Review de Modal Skulpt, un sinte polifónico ultraligero
Pros
- Buen conjunto de funciones a precio contenido.
- Sin salirse del terreno 'VA', amplias posibilidades para crear sonidos.
Contras
- Ciertas incomodidades en el uso de su interfaz.
- El filtro, limitado a 12 dB/oct, podría tener algo más de personalidad o variedad.
Introducción
[Índice]Nacido de una exitosa campaña en Kickstarter, Skulpt es un sintetizador de tipo ‘analógico virtual’ (VA) con cuatro voces de polifonía cuyo precio, por debajo de 300 euros, es uno de sus atractivos, aunque no el único.
En sintes VA, incluso en este tipo de formato, los hay más inmediatos en llegar a resultados evocadores de los primeros polifónicos, pero Skulpt aprovecha su naturaleza digital para ofrecer posibilidades amplias que no dan otros. Se queda por voluntad propia en el ámbito más clásico, sin por ejemplo aprovechar otras posibilidades de las wavetables como sí hace su hermano monofónico Craft. Pero cuenta con modulaciones FM y anillo, nada menos que tres envolventes, 8 osciladores en cada voz, posibilidades de rutas de control bien generosas en destinos, o un secuenciador capacitado no sólo para notas sino también para evoluciones de control… Son sólo algunos de los elementos que le permiten ir más allá de lo básico en que otros polifónicos VA se quedan.
Cuestiones que hacen fácilmente olvidar algunas incomodidades del interfaz, como la propia disposición en zigzag de los controles, las etiquetas en ángulo difíciles de leer, o la necesidad de jugar con la tecla ‘shift’ para alcanzar algunas funciones que hubiera sido bueno poder atacar manualmente de forma simultánea. Además esas incomodidades encuentran rápido alivio en la aplicación de edición y librería gratuita disponible para Windows/MacOS/iOS/Android, así como en la posibilidad de usar mensajes MIDI CC desde cualquier otro controlador que deseemos aplicar.
Un sintetizador biensonante, con posibilidades amplias para ser un VA, cómodo para la edición ya sea solo o en conjunto con la aplicación, y a un precio ajustado que ayuda a justificar los reparos que puedan ponérsele.
Construcción y controles
[Índice]VA y 4 voces en un formato desktop reducido que admite uso con baterías recuerda a modelos de otras marcas, pero hay diferencias y muchas.
La construcción es en plástico e incluye una tapa rígida antipolvo para cubrirlo que también puede usarse como base para dejar el módulo en una posición totalmente horizontal en lugar de con la ligera inclinación que ofrece al apoyarse sin ella.
La idea del ‘cada parámetro un control’ de los sintetizadores analógicos no se da 100% en este caso. No por escasez de controles, sino por los muchos parámetros que permite editar. Tantos que no los esperaríamos en este formato/precio y que requieren funciones dobles y triples de los controles del panel jugando con la típica tecla ‘shift’, o con la edición de las tres envolventes desde un único juego de codificadores rotatorios y otros recursos parecidos. No falta tampoco una aplicación de edición para Windows/MacOS/iOS/Android que además de facilitar la edición también permite gestionar bancos de sonidos haciendo copias de seguridad en el ordenador.
Modal siempre ha mantenido una estética cuidada y Skulpt no es una excepción. Quizá criticaría precisamente que en aras de la estética han adoptado una disposición de las etiquetas en diagonal y para colmo con orientaciones diferentes que hace difícil su lectura. Hubiera sido más cómoda una orientación más tradicional horizontal y uniforme. Igual crítica haría sobre los controles ubicados en diadema y no en filas y columnas. Alarga sin necesidad el tiempo requerido para familiarizarse con su panel. Nada insalvable y algo que con el tiempo pierde importancia según nos acostumbramos a dónde está cada cosa, pero que no está de más comentar. Es más tradicional y cómodo en ese sentido Craft 2, que ha aparecido posteriormente (¿será que han aprendido la lección?).
