Cinco razones para amar Pro Tools y cinco para odiarlo (y un poco de historia)
Lo confieso, yo uso Pro Tools. Sé que en los vídeos de Mezcla Pro de Hispasónic y en las charlas que he dado aparezco usando Nuendo, Cubase e, incluso, Logic y Live, pero las circunstancias mandan y tengo un Pro Tools HD siempre dispuesto. No ha sido un camino fácil. Empecé a usarlo hace unos 11 años, con la versión 5. En aquella época mi forma de acercarme a Pro Tools fue con el infame Pro Tools Free. Digidesign (ahora Avid) era consciente de que la mayoría de la gente no podía permitirse un carísimo sistema TDM y sacó su primera versión Nativa, que fue toda una revolución.
Pero Pro Tools en el año 2000 no era precisamente nuevo. Heredero de Sound Designer, un editor nacido para el Emulator II a mediados de los 80, Digidesign presentó Sound Tools como un editor digital de UNA pista. Era un equipo carísimo y aparatoso, de forma que existían personas que iban de estudio en estudio con un rack ofreciendo sus (caros) servicios de edición digital. Ya en 1991, Sound Tools pasó a llamarse Pro Tools e integrar 4 asombrosas pistas de edición digital a 16 bits y 44.1 Khz y secuenciador. En 1997 dio el salto a los 24 bits y 48 Khz e, imparable, se convirtió en el estándar de la industria con la introducción de su sistema Pro Tools | 24 MIX en el 98, con efectos DSP y con 64 voces.
Lejos de ser perfecto, el Pro tools Free de 2000, con 8 pistas de audio y soporte para MIDI y RTAS, permitió a una generación aprender los secretos de su sistema a costa de un alto consumo de recursos y un manual de más de MIL páginas. En esa época yo era usuario de Logic y Cubase en mi estudio personal, y Nuendo en el estudio personal del difunto Manzanita, donde trabajaba grabando y mezclando sus canciones. Desgracidamente, Pro Tools Free distaba bastante de su equivalente TDM y los proyectos no eran compatibles, lo que hacía de él un sistema cerrado y poco capaz.
En ese momento, el uso de DSP estaba justificado: los sistemas nativos no permitían el uso de plug ins de alta calidad en cantidades suficientes y TDM prometía baja latencia y raudales de proceso. En la prácitca, era un poco diferente: el uso del DSP era poco óptimo y tenías que usar los plugins por familias si no querías ver cómo tus recursos caían en picado de forma un poco dramática. De esa época viene el uso del famoso WaveShell de Waves, que dura hasta nuestros días, ideado como una forma de mantener el código DSP independiente y optimizar la carga.
Con el cambio generacional de Pro Tools de TDM a HD, los recursos se multiplicaron y las limitaciones se eliminaron. Los costes, comparativamente, bajaron, pero siempre se mantuvo como un sistema cerrado, de forma que sólo se podía usar con los interfaces y sistemas recomendandos, siendo tremendamente exigente con el hardware del ordenador.
Presionado por el empuje de Steinberg y Apple, Avid, que compra Digidesign en 2005, reescribe desde cero Pro Tools y saca la primera versión independiente del hardware, modernizando el programa de forma muy sustancial y, con la reciente presentación de la nueva generación HDX, dándole un buen futuro.
¿Es Pro Tools, hoy en día, un estándar necesario? ¿Tiene sentido el uso de DSP con ordenadores cada vez más potentes? Para responder a estas preguntas, os doy mi lista, muy personal, de razones para amarlo y odiarlo:
Cinco razones para amar Pro Tools:
- No hay estudio en el mundo que se precie que no tenga alguna versión. Sus proyectos se mueven con facilidad y te permite exportar a versiones anteriores sin traumas. Yo lo uso constantemente por esta razón: cuando doy un proyecto a otro estudio (o lo recibo), quiero que esté todo en su sitio. OMF y AAF pueden dar problemas, dependiendo del sistema y las características.
- El interfaz y el flujo de trabajo no ha cambiado demasiado desde su comienzo. Fue diseñado pensando en una generación que venía de usar sistemas analógicos y conserva la mayoría de las funciones en los mismos sitios y con los mismos atajos de teclado. El uso de playlist es muy bueno.
- Tiene fama de ser muy estable. Esto es cierto dependiendo de qué versión y qué de circunstancias, pero, la verdad, es positivamente uno de los programas más estables (a costa del segundo punto dos de la tabla de razones para odiarlo)
- En el caso de TDM/HD, Avid siempre tiene grandes ofertas de actualización, recoprando el hardware y software antiguo, de forma que, después de 10 años de uso, puedes actualizar a un sistema más moderno por un coste total marginal.
- Viene de regalo con un montón de interfaces de audio de Avid, lo cual hace muy fácil llegar al mundo Pro Tools de forma razonable.
Cinco razones para odiar Pro Tools:
- A pesar de que hay ofertas con interfaces de audio de Avid, es un sistema caro, y en el caso del DSP, muy caro. Aunque la versión más económica ronda los 600 €, tiene limitaciones absurdas en número de canales, envíos, etc, que fuerzan a la compra de amplicaciones. Recientemente me he pasado a HD porque la versión normal no soporta surround, función que tienen todas los demás DAWs del mercado. Además, la política de precios de Avid se ha desmadrado, pidiendo a sus propios usuarios grandes cantidades de dinero para actualizar EL SOFTWARE.
- Las opciones disponibles y el flujo de trabajo, especialmente para MIDI son, literalmente, del siglo pasado. Pro Tools 10 implementa en 2011 funciones que ya tenía Nuendo en 2001 (yo lo llamo cariñósamente Pro Tools 10=Nuendo 2).
- El soporte técnico es de pago. Sólo por esta razón yo ya me lo pensaría. Tiene un foro muy potente donde la gran base de usuarios se ayudan, pero, si necesitas ayuda oficial, tienes que comprar tickets de soporte.
- El ajuste automático de la latencia deja mucho que desear en los sistemas no HD. Esto limita su uso con ciertos plug ins y ciertas técnicas de compresión paralela.
- A pesar de que el DSP cada vez es más innecesario en el mundo del procesado de audio, Pro Tools está muy atadado a su DSP y, especialmente, a su hardware de entrada y salida para que rinda a alto nivel.
¿Se te ocurren mejores razones para odiarlo o quererlo? Ahora es tu turno :-)