Review de Arturia DrumBrute Impact
Pros
- Sonidos nuevos con amplias variaciones
- El sonido reacciona muy bien a cualquier procesamiento externo
- Salidas individuales, imprescindibles si queréis aplicar reverb y efectos, por ejemplo
- El secuenciador ofrece muchísimas funciones sin caer en un uso complejo
- El ‘random’ de Arturia sobre los patrones sigue resultándome súper atractivo
- Muy versátil también para controlar sonidos MIDI externos
- 299€ es un precio más propio de una ‘reedición’ Behringer
- Tamaño y peso muy cómodos
Contras
- No tiene memorias de los cambios en los sonidos
- Controles no automatizables y un único nivel de acento
- Algunas envolventes podrían ser algo más marcadas, son un tanto lineales
- La distorsión opcional se ‘dispara’ en la muy primera parte del recorrido del potenciómetro
El nombre Impact hace referencia a sonidos con pegada más intensa frente a los de la DrumBrute original, que quería jugar un papel más ligero. Pero también podemos pensar en el impacto que va a causar su acertada combinación de sonido, tamaño (portable pero con espacio para un manejo cómodo) y generosas prestaciones, sin renunciar a un precio muy contenido. Características que definen a esta llamativa nueva caja de ritmos analógica. Os la mostramos en uso real.
Esta vez no he realizado, cosa que sí hago otras ocasiones, una especie de tutorial de uso en vídeo. Nos centramos principalmente en oírla. Tutoriales ya los hay muy buenos (aunque en inglés) en arturia.com.
Qué encontraréis en el vídeo
[Índice]El vídeo se centra en mostraros cómo suena. He intentado que podáis escuchar con detalle los sonidos uno a uno recorriendo el amplio abanico que dan con sus potenciómetros. Presentamos también la variación que entrega en cada sonido el nuevo botón ‘color’. Esa revisión uno a uno puede ser un poco extensa, pero espero que útil.
Pero los sonidos sueltos no lo dicen todo. Os muestro por ello algún ejemplo de cómo puede llegar a sonar tanto con patrones propios (pocos) como de los de fábrica. Como todos, tengo mis gustos y mis limitaciones y por ejemplo no he querido ser intenso en el uso de la distorsión ‘máster’ que lleva, por encontrar que incluso antes de ¼ de vuelta ya es muy marcada. Sí he añadido una gotitas de procesado, que se anuncian allí donde se usan. Procesado no puede faltar en ninguna producción rematada. La segunda mitad del vídeo, sin comentarios, es un recorrido ‘en caliente’ visitando algunos patrones y jugando con los controles de sonido.
Siempre intento mostrar lo más ‘al desnudo’ posible cada equipo, pero sin por ello faltar al cómo se han de acabar usando. Y un poco de procesado es algo sin lo que sería injusto valorarla. Sería excesivo enfrentar Drumbrute Impact a la memoria de como estamos acostumbrados a oír las siempre sobreproducidísimas baterías/percusiones en música electrónica.
Lo que uno debe valorar ante un equipo 100% analógico como este es qué tal se porta ante ese procesado, si lo admite con facilidad y lo agradece en los resultados. Y ha sido coser y cantar. Un poco de EQ y compresión sobre el 'main out' con el ‘channel strip’ de una mesa, sin gastar tiempo apenas en ajustarlo. En algún ejemplo, para que tengáis otras referencias, he intervenido también algo más libremente con un pequeño realce estéreo (recordad que la salida ‘nativa’ es mono) e incluso con un eco, pero siempre dejando claro qué actúa en cada momento, y respetando suficientes momentos de escucha sin aderezos como contraste.
Introducción
[Índice]Podéis encontrar una descripción de lo que significa DrumBrute Impact en la noticia de su aparición hace menos de una semana. Se trata de una caja de ritmo con 10 sonidos 100% analógicos que a través del botón ‘color’ se acompañan de variaciones hasta totalizar 19 posibles en uso en cada patrón. La variación debida al acento (de tipo sí o no) añade también cambios no sólo de nivel sino de envolvente que pueden quedar programados en los patrones. El secuenciador de ritmo, muy bien dotado, es equivalente al de DrumBrute o la parte ‘drum’ de Beat Step Pro.
En conjunto, aunque sea más pequeña en tamaño y en precio que su antecesora, es en realidad un diseño diferente, no un ‘recorte’. Así se nota especialmente en el tipo y recorrido (amplio) de sus sonidos. Para ellos, en lugar de reeditar los mismos circuitos creados para DrumBrute, han querido ofrecer un contraste, otra gama.
