Primeros pasos como DJ: respetar, escuchar y conocer la música
Iniciamos con este artículo una nueva serie de contenidos enfocados casi exclusivamente a los aspirantes a DJ más novatos, incluso me atrevería a decir que más que para novatos, para gente que decidió ayer que quiere ser DJ y necesita empezar desde cero. En esta nueva serie explicaremos cómo elegir entre un equipo u otro, cómo usar el equipamiento, cablearlo, configurarlo, las técnicas más básicas para mezclar dos canciones usando platos, reproductores multimedia y ordenadores, realizar grabaciones de tus trabajos… Pero también hablaremos de algo que muchas veces olvidamos lo crucial que es en el trabajo de un DJ, tan crucial que si no existiera no tendría trabajo: la música. Y precisamente sobre música trata nuestra primera entrega.
Vaya, has decidido ser DJ. Supongo que lo has decidido porque te encanta la música, estás enamorado de la música, no recuerdas momentos de tu vida sin música y si los recuerdas dudas que fueran reales, tu vida entera es algo que sólo tiene sentido al ritmo de la música y de hecho tu mente le pone banda sonora a cada acontecimiento de tu vida mientras sucede de manera automática seleccionando con precisión cada canción de tu vasta colección discográfica, incluso podrías ponerle banda sonora a la vida de cualquier otra persona y estás totalmente seguro de que acertarías con todas y cada una de las canciones; llevas toda la vida regalando música a otras personas, y cuando esas personas van a tu casa les enseñas tu música y estás orgulloso de deleitarles con algún nuevo descubrimiento musical que estás deseando disfruten como lo disfrutas tú. Un momento… ¿no? Vale, volvamos a empezar.
Discjockey, una profesión donde la música es la clave
En los últimos años la profesión de discjockey ha aumentado su popularidad, no voy a entrar a analizar los detalles por los cuales esto ha sucedido –me desviaría mucho y realmente daría para un libro entero–, pero lo cierto es que hoy por hoy la profesión es mucho más popular, aceptada, y tenida en cuenta por mucha gente –especialmente joven– como una posible salida laboral para ganarse la vida, tanto que existen desde hace bastantes años escuelas privadas que ofrecen estudios especializados para formarse como discjockey e incluso en los instituos españoles de Formación Profesional se ha creado una especialidad dentro de la rama audivisual que también se centra en esta actividad laboral.
Sin embargo hay algo bastante equivocado en la percepción que hay del discjockey por parte tanto de sus seguidores como de aquellos que aspiran a serlo, y es que actualmente el discjockey lo es porque sabe manejar una serie de dispositivos físicos –platos, reproductores, mixers, ordenadores...– que sirven para reproducir y mezclar música grabada, y que son esos conocimientos lo que le convierten en discjockey: craso error. Aunque los conocimientos y la técnica son importantes, lo es aún más el conocimiento de la música –o la cultura musical–, ya que aunque tengas los dispositivos de reproducción más complejos o avanzados que existan en el mercado, si no pones la canción adecuada en el momento justo para hacer bailar a la gente no valdrás nada como discjockey. Está bien preocuparse de que tu controlador funciona a la mínima latencia posible sin que haya interferencias en el sonido, de que tu mixer tenga los efectos más originales y de sonido más cristalino del mercado… pero si no te preocupas de conocer bien la música que pinchas, tu carrera como DJ estará muy limitada. De hecho no deberías ponerte a los mandos de una cabina, por muy bien que manejes todo, si antes no tienes la honesta certeza de que eres un experto en la música que vas a poner.
