Después de haber comenzado la nueva serie de artículos sobre la historia del DJ con un repaso a la figura de David Mancuso, me di cuenta de que realmente debía haber empezado por algo anterior, concretamente por el origen del término “disc jockey” a la vez que por la primera persona que fue designada bajo dicha creación lingüística. Pero como nunca es tarde para arreglar los errores, vamos con ello esta semana.
Walter Winchell, el creador del término
Walter Winchell era un periodista neoyorquino nacido a finales del sigo XIX que aunque no cursó estudios universitarios como tal, tuvo en papel muy relevante en la radio y los tabloides norteamericanos. A la tierna edad de 13 años abandonó los estudios para unirse como bailarín a una compañía de vodevil con la que buscó salir de la pobreza que se vivía en su barrio de East Harlem, zona de inmigrantes de bajos recursos económicos a principios de siglo –Winchell era hijo de inmigrantes rusos–. Su relación con el mundo de la comunicación empieza a través de este mundo del espectáculo al que se unió, ya que conoció la publicación Billboard –en aquella época era poco menos que un folleto del mundo del espectáculo– y comenzó a enviar noticias cortas a dicha publicación.
Gracias a lo que le publicaron en Billboard logró en 1920 un trabajo de columnista en la publicación The Vaudeville News, para después en 1924 pasar al Evening Graphic y finalmente en 1929 al New York Daily Mirror. A partir de ahí se disparó su popularidad como periodista de sucesos y chismorreos del mundo del espectáculo y las socialités, y se hizo famoso por el uso que hacía de sus contactos en el mundo del espectáculo, la política y el crimen organizado, tanto para informar como para ningunear a colegas de profesión que se enfrentaban a él. También se hizo célebre su ingenioso uso del lenguaje –algo poco habitual en el tipo de periodismo que practicaba– y su afición por inventar expresiones graciosas o con doble sentido: a los recién casados los llamaba “adanyevizados” y a las mujeres embarazadas las llamaba “infanticipadas” –traducción aproximada de las expresiones que inventó en inglés–.
En 1930 comenzó su trabajo como comentarista de noticias en la radio, concretamente en la emisora WABC de Nueva York, y más tarde en 1935 estuvo en la WNEW, donde coincidió con Martin Block, el segundo –y auténtico– protagonista del artículo. Walter Winchell cuando se refería a su compañero Block durante sus locuciones lo hacía como “the disc jockey”, expresión fruto de su gusto por usar expresiones ingeniosas en el periodismo que practicaba.
Martin Block, el disc jockey
Bueno, y muchos pensarán ¿por qué se refería Winchell a Block como “the disc jockey”? Pues porque Block se pasaba el día entre discos, de hecho su programa era uno de los pocos basado íntegramente en la reproducción de discos. Hasta aquel momento, los programas radiofónicos musicales estaban principalmente basados en actuaciones en directo de orquestas, bandas o solistas, la idea de un programa de radio basado íntegramente en música grabada era algo que a los directivos de las emisoras les parecía de un éxito bastante improbable. Sin embargo Block no lo veía así, anteriormente había trabajado en la emisora KFWB de Los Angeles donde pudo observar al locutor Al Jarvis realizar el programa “Make Believe Ballroom”, basado en música grabada. Ni corto ni perezoso Martin Block copió el formato y nombre del programa, aunque lo hizo a su manera, “haciendo creer” –make believe– a sus oyentes que se encontraba en una sala de baile con orquestas y artistas de todo el país que actuaban en exclusiva para su programa, cuando realmente lo que hacía era poner un disco tras otro, además de emplear un estilo de locución realmente distinto al de los demás por aquella época; frecuentemente los locutores hablaban dando grandes voces y haciendo modulaciones un tanto exageradas del tono de voz, mientras que Block hablaba en un tono y volumen normal y agradable, como si conversara de manera personal con cada uno de sus oyentes.
La fama de Block no fue sólo dada por su manera de retomar el formato basado en música grabada inventado por Jarvis, en cierto modo la desgracia humana que sufrieron otros le benefició profesionalmente y le proporcionó popularidad. El secuestro del hijo del aviador Charles Lindbergh, junto con el consecuente fatal desenlace y juicio del responsable, creó una situación de expectación radiofónica poco vista hasta el momento. Los boletines informativos que se sucedían a lo largo del día para informar de las novedades relativas al caso tenían a la gente pegada a la radio, y entre boletín y boletín uno de los entretenimientos era… Block poniendo discos.
En aquellos tiempos de radio, los locutores tenían sueldos bajos o directamente no tenían sueldo, si querían ganar algo o ganar más debían tener sponsors en sus programas. En sus inicios Martin Block se tuvo que buscar sponsors por su propia cuenta, el departamento comercial de la emisora no creía que pudieran encontrar sponsors para un programa de música grabada –menuda visión de mercado tuvieron en aquel momento...– así que Block tuvo que ingeniárselas para dar con “Retardo”, un fabricante de pastillas para adelgazar dispuesto a anunciarse en su programa. Al principio no fue fácil para Block encontrar sponsors de este tipo, pero cinco años después de empezar, “el disc jockey” tenía lista de espera para anunciarse en su programa.
A principios de los 40 el programa de Block se emitía por toda la nación, lo que le confirió el estatus de estrella nacional de la radio, a la vez que fue el primer DJ superestrella, a pesar de las obvias diferencias con los DJs superestrella de ahora –bueno, lo de copiar ideas de otros...– y de que su territorio era la radio y no los clubes o discotecas. Martin Block presentó Make Believe Ballrom hasta 1954, año en que se fue a la emisora WABC para presentar The Martin Block Show hasta prácticamente su retiro de las ondas. El “primer disc jockey” falleció en 1967.