Thomann celebra el centenario de su fundador

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La luz irrumpe débilmente a través de las ventanas en este lluvioso día de febrero. A través de la puerta entreabierta se puede percibir en silencio el ajetreo de la tienda. En algún lugar del departamento de metales, un cliente está probando una trompeta. Los bajos retumban a través de las paredes desde la sala de PA.

Huele a madera y a papel viejo. De las paredes cuelgan innumerables fotos, testimonios e instantáneas: los niños, la familia, las mesas ricamente dispuestas. Un Opel Admiral junto a su orgulloso propietario. Y siempre... la música.

El escritorio del antiguo despacho de Hans Thomann senior, en la primera planta de la tienda, está casi inalterado; desde su silla de oficina tenía una buena vista del estanque del pueblo y de la pequeña capilla en el corazón de Treppendorf: un pueblo idílico de la Alta Franconia en aquella época, al igual que hoy.

La habitación resplandece con los recuerdos, que se amontonan en todos los rincones. Decenas de carpetas con contratos y facturas que se remontan a los años 50, catálogos de fabricantes de tiempos pasados, cajas llenas de lápices con los logotipos de las empresas de antaño.

Gabriele Röder-Thomann rebusca. "Mi padre lo guardó todo", dice entusiasmada. La emoción en su voz es inconfundible. Y con cada recuerdo que se desliza por sus manos en esta mañana, queda claro que no tirará nada. Nada que represente la historia de su familia y los inicios del negocio musical de su padre.

Hans Thomann senior nació el 26 de febrero de 1922 en el seno de una familia de agricultores, una familia en la que la música era la excepción. El padre Johann, albañil de formación, era un hombre muy estricto que sólo tenía la granja en mente. Esperaba que su hijo aprendiera un oficio y, con el tiempo, siguiera dirigiendo la granja familiar.

En cuanto Hans senior pudo caminar, ayudó mucho. Por la mañana temprano, antes de la oración, llevaba a las vacas a pastar. Cada día era un día de trabajo. Trabajaba de la mañana a la noche.

Pero con cada nuevo día, maduraba en él un pensamiento, un deseo anhelante. No quería arar los campos, limpiar los establos y acarrear grano toda su vida. Hans senior quería tocar. Preferiblemente la trompeta.

Sin embargo, el padre comprendía poco sus ideas, a diferencia de la madre, Elizabeth. Ella tenía los oídos abiertos para el amor de su primogénito. Le pasaba dinero en secreto. El presupuesto para la primera trompeta, para las partituras, y más tarde para el profesor de música, que reconocía y fomentaba el potencial de Hans Senior. El sueño se iba haciendo realidad poco a poco.

"Tenía mucho talento", dice su hija Gabriele sobre su padre, que aprendió por su cuenta a tocar el saxofón, la guitarra hawaiana y el clarinete. Durante sus años de vagabundeo tras la Segunda Guerra Mundial, hizo carrera como primer trompetista y artista de talento en el Circo Hellas. Pero no sólo eso.

Más tarde continuó sus estudios con el profesor Richard Stegmann, que ya era una luminaria de la trompeta en vida, en el Conservatorio Estatal de Música de Baviera, en Würzburg, e incluso emprendió el arduo viaje de una hora en bicicleta y en tren para hacerlo. Y, por supuesto, se le pudo ver en innumerables escenarios de su país natal como virtuoso y conmovedor músico de viento metal.

Con su Bárbara, apodada "Betty", no sólo se casó con el amor de su vida a finales de mayo de 1958, sino que también encontró en ella a la mujer que le apoyaría incondicionalmente en su eterna pasión por la música.

Una pila de fotos en blanco y negro descansa sobre el viejo escritorio. Los nombres de las bandas están escritos con una hermosa letra. Sólo los peinados permiten adivinar la antigüedad de las fotos. "Aquellos eran los años locos, todos nuestros clientes venían aquí muy a menudo. Y en realidad estábamos siempre en el negocio, siempre trabajando, toda la familia", informa Gabriele. Normal cuando tu casa paterna es también el centro del mundo para los músicos.

La Musikhaus Thomann fue fundada por Hans senior en 1954 en la granja de su madre y su padre, al principio como negocio ambulante. Mientras la selección alemana juega contra Hungría y se lleva a casa el título de campeona del mundo (el "Milagro de Berna"), Hans Thomann senior se sienta en su moto después de terminar su trabajo en la granja y el campo y visita por las tardes a las bandas de música que ensayan en pubs y bodegas. En su equipaje hay numerosos instrumentos, que vende a hombres y mujeres para obtener un beneficio.

Los mismos clientes se acordarán de él años después y acudirán a su tienda de música en Treppendorf. Hans Thomann senior se ha ganado una excelente reputación en sus giras nocturnas. Y a los clientes les gusta venir por los buenos precios sin competencia, la posibilidad de pagar a plazos y porque siempre se puede hacer música en Treppendorf; no importa la hora.