La ligereza del plástico hace conveniente colocarlo sin la tapa como base y bien asentado en alguna superficie a la hora de usarlo, para que sus gomas antideslizantes cumplan su cometido. Dando eso por sentado los codificadores son accesibles gracias a su altura y se manejan bien. En varios de ellos se necesitan varias vueltas para completar el recorrido, por ser este amplio.
Conexiones
[Índice]Las conexiones que permite incluyen MIDI por USB (no audio) sin necesidad de drivers y también en DIN 5 puntas a tamaño completo con In y Out configurable con función ‘soft thru’; In y Out para sincronía analógica mediante pulsos a razón de 16 por tiempo; y tanto salida de línea como para auriculares, ambas en el formato jack TRS de 3,5” que no es el más habitual para conectar con mesas, monitores de escenario y amplificadores, pero no supone ningún escollo grave. La señal que genera replica el mismo audio por ambos canales (L y R), así que cualquier sensación estéreo que deseemos deberá ser generada/añadida con procesamiento externo.
La alimentación es por el conector USB o bien con 6 pilas.
Características en detalle
[Índice]Las 4 voces en un polifónico se me hacen personalmente siempre un tanto escasas aunque es una de las cifras mágicas que vemos en muchos productos desde hace años. Quienes deseen ampliar cuentan con la opción ‘polychain’ para ampliar con más unidades Skulpt. Las tripas digitales son responsables de muchas características avanzadas que abren sonoridades y posibilidades poco frecuentes en otros sintes de arquitectura más simple y estrictamente mimética de los polifónicos de los 80.
Aunque se tratan como ‘dos’ osciladores por voz, cada uno de ellos es en realidad un juego de 4, que pueden abrirse (spread) en un racimo desafinado usando la misma forma de onda. Esas desafinaciones no se limitan al típico ‘detune’ para engrosar el sonido, sino que incluyen ajustes acórdicos e interválicos bien útiles. Si echáis de menos un suboscilador, la respuesta está en que entre los ‘spread’ encontraréis posibilidades que reclaman octavaciones, tanto hacia arriba como hacia abajo.
La posibilidad de apilar en ‘unison’ el total de 32 osciladores sobre una tecla (4 voces cada una con 2 grupos de 4 osciladores) implica que en uso monofónico tanto el nivel de sonido resultante como su cuerpo y presencia crecen de forma muy importante. Tanto que para poder alternar entre mono y poli habrá a menudo que retocar el control de volumen. Hay también un modo duofónico directamente disponible desde el panel.
En el caso de estar disfrutando de ese grosor del unison y volver a modo polifónico, de naturaleza más delgada, he encontrado muy buena compensación dando entrada con el codificador correspondiente a unas gotas de ‘drive’ que otorgue esa garra.
Las formas de onda se pueden seleccionar en un recorrido continuo y diferente para cada oscilador en el que se van transformando casi como un morphing. En ambos grupos de osciladores, girando en sentido horario, desfilan un seno que se convierte en triángulo, seguido de diente y luego cuadrada, momento a partir del cual aparecen las diferencias. El grupo del oscilador 1 continúa con una reducción del ancho de pulso que permite generar sonidos PWM, mientras el grupo del oscilador 2 va mezclando la cuadrada con ruido blanco hasta dejar sólo ese ruido que a partir de ahí evoluciona en un ruido que se va filtrando paso bajo, cada vez más recortado hasta desaparecer totalmente y quedar en silencio.
Buenas posibilidades especialmente por la generosidad de formas de modulación aplicables al movimiento de la forma de onda en cada oscilador. Pueden usarse alguno de los dos LFOs o la envolvente dedicada para modulación, pero también cosas como la posición de la nota en el teclado, la velocidad, algún controlador o el aftertouch. Conseguiremos así esa animación de la forma de onda que es tan agradecida frente al carácter mortecino de un oscilador que mantiene una idéntica forma constantemente.
