Con MODX Yamaha pone al alcance de los mortales mucho más Montage de lo que esperábamos, casi al 100% a efectos prácticos. Ofrece una poderosa combinación de síntesis basada en muestras (AWM2) y por modulación en frecuencia (FM-X) a tamaño, peso y precio reducidos.
el 15/11/201850
Lo mejor: Completa workstation, perfecta para directo. Sonido de alta gama con amplias prestaciones. Alta relación calidad-precio.
Lo peor: Mal manual, falta de plantillas e información. Configurar y programar sonidos DX es engorroso. El acabado demasiado plasticoso y medidas muy voluminosas.
Gracias a la pantalla táctil y un buen diseño en la disposición de los botones, el manejo es muy intuitivo aun sin abrir las instrucciones. La programación de nuevos sonidos de sintetizador DX es tan engorrosa como siempre. Crear nuevos sonidos en capas es muy fácil, además de contar con multitud de potentes efectos. La parte de la workstation es muy accesible, sigue el mismo procedimiento que en cualquier DAW. Buen diseño de las pantallas con lo que aumenta considerablemente la usabilidad.
La integración con un ordenador es compleja en un principio, pese a ser muy sencilla en realidad. Tanto en el manual, como en la web de Yamaha está explicado desastrosamente. La solución es ver algunos tutoriales en Youtube. A tener muy en cuenta la posibilidad de utilizarlo como tarjeta de sonido, tanto para grabar audio externo hacia el DAW, como para grabar en digital a alta resolución los sonidos del MODX8. Es decepcionante que la integración con Cubase AI 10.5 (incluído con el teclado) no cuente con plantillas de instrumento y resulte engorroso configurar el MODX8 como superficie de control del DAW. Por cierto, igual de complicado que con cualquier otro DAW, para los que tampoco cuenta con plantillas de instrumento. Como es habitual, a Yamaha se le olvida que facilitar estos detalles a sus clientes, es uno de los aspectos que aporta valor a la marca.
Sobre el teclado, entramos en el eterno debate entre los teclistas. Como propietario de un Roland RD-700 desde hace años, junto otros tres teclados controladores de 88 teclas, mi valoración es de un notable, pero no el sobresaliente del teclado Roland. Las teclas tienen muy poco recorrido, por lo que al principio resulta un tanto extraño para ser un teclado contrapesado de piano. Una vez que me he acostumbrado al nuevo tacto, me parece notable. Muchísimo mejor que los espantosos teclados controladores Fatar, M-Audio, etc y mas sólido que los teclados semicontrapesados o cualquier otro montón de plástico de la mayoría de fabricantes. Después de un mes de uso intensivo, comparando precios y prestaciones con el resto de productos equivalentes del mercado actual, sin ninguna duda, el mejor. Por eso lo compré... y por fin después de muchas decepciones, esta vez no me he equivocado.