Tras una intensa campaña de marketing que incluyó jugar al despiste con los posibles nombres del software, Mixed in Key lanzó hace algo más de un año Flow, un software para DJs del que ya hicimos un análisis de su primera versión. Seamos claros: el señor Yakov Borobyev, dueño de Mixed in Key, encontró en su momento la gallina de los huevos de oro ofreciendo a los DJs un método automatizado que les permitiera en primer lugar saber la tonalidad de las canciones incluso teniendo menos capacidad auditiva que un pirotécnico jubilado, y en segundo lugar codificando –y patentando el resultado– una típica rueda de quintas para que fuera todavía más fácil saber qué tonalidad es armónicamente compatible con otras, de manera que sabiendo contar hasta doce y distinguiendo entre dos letras estaba toda la faena hecha. Pero la mayoría de fabricantes de software para DJs se han dado cuenta de lo interesante que es la mezcla armónica y han introducido en sus programas las funciones necesarias de análisis, e incluso han aparecido herramientas gratuitas capaces de realizar esto mismo. Así que Yakov ha ido expandiendo su mercado ofreciendo otras herramientas que automatizan otras tareas necesarias para el DJ como Platinum Notes, MetaBliss o Mashup, un curioso DAW con las funciones justas para hacer un mashup.
Flow ha sido el último producto bajo la marca Mixed in Key, y es un programa para pinchar. ¿Sorpresa? No realmente. Mientras los demás incorporan la función de análisis tonal en sus programas de pinchar, Mixed in Key ofrece un programa para pinchar con el que quizá sea el mejor análisis tonal. Es una posible forma de recuperar mercado, o incluso de crear uno nuevo atrayendo a los que no han pinchado en su vida.
Las bases se mantienen
A pesar de haber llegado hasta la iteración 2.5 del programa, la interfaz sigue siendo prácticamente la misma y la manera de interactuar con el software prácticamente también. Al iniciar el programa tenemos para elegir las 3 áreas principales de trabajo: Preparation, Play, Export. Aunque al arrancar el programa podamos elegir entre una de las tres áreas, en cualquier momento podemos cambiar entre ellas ya que en la interfaz siempre tendremos arriba tres botones para cambiar de área.
El área Preparation es donde agregamos música a la biblioteca de la aplicación y donde será analizada para obtener tanto su forma de onda como su tempo, tonalidad, y “niveles de energía” de la canción. Este último factor junto con un conteo de compases, es la información que emplea el programa para realizar divisiones entre las distintas partes de la canción. Los niveles de energía –”energy levels” en el software– definen la “intensidad emocional” de la música, aunque como creo que no hay software que pueda interpretar las emociones que proyecta el arte sobre el ser humano, imagino que estos niveles se obtienen mediante algoritmos que tienen en cuenta el nivel de la señal -su "loudness" probablemente– y la complejidad sonora en frecuencias del fragmento, así como las variaciones de esos mismos factores a lo largo de la pista. A fin de cuentas para el DJ, mirando los niveles de energía simplemente te haces una idea de la intensidad sonora de la parte.
Si no estamos de acuerdo con las partes en las que queda subdividida la canción, los niveles asignados de energía o las tonalidades detectadas (es raro que falle), desde Preparation es desde donde debemos cambiarlo. Es esencial que las partes de la canción queden divididas correctamente a nuestro gusto, porque en Flow no hay hotcues, simplemente podemos saltar de una parte de la canción a otra, así que teniendo en cuenta que esta será nuestra forma de movernos por el tema, más nos vale dejarlo bien. También desde aquí podemos corregir el beatgrid… bueno, realmente lo único que podemos hacer es indicar el downbeat y poco más. Si el programa ha calculado mal los BPM, poco o nada tenemos que hacer. De todos modos, de todos los temas que analicé para esta última prueba, unos 200, Flow clavó el beatgrid de todos, incluyendo algunos temas de trap y de brostep que le puse.
Una de las novedades del actual Flow es que tras modificar subdivisiones, el downbeat o los niveles de energía, podemos marcar la canción como “personalizada”. La información de las canciones marcadas de esta manera, es enviada a un servicio de Mixed in Key llamado CloudSync que almacena todas nuestras personalizaciones con dos finalidades; la primera es restaurar la información en una nueva instalación de Flow en caso de que cambiemos de ordenador o se corrompa nuestra actual instalación, la segunda –que puede ser desactivada por el usuario– es compartir con Mixed in Key la información de nuestra personalización para que sus algoritmos afinen más el análisis de las canciones. Esta funcionalidad es francamente interesante e innovadora, y aunque hemos visto alguna cosa parecida con Traktor Pro y Traktor DJ empleando Dropbox como nube, es la primera vez que la aplicación usa su propio servicio de nube, y también que puede reutilizar lo almacenado ahí en beneficio de la comunidad de usuarios.
