PDJK, un colectivo diferente
Cuando pensamos en las actividades extraescolares que se ofrecen en los colegios e institutos, todos pensamos en clases de idiomas, informática, actividades deportivas… e incluso en algunos centros se llega a contar con oferta artística con clases de danza, pintura o música. Los que tenemos hijos estamos acostumbrados a que cada año a principio de curso el centro nos haga llegar la habitual circular para padres en la que se nos informa de las actividades concretas que ofrecerá el centro, con sus precios y horarios. Lo sorprendente es cuando te enteras de que hay un instituto público en el que una de las actividades extraescolares es aprender a ser DJ, y la maestra lo ha hecho tan bien los últimos seis años, que ha formado un colectivo con los muchachos de la clase y ha conseguido que una empresa como Pioneer les brinde su apoyo, y que actúen en grandes eventos como el Sónar o que su presencia sea solicitada para hacer presentaciones de productos. ¿No os lo creéis? Vosotros mismos. Os presento a los Pioneer DJ Kids.
Una buena idea
En el instituto público Secretari Coloma de Barcelona es donde se imparte esta peculiar actividad extraescolar. La actividad como tal se llama DJ Kids, y participan en ella chicos y chicas de edades entre los 10 y los 18 años. Rosa Amuedo, la profesora, reconoce que quizá debería buscar otro nombre porque a partir de que los chicos tienen 15 años, ya no les gusta eso de “Kids” (todos sabemos lo dura que es la adolescencia…). Cuando salen como colectivo a hacer actuaciones es cuando por cuestiones de esponsorización emplean su nombre completo, Pioneer DJ Kids, abreviado PDJK.
Los muchachos acuden a clase hora y media cada semana, y como cualquier otra extraescolar sus padres deben pagarla. En el actual curso hay 25 alumnos, y como hay importantes diferencias de edad, están divididos en grupos que acuden en diferentes días de la semana. Aprenden a manejar todo tipo de equipamiento para DJs, reproductores, mixers, software, controladores, unidades de efectos… y sí, también platos. Pero no se quedan en lo bonito y llamativo, su profesora tiene clara la importancia de una buena base teórica y también les enseña acústica, conexionado, microfonía, ecualización, manejo de procesadores de señal, sistemas de amplificación, montaje de equipos de sonido… todo evidentemente muy adaptado a las edades y niveles de cada chaval. Los chavales de hecho aprenden a montar y configurar el equipo según las necesidades de la clase del día, y desmontarlo al final. Seguro que conocéis a más de un “profesional” que necesita un asistente para realizar semejante labor…
La actividad comenzó a tomar repercusión después de que una publicación online para padres publicara un artículo sobre la misma. A partir de ahí llegó una oferta de la tienda Fnac que está en Plaza Cataluña para realizar una actuación con el fin de promocionar productos Pioneer, en aquella ocasión los chicos ya emplearon el nombre "Electro Pioneer DJ Kids". Tras eso, Rosa hizo todo lo posible durante un año para reunirse con el responsable de Pioneer en España y convencerle para que apoyara el trabajo que estaba realizando. Finalmente Pioneer decidió apoyarles, unas veces prestando y cediendo equipo, otras veces ofreciéndoles la venta de equipo a precios especiales.
Una gran mujer detrás el proyecto
Rosa Amuedo es la profesora. Y probablemente los chicos no podrían tener una profesora mejor, tanto por experiencia como por actitud (he visto como ponía firmes a los alumnos en una videoconferencia). Y además es Hispasónica. Las últimas semanas he intercambiado con Rosa llamadas y emails interesandome por el proyecto, incluso he sido invitado al grupo privado que emplean en Facebook para comunicarse oficialmente los chavales con Rosa y coordinar sus actividades. Y entre toda esa información, Rosa me ha contado la historia del proyecto, y también un poco la suya.
