Waldorf Streichfett (2014)

Llevo unos cuantos meses con este trasto en casa y, la verdad, no puedo estar más contento con él. Su sonido es realmente espectacular. Casi me atrevería a decir que es la máquina de pads perfecta. Su sonido es rico y cálido, sus efectos enturbian lo justo como en las antiguas máquinas de cuerdas... de las que se olvida uno para siempre, por cierto.

Es realmente increíble que una máquina de muy poco más de 200 euros pueda sonar tan bien.

Su interfaz no es de mi gusto, pero es lo bastante clara como para ponerte a modificar parámetros tan pronto sale de la caja.

En mi opinión tiene tres fallos serios: 1) la falta de un conector de encendido (de verdad, ¿tanto sube el precio un interruptor?); 2) no responde a la velocidad, lo que perjudica la expresividad de sus sonidos; y 3) Sólo tiene 12 memorias de usuario.

Le vendría muy bien contar con editor software, sobre todo si incorporara una función de librería.

Desde luego, si se tiene en cuenta su precio y su sonido, pocas pegas se le pueden poner.

Esta cajita hace que te despreocupes, por un precio irrisorio, de máquinas de cuerdas y algunos sonidos órganos básicos. Lleva un extra de sonido de sintetizador que también puedes usar.

Con sus botones se programa rápido y fácil, pero si te metes a través de MIDI puedes retorcerlo de verdad.

¿Inconvenientes? Vamos a buscar uno absurdo: no tiene teclas.

Esta cajita hace que te despreocupes, por un precio irrisorio, de máquinas de cuerdas y algunos sonidos órganos básicos. Lleva un extra de sonido de sintetizador que también puedes usar.

Con sus botones se programa rápido y fácil, pero si te metes a través de MIDI puedes retorcerlo de verdad.

¿Inconvenientes? Vamos a buscar uno absurdo: no tiene teclas.