La aplicación sigue dando la opción de en muchos temas “mejorar” el sonido –aparece un botón con el rótulo “Click to improve”– , algo que te envía a la web de compra de Platinum Notes. Lo cierto es que aunque nunca he sido fanático de los programas que prometen hacer “magia” para mejorar el audio de algo a base de procesamiento por lotes, he estado investigando y actualmente la gente de Mixed in Key ha licenciado algoritmos de iZotope, que básicamente lo que hacen es nivelar por igual todas tus canciones y darles algo de “calor” de manera similar a cómo lo haría un preset de su famosa suite de mastering Ozone. Varios hispasónicos me han preguntado por Platinum Notes, así que aunque no en esta ocasión, os prometo una futura review de este software que promete hacer magia con las canciones de los DJs, que básicamente estará basada en comparaciones “antes de” y “después de”. Para hacerlo divertido pondremos algunas a ciegas. Pero eso como digo, para otra ocasión.
En la parte negativa del área Preparation destacar que por algún motivo desconocido el tamaño mínimo de una subdivisión o fragmento de una canción debe ser de 4 compases. Si te apetece hacer algo aislarte algún redoble de uno o dos compases, no puedes. La interfaz podría estar mejor aprovechada, el tamaño de la representación de la forma de onda es pequeño y hay que usar constantemente el zoom; tampoco es tan detallado como en Traktor , Serato DJ, o Cross, y emplea unos tonos azules poco definitorios. También en ocasiones funciona de manera algo torpe, pinchas con el ratón en un sitio y el localizador de reproducción te va a otro sitio, aunque al final te terminas poniendo donde quieres.
Una vez tengas los temas listos puedes ir al área Play y ponerte a pinchar. Aquí poco ha cambiado a simple vista con respecto a las primeras versiones. Sigue habiendo un master tempo al que sincronizar automáticamenten los temas, es decir, Flow sigue en la línea de obviar totalmente el beatmatching manual. La ganancia es automática siempre, no existe control alguno de ganancia. Tienes una EQ tipo isolator en cada uno de los dos decks, un fader y un crossfader. Como novedades ahora cada canal tiene un filtro bipolar y un efecto “Energy Level”. Al usar ese efecto lo que parece que se consigue es una especie de exitación armónica de las frecuencias altas, al que se aplica también un eco con un poco de reverb. El resultado es curioso combinado con el nuevo filtro.
La sección de transporte de Flow es donde está una de las curiosidades del programa. En la parte inferior de cada deck tienes una representación pequeña de la forma de onda del tema, con las diferentes subdivisiones hechas en el área Preparation. Puedes navegar entre esas subdivisiones bien pinchando con el ratón o bien con un encoder, la reproducción se puede iniciar pulsando Play tras elegir una subdivisión. En cualquier momento puedes saltar a otra subdivisión y la reproducción continuará desde donde el programa considere que es el punto adecuado de la subdivisión, ¿cuál es ese punto?, si en la subdivisión en la que estabas habían transcurrido 8 compases, en la siguiente la reproducción comenzará 8 compases después del inicio de la subdivisión. Puedes mapear botones para saltar una subdivisión adelante o atrás, y para saltar al inicio de la subdivisión en la que estás, que es lo que Flow denomina Cue. A la hora de hacer saltos de una subdivisión a otra, puedes hacer que el sonido directamente salte de un punto de reproducción al otro o definir un fundido cruzado entre el sonido de ambos puntos. La duración del fundido puede definirla el usuario. Dispones también de una función de loop pero bastante limitada, ya que sólo permite loops automáticos de 1, 4, 8, 16 y 32 compases. No se pueden hacer micro loops.
En la parte inferior del área Play, la dedicada al browser, ahora tenemos la interesante función llamada Dynamic Playlist, que nos ofrece una selección de temas “compatibles” con lo que está sonando teniendo en cuenta la tonalidad, el tempo y el “nivel de energía”. La versión actual realiza este playlist dinámico tomando todas las canciones de la librería, pero el desarrollador ya ha comentado la posibilidad de que se puedan aplicar filtros o restricciones a esta función y adaptarla más al usuario o al público.
La forma de trabajar con Flow puede ser interesante si tu forma de pinchar se asemeja o quieres que se asemeje a lo que te proponen. Mezcla automática perfecta, niveles casi automáticos, temas divididos perfectamente en fragmentos que puedes saltarte rápidamente, poquitos efectos. Si te preparas bien los temas y te los conoces, se pueden conseguir muy buenos resultados en poco tiempo, especialmente si procuras que todas las mezclas sean armónicas, y en eso lo cierto es que el programa actualmente no falla, identifica muy bien las tonalidades. Puedes hacer mezclas largas que queden bien loopeando partes grandes de las canciones, y casi hacer algún mashup en directo. Puedes poner tema tras tema de música comercial, cuadrando automáticamente las bases de la intro y el outro. Puedes dedicarte a mezclar un drop tras otro de bigroom y tener a la gente pegando saltos durante horas apretando cuatro botones, o estar durante largos ratos superponiendo capas de loops de deep y tech-house armónicamente bien mezclado y milimétricamente cuadrado mientras juegas con los filtros de cada canal. Y las sugerencias de la Dynamic Playlist son ciertamente útiles si toda la música que tienes metida en la librería es del mismo género. El programa es muy estable, no se me ha colgado una sola vez ni me ha hecho cosas raras con ninguno de los tres interfaces de audio con los que lo he probado. Parece tener muy baja latencia, y digo parece porque no hay ninguna opción donde ajustar nada relativo a eso.