Empieza por respetar la música
Si tu concepto de la música es el de algo que se descarga masivamente de la red sin pagar nada a cambio, sin conocerla, y que se amontona en tu disco duro sin escucharse “por si algo de eso está de moda”, comienza por desterrar esas ideas. La música que habitualmente escuchas es el resultado del duro trabajo de unas cuantas personas –compositores, músicos, técnicos, productores, personal de marketing y finanzas, abogados...–, y ese trabajo se paga. Si te la descargas gratis esa gente no cobra, ¿te gustaría trabajar sin cobrar? Seguro que encontrarías centenares de argumentos para no hacerlo, y esos mismos argumentos te los podría contar toda esa gente que no cobrará por la música pirata que descargaste. Pagar por la música te hará mejor discjockey porque te hará valorar mejor toda la música que tengas: te verás obligado a preescucharla antes de comprarla –se puede hacer hasta en las tiendas online de vinilos, o incluso usando servicios de streaming, no hay excusa– la conocerás antes de pagar por ella, tendrás que valorarla y decidir si esa música merece que inviertas tu dinero en ella para que pase a formar parte de tus recursos sonoros. Así que el primer filtro de la música será el contenido de tu cuenta bancaria, ¿se te ocurre mejor filtro que el resultado de tu esfuerzo laboral y lo que te da de comer? ¿Te atreves a borrar toda tu música pirata y a comenzar a ser DJ sólo con música que pagues? Seguramente sea uno de los mayores ejercicios de coherencia artística que puedas realizar, a la vez que un atrevimiento digno de elogio. También serás mejor DJ si compras tu música porque tendrás la posibilidad de obtener canciones con una mayor calidad sonora que las que encuentres pirateadas, nunca podrás tener un buen sonido en tus sesiones por muy buen equipamiento que emplees si pinchas un archivo de baja calidad que podrías tener a mucha mayor resolución por un par de euros. Respeta a tu público ofreciendo el mejor sonido, respeta a la música preservando el sonido en el que trabajaron los técnicos de una producción.
Respetar la música no es sólo preocuparte de la música que te gusta, también de la que no te gusta. Dedica siempre un poco de tiempo a escuchar –e incluso a coleccionar– música que no te gusta o que no sueles consumir habitualmente, quizá descubras canciones o artistas de esos géneros que te gustan un poco, y es posible que entiendas por qué esos géneros musicales gustan a otras personas, algo que a un DJ le puede sacar de más de un apuro cuando una pista está llena de un público que no esperaba.
Respetar la música es también tenerla bien ordenada para poder encontrarla en el momento que la necesites. Sigue estas pautas:
- Clasifica correctamente todos esos archivos musicales que has comprado online están bien clasificados en carpetas por género, año, artista… sigue el método de clasificación que quieras, pero sigue uno.
- Tus archivos digitales deben tener todos los metadatos correctamente: título de la canción, artista, álbum/single, año de lanzamiento… Y también las portadas; mucha gente es incapaz de recordar títulos, pero sí portadas.
- Guarda copias de seguridad de la música digital y las librerías de los programas que emplees para pinchar o clasificar la música. Si puedes guarda copias en la nube.
- Si pinchas con vinilo debes tener también tus vinilos bien ordenados. Cuando pinchas con vinilo es normal que no puedas llevar toda tu colección, así que necesitas orden para poder elegir, localizar y organizar lo que te llevarás cada noche. Y sobre todo que estén limpios.
- Si pinchas con CD el orden también es importante, guarda todos tus CDs en carpetas para transportarlos acompañados de algo –libreto, papel, cartulina...– que indique de manera precisa y fácil de leer lo que hay en cada pista del CD. Mantenlos limpios y revisa cada cierto tiempo si están rayados y si las rayas afectan a la reproducción para hacer un duplicado del CD antes de que esté tan mal que te pueda dejar tirado.
Escucha de verdad la música
Evidentemente si pagas por la música tendrás la obligación de tratar de rentabilizar tu inversión, y lo primero será conocer bien lo que has pagado. Escucha atentamente lo que has comprado, y cuando digo atentamente quiero decir que dediques tiempo a exclusivamente escuchar la música sin hacer ninguna otra cosa siguiendo estas pautas:
- Tú y la música. Nada más. Evita distracciones como el móvil o internet, y resérvate tiempo para escuchar música con calma. Escuchar música es parte de lo que quieres que algún día sea tu trabajo, así que tómatelo tan seriamente como puedas.
- Analiza la estructura, cuando entra y sale cada elemento sonoro, cada instrumento en la canción, el inicio y final de las partes vocales.
- Si estás escuchando música de club analiza la duración de las partes iniciales y finales en la que sólo hay base rítmica. Debes también saber ubicar las partes intermedias lo que se conoce como paradas –partes en las que desaparece o se atenúala base rítmica– y conocer aproximadamente su duración.
- Analiza la energía –sí, suena un poco zen– que transmite la canción: ¿hay cambios de ritmo o de tonalidad que vuelven la canción más animada? ¿algún momento en la letra que la vuelve más dramática? ¿la aparición de determinados instrumentos la vuelven más intensa? Ubica estos eventos en la línea de tiempo de una canción y recuérdalos.