A Rosa el gusto por la música le viene de su padre y la música que escuchaba, tan diversa como Louis Armstrong, Petula Clark, The Beatles o incluso flamenco. En los 80, y con 18 años, Rosa comenzó como DJ en ZigZag Bar, en Playa de Aro, y haciendo un programa en Radio Indalo gracias a los veranos que pasaba en Mojácar. Posteriormente pasó por Otto Ztuz Club, donde estuvo pinchando 3 años, trabajo gracias al cual pudo pagarse un par de años estudiando sonido en CEV. Logró ejercer profesionalmente como DJ durante casi una década, pasando por salas como KGB, Universal, Distrito Distinto, Sala Verdi y Spicodromo. Se despidió del circuito profesional de DJs en la sala Verdi, un poco antes de que se convirtiera en un multicine. Consiguió trabajo como “pipa” montando equipos de directo, y gracias a este trabajo recorrió plazas de toros y polideportivos de toda España. A raíz de esta actividad profesional, coincidió con Josep Trassera, ingeniero de Lluis Llach, que la incorporó a su equipo como ayudante. Ahí terminó de curtirse como profesional. Tras una parada profesional para hacerse cargo de su maternidad, se mete en el mundo de la publicidad trabajando en La Crem, un estudio de producción audiovisual, llegando a hacer trabajos para empresas como BMW (la campaña de "la mano") o BTV. En 2002 deja La Crem y sigue trabajando en producción audiovisual por su cuenta, entre los que destacan los que realizó para Cameo Producciones.
Rosa es madre de dos alumnas del instituto Secretari Coloma, y es el propio instituto y la asociación de padres la que le propone crear una actividad extra escolar orientada al sonido en el curso 2006/7 ya que conocían sus capacidades. Para Rosa, que considera que ahora el sistema educativo trata de separar más que nunca las “ciencias” y las “letras”, era una oportunidad excelente para enseñar algo que aúna tecnología y arte: la música electrónica.
El proyecto por dentro
La actividad empezó como un taller de sonido, para tratar de formar un grupo de chavales que fuese capaz de montar y llevar los directos de los diferentes eventos del centro. Rosa observó que los chavales empleaban el Virtual DJ y sintió curiosidad por las nuevas técnicas DJ. Empleando una tarjeta de sonido de 40€, un portátil barato, su plato y sus vinilos consiguió comenzar la introducción de los chavales en el mundillo DJ. Empezaron actuando en los actos del instituto, hasta que llegó el primer artículo y la oferta de Fnac que os he contado al principio. Aunque han llegado, como antes he explicado, a llevar la marca Pioneer en el nombre de su colectivo, no viven exclusivamente de usar equipamiento fabricado por la marca. También utilizan Ableton Live con controladores Akai y sistemas DVS con platos Technics (platos cedidos por un ex alumno, me confiesan). A la hora de aprender a Rosa le gusta que empiecen usando hardware para pinchar en las clases, y que el software lo empleen en casa para preparar cosas, ya que como dice ella, “Si aprendes con software vienen a clase necesitando ciertas referencias visuales, y no saben hacerlo de oído.”
Rosa me explica que el colectivo para las actuaciones funciona como en los equipos de fútbol, todos entrenan, pero a los partidos van los mejor preparados. A pesar de ello tienen actuaciones de menor importancia en las que participan todos. Las actuaciones más serias y las presentaciones que llevan a cabo por encargo, sirven para financiar el equipo que luego emplearán en la escuela para seguir practicando y aprendiendo. También disfrutan de poder usar equipo que les ceden temporalmente, ya que les encargan la realización de una presentación de ese propio equipo, como ya les pasó con el módulo de efectos RMX1000.
