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Review del Pioneer DDJ-400, un controlador asequible para principiantes

Introducción

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Los controladores DJ de gama baja o económicos en general son considerados “baratijas” o “juguetes” por muchos DJs veteranos que sistemáticamente los rechazan. Aunque obviamente no son herramientas pensadas para que gente experimentada los utilice en entornos profesionales, personalmente siempre he pensado que en este segmento de productos pueden encontrarse dispositivos útiles para hacer que los más jóvenes tengan una aproximación a la profesión y si deciden que les gusta, pasen después a otra clase de equipamiento. También creo que pueden resultar útiles para gente experimentada, ya que los pueden emplear como una herramienta “doméstica” con la que preparar sesiones y hacer algún experimento en casa o en la carretera sin necesidad de empeñarse.

Por todo lo anterior me gusta dar una oportunidad a controladores como el DDJ-400, dispositivo sobre el que versa la review de hoy y que no es otra cosa que el controlador más básico que actualmente comercializa Pioneer DJ enfocado a ser usado con su software Rekordbox, que además regalan con el aparato para que no tengas la tentación de probarlo con otra cosa.

Construcción, controles y conexiones

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El DDJ-400 está total y absolutamente construido en plástico negro mate, la parte central donde están los controles de mezcla es lisa mientras que los laterales tienen un fina textura que se asemeja al acabado que Pioneer pone en los dispositivos con cubierta de metal. Y hablando de metal, la única parte metálica del controlador es la parte superior de los jogwheels.

Los botones son algo más pequeños que en todos los controladores Pioneer DJ, especialmente los de Play y Cue, que deben ser los más pequeños que ha montado la marca japonesa hasta el momento, aunque manteniendo la icónica forma redonda con las letras interiores iluminadas en verde y naranja. Los potenciómetros del aparato no llevan recubrimiento de goma, aunque son iguales en firmeza y tamaño a los de controladores y mesas más grande. Los faders son notablemente firmes y con un deslizamiento homogéneo pero con bastante desplazamiento lateral –algo habitual en controladores de esta gama–. El crossfader no es para nada similar a los de alto rendimiento ya que aunque no tiene mucha tensión su desplazamiento es tosco, pero más tarde descubrí que apenas tenía cutlag, con lo que con algo de esfuerzo lo puedes emplear para scratchear.

Los bloques de pads son en realidad botones de goma, no tienen sensibilidad alguna y además tampoco tienen iluminación RGB, simplemente se iluminan en rojo. Los faders de pitch son de 60mm aunque deslizan bien, y respecto a vúmetros sólo hay uno doble de seis segmentos en el centro de la sección de mezcla que mediante Rekordbox puedes elegir si te muestra el nivel de salida master o el nivel de los canales independientemente.

El layout del controlador apuesta por replicar –dentro de las posibilidades, obviamente– la disposición de controles que tendrías si usaras dos reproductores Pioneer DJ con una mesa de mezclas de la marca en el centro. De esta forma, y al igual que ocurre con la DDJ-1000, no hay controles para los efectos en la parte superior y estos pasan a estar a la derecha de la sección de mezcla, igual que ocurre con los mixers de la marca. También como ocurre con los mixers los controles se reducen a botón de selección de efectos, botones para ajuste del efecto a una fracción del tempo, control de asignación para el efecto, botón activador y potenciómetro para ajustar cuanto queremos mezclar el efecto con la señal original. Siguiendo con la idea de tratar de imitar el aspecto de un setup profesional, tenemos los controles de loop manuales en la parte superior izquierda de los controles de cada deck –tres botones de idéntica forma y color que los de los reproductore– y los controles de Play y Cue están colocados de forma asimétrica en la parte inferior izquierda. Tenemos también botones para almacenar los memory cues y movernos entre ellos, igual que en los reproductores.

Esta pretensión de Pioneer DJ por imitar el tipo de controles y sus funciones al trasladarlos a los controladores obviamente es para buscar “acostumbrar” a la gente a su ecosistema, cuya piedra angular es el software Rekordbox que sirve tanto para preparar la música para los reproductores autónomos como para pinchar empleando un controlador. Y sinceramente no lo encuentro mala idea. Idependientemente de las consideraciones personales que se puedan tener acerca de si Rekordbox es mejor o peor, es innegable que una enorme cantidad de DJs en todo el mundo lo usan para preparación musical, y cada vez más lo emplean directamente para pinchar usando su modo “Performance”; de hecho actualmente es el tercer software más utilizado y ya veremos si tras la encuesta que cada año se realiza en el sector entre varias webs y fabricantes no ha subido este año al segundo puesto. Por cierto, con el controlador viene incluida una licencia para Rekordbox que activa el modo “Performance” –el de pinchar–.

Respecto a las conexiones, en la parte frontal tenemos una única salida de auriculares en formato minijack, mientras que en el panel trasero tenemos la salida master en formato RCA, la conexión de micro en formato Jack 1/4, y la conexión USB tipo B. Estas conexiones dejan claro el enfoque amateur del controlador.