Y eso es prácticamente todo, si quieres pinchar de una manera diferente, Flow no te servirá. No hay efectos sofisticados, ni scratch, ni loop rolls, ni reproducción inversa, ni podrás hacer sofisticadas combinaciones de hot cues, tampoco hay sampler… En este aspecto Flow ha cambiado poco desde su concepción inicial, sigue proponiendo una manera concreta de pinchar y va dirigido a quien le interese eso. ¿Muy enfocado quizá a un público amateur o semi-profesional? Es posible. Ya que con otros programas puedes lograr exactamente el mismo resultado, aunque a Flow le han quitado todo eso que ese público no usaría de esos programas y le han añadido algunas funciones interesantes basadas en automatismos. No obstante, un profesional le puede sacar bastante partido a Flow igualmente, incluso hacerle la vida mucho más cómoda.
En el área Export tenemos la posibilidad de ver el top 100 de los temas que más pinchamos o exportar cualquiera de las sesiones que hayamos realizado. No hace falta darle la grabar para grabar una sesión, si en Settings hemos elegido que Flow grabe todo, tendremos siempre todo lo que hayamos pinchado con Flow –está ordenado por fecha y contiene el playlist– y sólo tienes que elegir la “sesión” que quieres y te la exporta. Ahora por fin pueden exportarse las sesiones en aiff, hasta hace poco era siempre en mp4.
En Settings podemos definir el interfaz de audio y las salidas que emplearemos para el master y la monitorización de auriculares. Sigue siendo imposible enrutar el sonido de cada deck por diferentes salidas de un interfaz para realizar la mezcla externamente, así que necesariamente debes usar un controlador MIDI. En el aspecto de los controladores MIDI Flow al menos ha mejorado, o más que mejorar, es como debería de haber sido desde la primera versión. Ahora todos los controles son perfectamente mapeables, y además ya no hay incompatibilidades raras a la hora de tratar de mapear controladores de algunos fabricantes, como los de Native Instruments, que daban problemas. De hecho ahora garantizan que Flow funciona perfectamenten con los controladores más populares de Native Instruments, Reloop, Pioneer y Numark. Doy fe de que los de NI, que tengo unos cuantos, funcionan todos perfectamente. He podido probar también un N4 de Numark sin ningún problema. Una vez más, así es como debería haber sido desde la primera versión.
En la parte negativa de los controladores, destacar que el programa no puede enviar MIDI –su sistema de mapeo es muy básico– con lo que no puede controlar luces. Si tu controlador tiene un vúmetro que funciona reflejando la señal de la salida máster, por lo menos tendrás esa referencia. He llegado personalmente a la conclusión de que ya que el nivel de ganancia por canal es automático, los de Mixed in Key asumen que no necesitas vúmetros en cada canal, ya que la señal está bien y punto.
Conclusiones
Flow 2.5 ha mejorado desde que lo conocimos hace un año. Sus principales méritos están en el muy mejorado soporte de controladores MIDI, los nuevos efectos de filtro y “energía”, la excelente función de CloudSync –que toda empresa de software para DJs debería ofrecer–, el poder exportar las sesiones en un formato no comprimido y poder mapear funciones nuevas como la de saltar o retroceder al siguiente fragmento de la canción. Además es actualmente un programa muy estable y ágil, su librería se gestiona bien y es compatible con iTunes. Y por supuesto el certero análisis de la tecnología Mixed in Key. Pero no ha dejado de ser un programa con un enfoque muy concreto, dirigido a pinchar y mezclar de una manera muy concreta, lo cual limita su mercado. De todos modos hay que recordar que Flow sólo cuesta 58$, unos 45€.
¿Podría ampliar Flow su posible mercado con más funciones? Unos cuantos efectos más y el ofrecer más opciones para loops simplemente le daría mucho mayor empaque. Y la ausencia de vúmetros sigue clamando al cielo. Si se añadiera todo lo anterior junto a unas listas dinámicas con filtros seleccionables por el usuario, Flow podría tomarse más en serio. Lo cual no hace que actualmente tenga que estar vetado a un uso profesional, sirve perfectamente a pesar de sus límites. Conozco profesionales a los que incluso les sobraría alguna función de Flow, más que faltarle. Y dejo una idea para Mixed in Key: una versión para iOS seguramente tendría más éxito.
Lo que nos ha gustado:
- Mapeo MIDI muy mejorado.
- Estable, rápido, lo que hace lo hace bien.
- La función CloudSync.
Lo que no nos ha gustado:
- A pesar de la adición de efectos, necesita más.
- Muy pocas opciones para loops y otras funciones creativas.
- Sin vúmetros.
Más información sobre Flow 2.5 en su web oficial.