Unas veces las proposiciones para actuaciones llegan solas, otras veces es Rosa la que sale a conseguirlas, y admite que en general consiguen poco dinero. Una vez incluso les han llegado a pagar de manera ridícula con material (actuar a cambio de unos pendrive, películas y poco más), aunque también han recibido clases a cambio de sus servicios, como cuando les impartieron clases magistrales de Resolume por su participación en el Festival Punto y Raya. A pesar de ello, los chicos se toman muy en serio las actuaciones, tienen muy claro que de ello depende conseguir más equipo que podrán usar. También la experiencia del directo les sirve para conocer la realidad y darse cuenta de que en el mundillo DJ no todo es postureo, y que estar frente al público no es nada fácil. Además, ellos mismos me reconocieron cuando hablé con ellos que en directo “se tienen unos nervios que no se pasan nunca”. También han sufrido la (dolorosa y necesaria) experiencia de tener una actuación y que no asista prácticamente nadie, aunque han sabido ver el lado positivo: “ponemos la música que queremos”.
Uno de los logros más importantes ha sido la participación en el Sónar, donde han participado desde 2010, y han conseguido no solo entrar en la programación del Sónar Kids, también en la de Sónar Día, siendo los participantes más jóvenes de toda la historia del festival. Pese a todo, Rosa procura no programar demasiadas actuaciones, ya que requieren muchos ensayos (preparan cada actuación con dos semanas de antelación) y a fin de cuentas son chicos en edad de estar estudiando…. y haciendo otras cosas. Han llamado tanto la atención, que han logrado que en las clases colaboren algunos artistas, como DJ2D2, o incluso Marc Marzenit, que impartió una masterclass de Ableton Live.
Actualmente a Rosa le gustaría ampliar el proyecto. Busca contar con mayor espacio del que tiene en el instituto y poder ofrecer horarios más amplios para los talleres y ensayos, así como ofrecer también clases de producción más completas. Así pues, si alguien tiene un estudio grande en Barcelona y le interesa el proyecto, ya sabe lo bien que han ido hasta ahora las cosas.
Los chicos (y chicas)
Como he explicado al principio, son chicos y chicas entre 10 y 18 años los que participan en la actividad. Unos llegan al taller por la curiosidad que tienen por el sonido, otros atraídos por el mundo DJ (a los más pequeños según Rosa les influye un poco el famoseo del mundillo) y de la producción. Le pregunté a Rosa por las influencias musicales de los muchachos, y me explicó que los más jóvenes, entre 10 y 14 años están muy influenciados por la radio, la escuchan muchísimo, y de hecho es una lástima que no haya más variedad de programación radiofónica (quizá la radio serviría de herramienta didáctica). A partir de los 15 empiezan a investigar y a fijarse en lo que escuchan los que son más mayores, incluidos sus padres. Por cierto, ya que los he nombrado, Rosa me confesó que muchos tienen padres o familiares con alguna relación especial (e incluso profesional) con la música. Aunque a los más mayores les gusta mucho hablar de música (y tratar de demostrar que entienden mucho) y enseñar a los otros la música que han descubierto, compartirla entre ellos es harina de otro costal. ¡¡Cada uno con lo suyo!! La música es también de lo primero de lo que hablan cuando llegan al taller, un DJ cuenta cosas con la música, y hay que tener siempre algo que decir. Rosa les aconseja que piensen en ello como en una película que se va desarrollando frente al público, el clásico concepto del artista contador de historias a través de su arte.
Con el tiempo todos aprenden a tener criterio propio, tanto con la música que eligen como con la tecnología que les gusta usar para sus shows musicales. Van creando su propia configuración de equipo personalizada basada en lo que quieren hacer y lo que pueden invertir. Se hacen mayores y evolucionan en la pasión por la música de diferentes maneras gracias al taller, unos lo dejan para dedicarse a estudiar un instrumento clásico (algo que Rosa considera todo un triunfo), otros al finalizar el instituto han estudiado el Grado Superior de sonido de Formación Profesional o han acudido a alguna escuela privada a estudiar producción musical. Alguno incluso apunta maneras para dedicarse a la ingeniería. También alguno de los antiguos alumnos, como es el caso de Jordi Paradís, ha logrado introducirse en el circuito de DJs de Barcelona.