DrumBrute Impact no es difícil, pero sí densa, con muchas más opciones de las que aparentaría su ya de por sí generoso panel. La cantidad de controles, si contamos no sólo los potenciómetros para retoque de sonidos sino los numerosos botones y encoders vinculados al secuenciador, es amplia. Imprescindible para hacer factible sin pantalla (más allá de 3 caracteres LED para tempo y poco más) el uso de todo lo que encierra. Pero Arturia tiene un ya largo y muy depurado camino en cuanto a secuenciadores de ritmo, con un resultado muy completo y ambicioso, del que se benefician todas las versiones actuales de sus máquinas y también esta nueva.
Inevitable mencionar el precio, porque es otro condimento importante del factor 'impact' en esta caja: 299€.
Sonidos y su ‘color’
[Índice]Son los sonidos la novedad más llamativa en DrumBrute Impact, al ser el secuenciador ya conocido. Los 8 pads y sus correspondientes secciones en el panel permiten acceder a 10 tipos de sonido, gracias a que los dos centrales cuentan con un conmutador. Pero la conmutación es sólo para definir qué vamos a disparar/registrar en cada momento, porque sonar pueden sonar a la vez los dos sin problema dentro de un mismo patrón y a la vez (no hay problema en simultanear por ejemplo 'cow' y 'cym').
En cada instrumento, además de control de volumen (level, que es común para esas dos parejas centrales, sin regulación separada), hay varios potenciómetros para variar su carácter. Además los golpes individuales de cada instrumento pueden introducirse (o editarse) con el control ‘color’ activo para dar lugar a una variación del sonido básico.
Como los oiréis en el vídeo uno a uno, podréis juzgar con vuestros oídos, pero os los describo a continuación con el detalle completo de lo que permiten editar, incluyendo el efecto del nuevo control ‘color’.
KICK: se trata de un impulso breve combinado con un tono bastante puro (cuasi senoidal) cuya afinación podemos regular en un registro amplio (desde <20Hz a >300Hz). La caída de nivel es muy lineal y es regulable en duración desde brevísima (casi sólo se oye el impulso) hasta varios segundos. En el desvanecimiento se produce también una ligera caída del tono, pero nada exagerada, que se nota más cuando es golpe largo. La activación de ‘color’ en el kick hace que esté sometido a un evidentísimo ‘overdrive’, un tanto duro, y hace más perceptible el barrido de tono.
Cuando necesitéis un bombo estrictamente plano en tono, podéis usar combinados dos sonidos. El golpe de ‘kick’ puede por ejemplo complementarse eficazmente con un tom low o con el sonido FM (preferiblemente sólo portadora y sin caída de tono).
SNARE1: es el clásico juego de caja que reconstruye tanto el golpe en el parche como la vibración de los muelles. El control decay regula la duración de la cola de ruido que simula los muelles, mientras el control ‘tone/snap’ es sencillamente una mezcla de las dos componentes, que puede llegar a presentarlas casi aisladas en los extremos de su recorrido. Al activar ‘color’ lo más notable es el cambio de tono de la parte del parche, que se hace más aguda, útil para tener una caja más ligera y ‘pequeña’ por comparación con la ordinaria que es de mayor cuerpo sonoro.
SNARE2: es una alternativa de caja sin parche, sólo con la componente de ruido, pero que ofrece además del control de su duración de desvanecimiento un control para definiri qué frecuencias contiene ese ruido. Snare2 tiene un decaimiento limpio, que en el caso de activar ‘color’ se convierte en un redisparo múltiple veloz al inicio, al estilo de lo que es clásico usar para generar ‘claps’ electrónicos, y efectivamente es una forma de llegar a obtener el sonido clásico de palmas.
Recomendaría pensar no sólo en las dos cajas por separado, sino también en su uso combinado. De forma que se puede tener una caja más dinámica que hace uso de los sonidos separados y superpuestos dentro de un patrón para darle más vitalidad.
TOMS (HI y LOW): Se trata de un par de sonidos controlados bajo una misma columna de controles. De esa forma los dos toms mantienen siempre una relación interválica de quinta, pongamos el control de afinación donde lo pongamos, dentro de su recorrido que se extiende por una octava. La duración de los toms no cuenta con potenciómetro, pero el efecto de ‘color’ es en este caso el de alargar el brevísimo tom inicial a uno con un poco (muy poco) de caída. Toms por tanto de duración corta y que permiten un uso ágil. Quien quiera un tom más extenso puede acudir a la voz FM y sacar partido de su flexibilidad.
CYMBAL: es un plato electrónico, marcadamente electrónico, y eso quiere decir que a poco que se extienda su duración muestra sonoridad metálica, chirriante. Activando ‘color’ presenta una sonoridad muy distinta, comparando ambas una es más brillante y algo menos crispada que la otra, más grave y sucia. El potenciómetro ‘Cym Decay’ regula la duración de su cola, llegando a ser muy extensa. Con duraciones cortas se trata de un útil plato breve que incluso entra bien como complemento de los hats dialogando con ellos.
