creado para no perder tiempo en parametrizar filtros osciladores etc y mas, en directo. Su campo son los leads o sonidos instrumentales. No podriamos decir que es un sinte limitado ya que la sintesis auditiva no es lo suyo por que no lo han fabricado para tal. Si quiero crear sonidos optaré por un ms20 que este mismo no tiene memorias como el Sigma, por lo cual tambiem podriamos decir que es limitado por no tener memoria... En los años 70/80 no hablamos de *limitado" sino de "adecuado para".
En otras palabras, le tocaba al mùsico el conocer las propiedades de sus instrumentos. Yo lo tuve y me gustó mucho al igual que su hermanito el M-500 Micropreset. Una flauta, el triangulo, la pandereta son limitados? Mientras que cumplan sus objetivos, no lo son. -
Lo mejor: El sonido vintage
Lo peor: Limitado
Me dejó muy indiferente tambien cuando lo tuve hace años. Recuerdo que venía con un flightcase de madera, y en casa al conectarlo, sin efectos ni nada ,pues eso, me sonaba mejor en sonido monofonico que haciendo otras cosas. Las combinaciones de parametros, sencillas, pero habia algo en el que si me gustaba. Aun asi preferi mas tarde el Lambda, que tambien me duró poco aunque su sonido era muy bueno y melodico, pero eso con pocas opciones. El mejor sin duda fue el Trident. -
MOD
Lo mejor: Interesante añadido si lo consigues barato, cosa difícil
Lo peor: Escasez de parámetros, arquitectura rígida
Tuve un Sigma durante unos meses hace ya tiempo, y me pareció un sinte extraño. Tiene tres grandes secciones de control en el panel frontal: efecto, sinte e "instrument". Estas dos últimas son las que generan el sonido y por tanto es un sinte bitímbrico; la parte de efectos se aplica al resultado de las otras dos.
La programación es muy escasa: está basado en presets que se activan con unas grandes teclas interruptoras tipo órgano. Cada una de estas teclas lleva encima un potenciómetro para controlar un único parámetro preseleccionado de ese sonido concreto (por ejemplo: del sonido de flauta podemos controlar el tono, de las cuerdas el ataque... y de los parámetros de sinte, que son combinaciones de ondas, sobre todo el ataque/release y decaimento). En total hay 19 de estos presets.
A la izquierda del pequeño teclado (37 teclas, pero de tamaño completo, aunque algo toscas) hay una buena dotación de controles: un joystick de pitch bend y vibrato, otro para manejar el filtro, botón de activación de portamento, ajustes de sensibilidad del teclado, balance de mezcla entre sinte y cuerdas, y volumen general. Nada mal en este apartado.
¿El sonido? A mi me dejó bastante indiferente. La parte Instrument es un poco terrible la verdad, en sus lamentables intentos de imitar sonidos reales, como tantos de la época. La parte de sinte está interesante, y se pueden sacar sonidos de bajo decentes y añadir algo de gracia combinándolos con la parte Instrument, pero el recorrido general del sinte es corto debido a la escasez de parámetros disponibles.
Por supuesto, ni MIDI ni memorias, sólo control CV/trigger. Se piden burradas por él debido a la fiebre analógica, por encima de 1.000 euros. A esos precios creo que hay opciones vintage mucho más atractivas.
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Una de sus principales virtudes es lo cerrados que...
por Nathan Cifuentes
Lo mejor: Nada
Lo peor: El precio de segunda mano.
El teclado es vintage y muy bonito, pero es lo único que tiene.
Yo tuve uno hace más de 10 años y me costo 300 euros, que creo que es su precio justo. Pero como ha dia de hoy parece que lo vintage mola mucho aunque no valga ni pa pipas.
En resumen, ni chicha ni limoná