El grupo de osciladores 1 puede ser reemplazado con el resultado de una modulación FM entre cada par de osciladores 1 y 2, mientras el grupo 2 puede ser sustituido por la modulación anillo. Dos colores muy diferentes y que suenan con esa estabilidad que esperamos de un digital y que les da tanta utilidad para sonidos instrumentales y no sólo para efectos. Las campanas y otros sonidos inarmónicos y de efecto están disponibles si jugamos con la desafinación o intervalo del oscilador 2, no digamos ya si dejamos volar la imaginación por vía de las rutas de modulación/control.
Ofrece alguna singularidad útil en el ajuste de la distancia entre los osciladores, aunque al principio resulta chocante. Hay dos controles, uno fino y otro grueso, aparentemente lo normal. Pero el grueso no es el típico recorrido por semitonos, sino basado en intervalos escogidos. Tercera menor y mayor, cuarta y quinta justas, y sexta mayor para ser exactos. Intervalos mucho más consonantes que los que han quedado fuera, y además disponibles en varias octavas hasta llegar a un máximo de 4 octavas de distancia, ya sea por encima o por debajo del oscilador 1. Quien desee otros intervalos podrá ajustarlos en combinación con el ajuste fino. Pero la comodidad que para muchos usos ofrece esta predisposición a la consonancia es llamativa. Especialmente al combinar el oscilador 2 como complemento tímbrico del 1 en intervalos superiores a la octava, o desde luego al hacer uso de las modulaciones FM y anillo. Aunque sea sólo para determinados usos, pasé algún rato entretenido retocando a mano esos intervalos según estaba interpretando.
Y como todos los parámetros envían y reciben su posición vía MIDI, todo este tipo de juegos puede grabarse y automatizarse en un secuenciador externo (incluso en el interno, como veremos).
El filtro (12dB/oct) no me ha llamado especialmente la atención, ni en un sentido ni en otro. En definitiva, que no es malo ni tiene características llamativas que lo diferencien de otros o le den una personalidad excepcional… Eso sí, además de resonante, es capaz de hacer un morphing entre respuestas paso bajo, paso banda y paso alto, lo cual es un agradable plus para la intervención en vivo frente a los que simplemente permiten conmutar entre esas respuestas.
De las tres envolventes hay que recalcar su número. Son todas ellas ADSR e invertibles a través del control ‘depth’, que es bipolar. De forma fija y exclusiva una envolvente se dedica al control de la frecuencia de corte, otra a la amplitud y la tercera queda libre a la espera de que la pongamos en uso con rutas de control. Poco frecuente lo de que la envolvente de amplitud sea invertible, pero permite sonidos con un primer decaimiento y un segundo ataque diferido que resultan curiosos. Acertadamente el uso invertido de la envolvente de amplitud no afecta a la fase 'release' que siempre se mueve hacia el silencio.
Dos son los LFOs. El primero es único y común para todas las voces mientras del segundo existe uno independiente para cada voz. Llegan a velocidades audio y son sincronizables a tempo si lo deseamos. Su forma de onda es también continuamente variable entre las típicas (seno, triángulo, diente, cuadrada, aleatoria tipo S&H). Incorporan otra habilidad atípica: la posibilidad de usarlos con velocidades que varían a lo largo de las notas para que funcionen casi a modo de osciladores convencionales (aunque limitados en recorrido en frecuencia) a la hora de las modulaciones. Una forma buena de ampliar su aprovechamiento cuando los llevamos a los usos modulantes. Completando características bien pensadas, pueden funcionar en modo libre, de reinicio con cada nota, o también de ciclo único.