COWBELL: ocupa el mismo ‘canal’ que el Cymbal en el panel, así que su nivel no se regula de forma independiente. Es el único sonido que no cambia al usar ‘color’ y tampoco tiene ninguna otra variación, salvo la que entrega el uso del acento.
HAT abierto y cerrado (open/closed): en dos columnas que permiten regular con individualidad su volumen (bien útil) en el canal del cerrado (CH) encontramos el control de un filtro que regula la altura más aguda o más grave de ambos hats (así lo señala con claridad la etiqueta de ese potenci´metro con un plural ‘hats’), de forma que siempre suenen hermanados en timbre. La duración del CH es fija y lógicamente corta, aunque aplicando ‘color’ se alarga muy levemente.
En el canal del hat abierto (OH) tenemos un control de duración del decaimiento que sólo afecta al OH y permite ir desde un tiempo tan breve como el propio CH hasta varios segundos. Activar ‘color’ en este canal OH realmente afecta a ambos hats, haciendo que sean más agudos y penetrantes. El cambio de timbre es bien significativo y habrá ocasiones para dar uso a uno y otro (aunque nada impide tampoco ir alternando entre ambos colores dentro de un patrón).
Fuente FM: se trata de un generador de sonido basado en modulación de frecuencia. La forma de onda de la portadora es triangular, y su tono base puede regularse en un recorrido bien amplio con ‘Carrier’. La duración de la caída de la portadora se regula con el control ‘Decay’. Mientras ‘FM Amount’ esté a cero, oiremos la portadora sin modular, pero ese control actúa subiendo la intensidad de la modulación para obtener sonidos teñidos de FM. Imprescindible en ese uso controlar la frecuencia de la moduladora, lo que se realiza con ‘Mod Pitch’. A pesar de que las ‘rarezas’ de la FM analógica aparecen, es sorprendentemente fácil conseguir generar un tono estable modulado cuyo timbre varía en función de la intensidad de la modulación y de la frecuencia portadora, útil para generar incluso notas pedal. Al activar ‘color’ la señal triangular portadora se ve sometida a una caída de tono que hace claramente inarmónico el resultado.
El secuenciador, un viejo conocido
[Índice]Drumbrute Impact puede conservar internamente cuatro bancos de 16 patrones cada uno, y construir con ellos hasta 16 canciones formadas por hasta 16 de esos patrones encadenados. Los patrones admiten hasta 64 pasos y pueden aplicar polirritmia haciendo que cada instrumento tenga su propia longitud en número de pasos.
La intervención en directo sobre los patrones permite además de añadir golpes a mano usando los pads, otras funciones útiles como la configuración de selecciones solo y mute (sin olvidar la deselección en bloque con shift + solo/mute) y se puede elegir (vía MIDI Control Center) si el solo/mute es total o permite seguir tocando los pads aunque silencie ciertos instrumentos cara a la reproducción de patrones.
También orientado a la intervención en vivo, el ‘looper/roller’ es otro clásico de Arturia que permite ‘al toque’ de un dedo sobre sus 4 posiciones repetir insistentemente un fragmento más o menos largo del patrón que está sonando, o repetir más o menos rápidamente un sonido.
Los patrones además de disparar los sonidos internos se envían mientras suenan por MIDI, y muy acertadamente la nota MIDI que representa a cada uno de los 10 sonidos es diferente según esté afectada o no con el uso del control ‘Color’. Eso permite si lo deseamos acompañar o reemplazar los sonidos internos con otros externos (muestras, por ejemplo) pero con esa extensa colección que alcanza hasta 19 sonidos vía MIDI.
Hay controles de swing tanto global como por instrumento, y no falta el control de aleatorización (nuevamente global o por instrumento) que, con valores pequeños (<10%), es extremadamente útil para obtener variaciones provechosas evitando sin ningún esfuerzo de programación la monotonía de un patrón rígido. Los amantes del ‘groove’ podrán registrar los patrones en tiempo real sin cuantizar (con posibilidad de corregir a posteriori en bloque y forzar la cuantización instrumento a instrumento) y editar nota a nota el desplazamiento individual del tiempo de cada golpe (pulsar step + girar control ‘swing’) o bien arrastrar en conjunto todo un instrumento para que se anticipe o retrase respecto a los demás (shift + ‘swing’ con ese instrumento seleccionado).