La tienda de música crece con los años y las décadas. Pero aunque las dimensiones son cada vez mayores, se amplía y se transforma, y cada vez acuden más clientes al pequeño pueblo. Hans Thomann senior sigue siendo modesto y tiene los pies en la tierra; un importante y valioso rasgo de carácter que transmitió a sus hijos.

Con su esposa Betty tuvieron cinco hijos: Elisabeth, la primera hija, vio la luz en 1959. Gabriele nació dos años después. En agosto de 1962 la pareja tuvo un hijo: Hans Thomann junior. En 1964 nació su hija Doris y tres años y medio después su segundo hijo, Stefan.

Todos los hijos de Thomann siguen trabajando en la tienda de música. El 1 de enero de 1990, Hans Thomann junior tomó las riendas de la empresa. Las hermanas y hermanos siguieron trabajando juntos, o regresaron tras unos años fuera del negocio de su padre. Incluso algunos nietos y bisnietos se incorporaron a la empresa en años posteriores.

E incluso después de cederla a sus hijos, Hans Thomann senior seguía al pie del cañón: la jubilación era un concepto extraño para él. Musikhaus Thomann, una empresa familiar hasta la médula.

Pero Thomann también estaba conquistando el mundo de la música de forma digital. El uso de Internet como canal para los pedidos online se estrenó en 1996 en Treppendorf. A partir de entonces, se produjeron grandes acontecimientos. Hans Thomann senior dio un paso atrás y vio cómo sus hijos daban forma a la empresa con sus ideas y visiones y la llevaban a un éxito sin precedentes a medida que pasaban los años.

La admiración por las habilidades de sus hijos también se refleja hoy en lo que Gabriele dice de sus hermanos. Habla con gran aprecio de los últimos años, de los retos y de cómo cada uno aporta su talento a la empresa. "A veces me pregunto de dónde viene esta fuerza, esta energía. Probablemente siga siendo la pasión la que nos guía y nos impulsa". Habla de la especial cordialidad y familiaridad en el trato con la gente. Y del ambiente relajado que sienten y viven todos los empleados de "T-dorf". "Aquí todos se apasionan por su trabajo y lo hacen con celo. A nadie importa ensuciarse las manos", afirma Gabriele con entusiasmo.

Así era incluso entonces, cuando los clientes se paraban delante de la puerta cerrada de la tienda porque Hans senior seguía ocupado en el campo. "Se ponían a trabajar y ayudaban a traer el heno para ir más rápido". Una mentalidad tan entrañable como típica de la región de la Alta Franconia, en la que sigue operando la tienda de música Thomann, aunque la corporación global se haya convertido recientemente en una empresa multimillonaria.

En 2004, Hans Thomann senior se despidió de la etapa de la vida. Deja a su mujer Betty y a sus hijos un negocio próspero con sólidos cimientos.

Habría cumplido 100 años el 26 de febrero de 2022, y sin duda se sorprendería de lo que sus hijos han hecho con la empresa en su ausencia. Cómo han sido capaces de imponerse a las profecías de la fatalidad, a los gigantes del transporte marítimo online y, más recientemente, a una pandemia mundial.

Las señales apuntan al futuro en Treppendorf. Al igual que su padre, Hans Thomann hijo invierte todos los beneficios en la empresa: un crecimiento saludable, en lugar de maximizar las ventas a cualquier precio. La fidelidad de los clientes a largo plazo a través de un servicio excelente y un amplio surtido, así como productos buenos y baratos: estos fueron, y deben seguir siendo, los factores decisivos del éxito.

En la actualidad, los hijos y nietos de Hans Thomann senior defienden los valores que ejemplificaron su padre y su abuelo. Siguen dirigiendo la empresa con su espíritu, siempre con el deseo de acercar la música a la gente, promover la alegría de la música y hacerla accesible a todos.

Ha dejado de llover. El sol destella un poco a través del cielo nublado. Gabriele Röder-Thomann tapa la caja de fotos y exhala con calma. A veces, mirar hacia atrás es tan importante como mirar hacia delante.

En los próximos años hay muchas cosas planeadas en Treppendorf. La tienda se va a modernizar y a ampliar de nuevo de forma significativa. Actualmente se está construyendo un tercer edificio administrativo y un gran aparcamiento para clientes y empleados. En 2024, Musikhaus Thomann también celebrará su 70º aniversario. Se está escribiendo un nuevo capítulo.

Y Hans Thomann senior sigue ahí, en la pasión de sus hijos por la música, en su sentido de los negocios... y en los corazones de todos los empleados que tuvieron la suerte de conocerle. Sin él y su pasión nada de esto habría sido posible.

Gracias, Hans.

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