El arpegiador es de tipo clásico, pero el secuenciador es peculiar. Limitado a entre 1 y 8 compases, no es un secuenciador por pasos para las notas, sino más bien un ‘looper’ MIDI. Podemos grabar, añadiendo en ‘overdub’ hasta aburrirnos, notas interpretadas vía MIDI o desde su propio teclado, que se registran en tiempo real (el límite a 256 notas no debería alcanzarse normalmente). Graba sin cuantización y sin sometimiento a ‘pasos’ regulares de ningún tipo, aunque existe una función de cuantización a posteriori. Junto con esa pista orientada al ‘realtime’ y las notas hay también otras cuatro, estas sí por pasos, para poder grabar el movimiento de hasta cuatro parámetros a elegir. De esa forma las secuencias pueden usar animaciones tímbricas y no sólo reproducción de notas. Curiosamente, los valores de control son reproducidos mediante transiciones lineales suaves de un paso a otro, no por saltos. Ojalá en algún firmware futuro den opción para cada pista que posibilite el uso ‘a saltos’.
Tantas funciones me llevan a recomendar encarecidamente el uso de la aplicación de edición gratuita. No es mala la combinación final, con edición cómoda desde la aplicación y pese a todo controles abundantes casi al 100% en hardware de los que usaremos los que cada cual guste más en visitar. Como ya comentamosm, es también posible usar controladores MIDI genéricos porque los parámetros reaccionan a mensajes CC.
Otro punto donde el uso de la aplicación parece casi obligado es para aprovechar las muy buenas posibilidades que ofrece la matriz de modulación. Con ocho rutas posibles entre 8 fuentes y hasta 37 destinos, la variedad que llegan a ofrecer es importante. Están algunos destinos que no hubiera esperado, como por ejemplo ‘spread’. No faltan clásicos como wave1 y wave2 que hablan de moverse por el ‘morphing’ de onda en cada oscilador. Llegan también a los efectos, pudiendo actuar en tiempo real sobre el tiempo de retardo, por ejemplo. La programación de estas rutas es posible pero algo enrevesada desde Skulpt y resulta un juego de niños desde la aplicación.
Hablando de efectos, se trata de dos: una distorsión de tipo saturante o ‘drive’ bien útil (nada de la vulgaridad del bit crushing digital) y un retardo realimentado con ajustes de nivel tiempo y 'feedback' y que puede ser fácilmente sincronizado a tempo y que puede trabajar en el rango de los ecos o en el de los chorus (para lo cual entraría en uso la modulación del tiempo de retardo).
Con capacidad de conservar internamente 128 sonidos y 64 secuencias, quien quiera ir más allá o tener copias de seguridad de sus sonidos favoritos, de nuevo debe mirar hacia la aplicación.
El teclado táctil que incorpora sirve además de para lanzar (con dificultad) notas, para acceder a algunas funciones, especialmente relativas al secuenciador y arpegiador.
En uso
[Índice]Skulpt es un sintetizador sencillo en cuanto a su arquitectura y capaz de generar sonidos bien aparentes sin siquiera conectar efectos externos. Otros sintetizadores analógicos y VA necesitan las sensaciones que aporta un chorus estéreo para ganar una vitalidad que aquí se alcanza ya de origen, a pesar de que la salida no es estéreo. No he querido probarlo conectado a algún eco o chorus estéreo o algún otro tipo de generador de imagen estéreo, para no desvirtuar lo que hace por sí mismo. Pero siempre es mejor tener buenos resultados en mono, que podrán ubicarse en una mezcla sin adelgazarse o que podremos extender a un mayor campo fácilmente con cualquier efecto.
Resulta chocante que no hayan querido aportar la variedad de wavetables que sí entrega Craft 2, un sintetizador monofónico muy hermano de este Skulpt. Quizá sea para evitar esas críticas un tanto cegatas que en lugar de apreciar el campo que abren esas otras muchas formas de onda se centran en denostar el que suene demasiado digital. Skulpt, con su wavetable única centrada en recorrer los sonidos de formas de osciladores tradicionales garantiza mantenerse en el terreno de los analógicos clásicos, sin demasiadas sonoridades que alteren la paz de los que huyen de lo que huela a digital.