Los pasos pueden grabarse como ‘step’ o como ‘accent’ (identificables en la botonera LED de pasos con colores azul y rojo) dando lugar a matices en el sonido (más intenso y ligeramente más largo). La limitación a dos niveles (normal y acentuado) es sólo hacia los sonidos internos, puesto que vía MIDI se envía la información de velocidad tal como esté registrada (sí, los pads, son sensibles a la velocidad en todo el rango). Se puede registrar un disparo múltiple en un paso (se pulsa el paso correspondiente y se usa el ‘looper/roller’ para elegir la división en 1,2,3,4 o 4 golpes).
Continuando con algunas de las facilidades para creación de patrones, mencionaré que durante grabación de patrones shift + pad permite seleccionar otro instrumento sin hacerlo sonar ni añadir un golpe más a la grabación, consiguiendo que se muestre su patrón en la botonera de pasos y podamos editarlo a continuación. Abundan también las opciones de copia (entre instrumentos, entre patrones incluso de bancos diferentes, extensión de un patrón corto para alargarlo repitiendo su contenido, etc.), de cambios de duración total y de figura de cada paso,…
En definitiva: lo que puede esperarse de un secuenciador bien pensado y que lleva años presente y evolucionando en otros productos anteriores.
Conclusiones
[Índice]Evidentemente ninguna máquina hará feliz a todo el mundo. Hay quien querría disponer de este potencial con una mayor dotación de intervención ‘modular’, hay quien querría dos cencerros y no uno, quien preferiría un filtro en lugar de la distorsión, y así podríamos seguir. Pero los pros y contras deben referirse a lo que hace y sin dejar de ser conscientes del precio. Como combinación prestaciones/precio creo que todos nos hemos llevado una sorpresa (de las agradables, se entiende).
Con el antecedente y precio de la DrumBrute original, y sobre todo mirando lo que se pide por otras cajas analógicas, cuesta inicialmente creer que esta Impact se vende por 299€. Con ese precio poco importa que el acabado metálico haya cedido lugar al plástico o que los laterales de madera de otros brute no estén presentes. Al fin y al cabo son sólo 80€ más de lo que viene a costar un Beat Step Pro. Es incluso posible que más de una Impact acabe abierta en canal en la mesa de operaciones de algún ‘cirujano’ de la electrónica forofo del tuning y el DIY, algo que nadie se plantearía con otras de mayor precio.
El manual está disponible en español y es muy digerible y completo. De lectura obligada, aunque eso lo digo siempre. La rotulación del panel es muy informativa como recordatorio durante el uso, pero sin esa lectura seguramente dejaréis de usar cosas importantes y os podrán confundir algunas funciones. Más por ser tantas que por ser difíciles de llevar adelante.
Como cualquier caja analógica, tiene 'sus' sonidos. Sin necesidad de destornillador y soldador, quien quiera buscarle otras sonoridades complementarias a lo que ofrece tiene opciones. Añadir muestras hubiera complicado el uso y encarecido el precio. Pero está muy bien resuelto el uso de MIDI y permitiría añadirlas externamente, con acceso a casi una veintena de notas/sonidos diferentes gracias al uso de ‘Color’. Además, aunque internamente sólo usa dos niveles de acento (lo que es coherente con muchas otras cajas analógicas, pero que sigue limitando un tanto la expresividad) vía MIDI el registro de eventos respeta la velocidad en todo su recorrido y por tanto podemos integrar sonidos externos sin esa restricción a ‘normal’ y ‘acentuado’, disfrutando de mayor detalle.
Los sonidos que aporta son variados entre sí y cada uno ofrece recorrido para adaptarse a diferentes personalidades sonoras. El kick o los toms pueden encontrar extensión a través del uso de la fuente FM, que es también útil para otras gamas de timbres no presentes en el resto del conjunto de sonidos. Las dos cajas presentes, usadas solas y en conjunción, son particularmente flexibles. Los hats de la Drumbrute original (que algunos encontrábamos su punto más débil) se renuevan por completo y adquieren una variedad y presencia mucho más interesante.
El procesamiento de la salida ‘main’ con algo de EQ y compresión no es nada complejo y consigue, como muestro en el vídeo, un sonido con una muy notable pegada, listo para funcionar. Para intervenciones mayores, como una reverberación que yo nunca pondría en el ‘máster’ de una caja de ritmos, las salidas individuales presentes permiten extraer los instrumentos que más pueden agradecer tratamiento dedicado y reducen tanto el contenido de la salida ‘main’ que casi pasa a ser una nueva ‘individual’ más.
Mucho más portable que la Drumbrute original, no renuncia sin embargo a mantener el tamaño y separación amplios de los controles, que hacen muy cómoda la interacción. Una interacción que, no lo olvidemos, va a ser siempre necesaria porque no hay memorias de los sonidos al ser 100% analógicos en su generación y control.
Más información | arturia.com