Por cierto, el controlador es class compliant y no requiere drivers en macOS pero sí en Windows. Y por ser class compliant lo puedes usar con un iPhone o un iPad empleando un adaptador Ligtning a USB oficial de Apple, concretamente debes usar el que tiene conexión adicional para poder utilizar al mismo tiempo un cargador, ya que así se recibe la suficiente energía para encender el controlador. En el iPhone o iPad puedes usar tranquilamente el controlador con Djay Pro, aunque no hay soporte oficial por parte de Pioneer DJ a esta aplicación el controlador está perfectamente mapeado –luces incluidas– para usarse sin problema alguno.

En uso

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El DDJ-400 no tiene ningún misterio, todos los controles son bastante intuitivos y sus funciones están claras. De todos modos para los despistados Pioneer DJ ha incluido un tutorial que aparece cuando conectas el controlador por primera vez y Rekordbox se está ejecutando –tranquilo, si sabes de qué va el tema puedes omitir el tutorial–. La única dificultad que puede llegar a encontrarse es recordar las funciones secundarioas que tienen bastantes botones, aunque a fin de cuentas dichas funciones van serigrafiadas debajo de cada botón.

Respecto a sensaciones, debo decir que los botones de Play y Cue a pesar de ser diminutos son mejores de lo que esperaba, y que el jogwheel a pesar de ser muy pequeño es pesado y eso le proporciona firmeza y ayuda a que lo muevas con bastante precisión. Sí, lo sé, parece un juguete, pero debo reconocer que la respuesta es mucho mejor que la apariencia, de hecho es más inmediata y precisa que en controladores del mismo precio de la competencia –Kontrol S2 MK3, te estoy mirando a ti–.

Comentaba antes que la distribución de controles imita a la de los dispositivos autónomos, pero la cosa no se queda ahí. También estos controles imitan el funcionamiento de los controles reales, lo cual hace que cuando marcas un loop los controles de esta función parpadean, al igual que el botón de activación de efectos. También tenemos integrada esa curiosa forma de monitorizar el master por auriculares que emplea Pioneer, donde debemos pulsar el botón CUE del master además de utilizar el control de mezcla de auriculares.

Donde nos quedamos lejos de imitar el funcionamiento de los “hermanos mayores” es en el metering, es quizá de lo más flojo del aparato y con el doble vúmetro de 6 segmentos para todo la cosa se queda corta. Creo que no hubiera costado tanto meter un par de segmentos más y poner vúmetros diferenciados para los canales y el master.

Respecto al sonido el equipo es bastante justito. Seamos claros, no suena mal, pero la señal que obtenemos por el master si la llevas cerca del límite del aparato tiene cierta distorsión, y desde luego su sonido está lejos de la nitidez que ofrecen los equipos de gama alta del mercado. Para una cabina doméstica de bedroom DJ es adecuado, incluso puede que en un pequeño PA para fiestecitas, pero con bastante potencia y llevando el aparato a sus límites y ya verás que el sonido te cansa el oido en los medios.

Una de las cosas más divertidas que hice con el controlador fue usarlo con el iPhone y Djay Pro. Necesitas el adaptador oficial de Apple de Lightning a USB 3 ya que ese modelo permite conectar un cargador o una batería USB para suministrar energía adicional y con eso consigues que el DDJ-400 funcione. El mapeo que trae de serie Djay Pro para este controlador va perfecto, incluso las luces del aparato están correctamente mapeadas y la aplicación responde perfectamente. Así que puedes meter en una mochila el controlador con unos cascos, el iPhone, el adaptador y una batería externa y sentarte a pinchar en cualquier parte.

Conclusiones

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El DDJ-400 es un controlador muy económico –unos 270€–, ligero y portátil que trata de replicar el layout y la forma de uso de equipos de la misma marca que cuestan al menos 10 veces más. Por su precio, conexiones, sonido y acabados está claramente enfocado a DJs principiantes que quieran probar lo de ser DJ, y hacerlo con el ecosistema que Pioneer DJ ha creado alrededor de Rekordbox no es para nada una mala idea. Además es extremadamente sencillo de usar. Eso sí, cualquier profesional que le quiera meter mano obviamente se sentirá defraudado y el controlador se le quedará corto en muchos aspectos.

No obstantante siempre digo que los profesionales no tienen por qué usar equipos profesionales cuando se bajan de un escenario y creo que siempre viene bien tener un controlador pequeñito y barato para preparar y probar cosas cuando estás de viaje, o sencillamente no dispones de espacio para nada más grande. Y lo de usarlo con un dispositivo iOS es pero que muy divertido.

Por otra parte que un aparato tan barato traiga una licencia completa de Rekordbox DJ es un punto a favor sencillamente genial, ya que cuando se trata de controladores para Serato sólo suelen dar en este rango de precios una licencia de la versión Lite. Y a fin de cuentas aunque el controlador tenga menos prestaciones que un modelo profesional, el software Rekordbox es el mismo que usan aficionados y profesionales y sí que tiene las mismas prestaciones.

Lo mejor

  • Ligero y transportable, con controles completos de mezcla y en los decks.
  • Respuesta excelente de todos los controles.
  • Incluye una licencia de Rekordbox DJ y además se puede usar con dispositivos iOS.

Lo peor

  • Sonido mejorable
  • Conexión para auriculares sólo en minijack y una única salida master en RCA.
Teo Tormo
EL AUTOR

He trabajado como productor musical y discjockey. Desde hace años investigo y analizo la tecnología musical aplicada al DJ, buscando siempre las herramientas más innovadoras y observando su impacto en la industria musical.

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