Hay un ejercicio que recomiendo hacer, no con toda la música, pero sí con algunas canciones que puedan gustarte mucho y que consideres referentes en géneros que quieras pinchar, y es tratar de hacer por ti mismo una representación gráfica de la estructura de la canción. Es algo que te puede ayudar a comprender mejor los géneros musicales y por ende a realizar mejores mezclas cuando llegue el momento de subirse a una cabina. Básicamente consiste en trazar una línea de tiempo horizontal, segmentarla en grupos de por ejemplo 8 compases, y debajo ir añadiendo filas en las que marques con líneas o bloques el momento en que entra o sale cada elemento sonoro o instrumento de la canción. Para entender esto bien, me voy a tomar la libertad de coger prestada una infografía de nuestros colegas de Attack Magazine que define muy bien el resultado que más o menos debes buscar:
Evidentemente no tiene que quedarte tan perfecto ni preciso, basta con que trates de hacer un ejercicio similar con un bolígrafo y una libreta de cuadros. Es el propio hecho de hacer el ejercicio lo que te ayuda a tener una mentalidad analítica y no el que el esquema te salga bonito. Este ejercicio también te servirá el día que quieras plantearte empezar a meterte en tareas de producción y quieras comenzar por cosas sencillas como edits o remixes, saber analizar la estructura de una canción te pondrá más fácil las cosas.
Conoce la música
¿Qué sabes de la música que estás comprando y escuchando? Desgraciadamente hoy en día incluso entre los discjockeys profesionales se está perdiendo mucha cultura musical, y el máximo conocimiento que se tiene acerca de una canción es su título y quién supuestamente la compuso. Es importante conocer en primer lugar las raíces musicales de los géneros que uno quiere dominar y pinchar, saber cómo surgieron esos géneros, qué artistas hubo detrás de ese proceso, en qué contexto social –e incluso tecnológico– estaban inmersos, a qué recursos musicales tuvieron acceso los artistas, que influencias culturales les afectaron. Para profundizar más puedes ahondar en la labor que hicieron las casas discográficas que trabajaron comercialmente con esos géneros. Si no te apetece moverte de delante del ordenador, Wikipedia, Discogs te ayudarán en tu investigación:
- Prueba a buscar en Wikipedia los nombres de los artistas que te gustan, es probable que encuentres la biografía completa de algunos e incluso detalles sobre la producción de algunos de sus discos. Si la información que encuentras en castellano es muy escueta prueba a buscarla en inglés –sí, saber inglés es bueno para cualquier trabajo–.
- Discogs te ayudará a conocer mejor el trabajo de los artistas que te gustan, están listados todos sus trabajos y el formato en que se lanzaron, tanto si fueron el artista principal como si colaboraron, así como la discográfica que lo comercializó. También aparecen los alias artísticos bajo los que han trabajado y artistas o grupos con los que se han relacionado. Por si te parece poco, en el marketplace de Discogs directamente puedes tratar de comprar música de los artistas que investigues.
- En tu investigación encontrarás nombres de artistas, discos y canciones de la que seguramente quieras escuchar algo. Si sólo quieres escuchar lo que investigas y no comprarlo, cuentas gratuitas en Spotify y Deezer pueden ayudarte. No lo podrás escuchar todo, especialmente si se trata de cosas algo antiguas, pero es mejor que sólo leer y no escuchar nada.
¿De qué te sirven estos conocimientos? El tener un conocimiento algo más “enciclopédico” de la música te permitirá tener un abanico de posibilidades mayor a la hora de elegir –comprar– música para pinchar y no tendrás que recurrir constantemente a las mismas canciones, artistas y sellos a los que recurre todo el mundo. Entender cómo surgió un género musical te puede ayudar a entender cómo surgen nuevos géneros y de qué manera pueden evolucionar los ya existentes. Si algún día te atreves a ser un creador musical, saber cómo otros empezaron a crear y por qué procesos pasaron te puede orientar a la hora de tomar decisiones. Y desde luego saber más que nadie en una discusión sobre música siempre elevará un poco tu caché. No, lo último es broma.
Por hoy es suficiente
Espero que estas líneas os sirvan para dar un enfoque más coherente y apropiado a vuestra primera y más importante tarea como futuros DJs: seleccionar música. Dentro de poco llegará otra entrega de “Primeros pasos como DJ”, y en la próxima ocasión empezaremos a hablar de vuestro primer equipamiento para pinchar. ¿Deseando saber en qué trastos debes invertir tu dinero? Aquí te lo contaremos. Mientras tanto puedes acudir a los comentarios para contarnos tus trucos para lidiar con el descubrimiento, análisis y escucha musical. Hasta pronto.