Ayer nos dejó Eddie Van Halen con sólo 65 años de edad, finalmente vencido por un cáncer de garganta que arrastraba desde hace más de una década. Fue uno de los guitarristas más influyentes del siglo, pero no todos saben que realmente empezó como pianista. No en vano, firmó una de las líneas de sintetizador más famosas y potentes de la historia. Sí, esa que intentaste tocar nada más comprar tu primer sinte y sonaba decepcionantemente floja.
Eddie y las teclas
Eddie nació en Ámsterdam el 26 de enero de 1955. Su padre, Jan van Halen, era clarinetista, saxofonista y pianista, y le introdujo en la práctica del piano desde los seis años, uno antes de mudarse a California. Como él mismo dijo, llegó a América "con 50 dólares y un piano".
Curiosamente y a pesar de esta formación clásica, en una entrevista para Esquire confesó que nunca llegó a leer partituras, tocando siempre de oído. Para los recitales de piano que daba en Pasadena, se aprendía las piezas de memoria. A pesar de eso, consiguió algún que otro premio local como pianista; en uno de ellos, el jurado le comentó que había hecho una “interesante interpretación” de un tema clásico, a lo que él respondió: “¿Cómo? ¡Creía estarlo tocando correctamente!”.
Sin embargo, el piano no enamoró a Eddie como sí lo hizo la guitarra, inspirado por su hermano Alex y la gran influencia del rock en ese momento. Así que cambió de instrumento, pero algo quedó de su paso por las teclas de marfil, como la historia se encargaría de demostrar.
Su banda Van Halen arrancó ya con grandes éxitos desde 1972, y se hizo famosa por su virtuosismo guitarrístico y unos riffs de guitarra masivos, espectacularmente ejecutados con su técnica de tapping a dos manos. Pero a principios de los 80, Eddie pensó que era hora de ampliar horizontes sonoros. En ese momento, sus dedos volvieron a ponerse sobre las blancas y negras, pero esta vez más blandas: las teclas de un Oberheim OB-X. La línea de sinte de Jump, concebida en 1981 y rechazada por la banda repetidamente —qué es eso de dar protagonismo al sinte en un tema de rock—, acabó tomando forma en el álbum 1984 y convirtiéndose en el éxito absoluto de Van Halen.
El sonido de Jump
Los riffs guitarreros de Eddie eran grandes y contundentes como su talento, por lo que también tenían que serlo sus líneas de sinte. Ahora bien, el sonido de “Jump” no es especialmente exigente a nivel de síntesis. Vamos a reconstruirlo rápidamente con un sinte gratuito, el OB-Xd de DiscoDSP, para que todos podáis imitarlo. Este ha sido nuestro intento (fijaos en cómo están asignados los parámetros de osciladores, filtro y envolventes):
Y así queda el resultado:
Nos ha faltado brillo —¡entre otras cosas!—, pero el sonido fundamental parte de esa base. Los elementos principales para su construcción, partiendo de una máquina de dos osciladores como era el Oberheim, serían estos:
- Los osciladores, asignados a diente de sierra, ligeramente desafinados entre ellos.
- Filtro muy abierto.
- Envolvente de filtro con ataque muy rápido, decay intermedio, sustain bajo y release medio.
- Envolvente de amplitud con ataque muy rápido, decay y sustain lentos, y apenas release.
Añade un poco de chorus y reverb, y lo tienes hecho: un exuberante sonido de brass analógico clásico que llena el rango de frecuencias. Si haces como Eddie y lo grabas a través de un stack de amplificadores Marshall, con un OB-X de verdad, demolerás lo que se ponga por delante.
Como curiosidad, el Oberheim que aparece en el famoso videoclip de Jump es un OB-Xa, pero el que se utilizó en la grabación del disco fue realmente un OB-X, una versión anterior y más inestable, pero con fama de tener un sonido más grueso.