El origen digital se nota, para bien, en la facilidad con la que se puede aprovechar la FM o el anillo para sonidos muy ‘tonales’, no solo disonantes. Se nota también, mal común con tantos otros VA, en algunos sonidos en los que llevados al extremo agudo se escucha cierta presencia de aliasing. Otro aspecto más que bienvenido de lo digital es lo referente a las rutas de control y sus amplias posibilidades, entre los que incluso desfilan como destino las diferentes etapas de cada envolvente, por ejemplo. Inmediatamente gratificante para tantos sonidos el que un grupo de 4 osciladores tome el relevo de lo que era un único oscilador en los tiempos analógicos. El balance final es bueno tanto en cantidad/variedad de sonidos como en calidad del resultado, sin olvidar que por su vocación VA no es un todo de todo.
La edición de sonidos, salvando esa disposición y etiquetado atípicos del panel de la que ya he hablado, es cómoda desde el propio hardware. Hubiera deseado poder usar a la vez el control en profundidad de envolvente de filtro y el de frecuencia de corte, pero para usar uno u otro hay que cambiar el panel entre el modo normal y el modo ‘shift’ apretando una tecla. Por lo demás el uso es más que razonable. Se complica, lógicamente, para la creación las rutas de control. En todo caso la edición desde el panel puede (casi diría ‘debe’ por la comodidad que otorga) acompañarse con las facilidades que otorga la aplicación.
El uso de mensajes CC para todos y cada uno de los parámetros permite la automatización total desde un DAW si lo deseamos y va más allá de lo que permite su secuenciador interno, que ya es de por sí destacable con esas 4 líneas de control que se suman a una pista de notas única pero polifónica y limitada a entre 1 y 8 compases.
Conclusiones
[Índice]Tras haber situado la marca Modal en el Olimpo de los sintes de gama alta a través de sus primeros teclados, abrieron nueva línea con un primer Craft llamativo como ‘juguete’ de bajo precio pero con un formato que retraía a cualquier interesado por un instrumento algo más sólido. Este Skulpt (y el Craft 2 que tendremos ocasión de probar próximamente) ofrece ya un sintetizador que puede dar el tipo en cualquier escenario y entorno de producción, al menos teniendo cuidado de sujetarlo bien: siendo tan ligero es el primero llamado a caer en una sacudida.
Las diferencias con los Modal ‘grandes’ son muchas. Más allá del formato y materiales, cosas como el uso de filtrado digital o la presencia de señas de aliasing hablan de una implementación diferente que no permite considerar sin más a Skulpt como una edición ‘low-cost’ de los polifónicos híbridos de Modal. Es otro sintetizador, pero interesante y válido por sí mismo.
Dentro de las posibilidades de los formatos compactos este Skulpt está entre los que ofrecen una edición cómoda, aunque la construcción sea en plástico, gracias al número y formato (codificadores altos) de los controles, por no hablar del momento en que lo conectamos a su aplicación.
Para quien busque poder editar y retocar en directo sonidos de sintetizador de corte clásico, y no encuentre en las 4 voces una limitación grave, Skulpt ofrece una paleta agradecida y más amplia que otros, pero siempre enfocada, por decisión de Modal, al terreno estricto de los VA. Un conjunto bien concebido y en el que la riqueza de las rutas de control le permite resultados expresivos y mejor equilibrados a lo largo del teclado.
Considerando el precio (actualmente en algunas tiendas por debajo de 280€) las críticas posibles reducen su impacto. Realmente poco hay en competición directa. Podemos pensar en Roland y sus Boutique, construidos en metal y dedicados a recuperar la memoria de sus propios sintes 'vintage', con lo que tienen otros objetivos y mercado. Si queremos dar paso a un System-1m o a los Minilogue XL hay que subir mucho el desembolso. Reface CS se defiende bien en la competición con sus 8 voces y teclado, sólo un poco por encima en precio de Skulpt, pero muchos menos controles para personalizar el sonido. Otros como Microkorg original o Novation Mininova ofrecen un panel escueto y esconden su edición en menús, cosa que también le sucede a Waldorf Blofeld.
Enlaces de interés | hilo sobre Skulpt en los foros Hispasonic | Página oficial modalelectronics.com