Pude hablar con algunos de los alumnos del presente curso mediante videoconferencia (a pesar de algún problema técnico a uno y otro lado de la línea), se trataba de alumnos que llevan ya tiempo participando tanto en el taller como en el colectivo, y fue una experiencia muy divertida. Lo cierto es que creo que tenían más interés en enseñarme lo que sabían hacer que en hablar conmigo, algo lógico a su edad. Aparte de que bueno, es normal que un grupo de chicos de esas edades esté más preocupado de reirse que de escuchar a un señor que tiene el doble (o más) de años que ellos.
No obstante conseguí que Joan, Jadim, Miguel, Luís, Pol, Nil, Abel, Gerard, Luís, Gemma, Anna y Violeta me contestaran alguna que otra pregunta. Me sorprendió mucho la naturalidad con la que veían que existiera una extraescolar en la que se dedicaran a pinchar, a pesar de que alguno de ellos admitía que era algo que se hacía en muy pocos sitios (realmente en ningún otro instituto hay algo así). También me explicaban que sus padres (de los que me dijeron que escuchan sus discos y les han influido mucho) lo ven también como una extraescolar más, con absoluta normalidad, y reconocían que probablemente si no hubieran conocido el taller no se les hubiera ocurrido explotar su faceta DJ.
Respecto al futuro, de los chicos con los que hablé, alguno reconocía que le gustaría dedicarse profesionalmente al mundo de la música: “me gustaría ser como Armin”, confesaba Gerard de 16 años. Otros admitían que no pensaban dedicarse a nada relacionado, pero les gustaba tener conocimientos relacionados con el sonido y la música.
Intenté poner a los chicos en un pequeño compromiso y de paso comprobar los gustos musicales de la gente joven, así que les propuse que yo les diría nombres de algunos DJs y artistas de renombre y ellos me dirían lo primero que se les pasara por la cabeza. La cosa quedó así:
- Juan Magán: risas generalizadas y gestos de desaprobación.
- Daft Punk: “lo máximo”, “leyendas”, “unos abuelos” (esto último me hizo sentir muy mayor)
- David Guetta: “buffff”, “todas las canciones son iguales”
- Richie Hawtin: “el del Traktor…", "a mi también me gustaría coger un CDJ y tirarlo”.
- Danny Avila: “bueeeno…”, “a mi me gusta su estilo”, “es buena persona”, "¿produce él?"
- Chimo Bayo: algunos no lo conocen, al canturrear uno de ellos “exta-sí…” recuerdan quien es con bastantes risas y gestos de aprobación.
- DJ Tiësto: “está muy bien”, “es curioso porque hace comercial y también trance del antiguo”.
- Brian Cross: “sin comentarios” “lo que pincho yo en el camping lo pincha él en las discotecas”
- Skrillex: “bien, bien!!” “empezó un poco raro y ahora está haciendo cosas bastante mejores”
- Francisco Rivera: risas generalizadas.
- Frankie Knuckles: “un mito”, aunque la verdad es que solo dos de ellos parecían conocerlo.
- Roger Sánchez: gestos de desaprobación, uno de ellos admite que le gusta la música que pincha pero “no su programa Release Yourself”.
- Hardwell: parece que les gusta en general, aunque se genera un pequeño debate sobre si Hardwell o Armin es mejor.
- Erick Morillo: no parecían conocerlo mucho en general.
Tras terminar de hablar con ellos, realizaron una demo en directo. A continuación un video con la demo:
Proyectos como PDJK, en los que dentro del sistema educativo se asume que las diferentes actividades profesionales que ejerce el DJ son algo normal, son muy necesarios. La sociedad debe entender que las actividades culturales y de ocio son algo que sirve como medio para ganarse la vida, y los jóvenes realizan una buena aproximación en primera persona a esas actividades. Todos salimos ganando.