Sentando algunas bases: el sistema tonal

El sistema tonal


Conté no hace mucho esta anécdota en algún foro de Hispasonic. Hace pocos meses nació mi hija. Entre los encantos de la chiquilla están los de no dar demasiada guerra salvo cuando la metes en el asiento de atrás del coche. Cualquiera que tenga hijos sabe lo tortuoso que puede llegar a ser el llanto de un bebé y lo que puede alterar tus nervios cuando estas conduciendo. En una de estas ocasiones, ingenuo de mi, se me ocurrió poner en la radio del coche música de Mozart, por eso de que la música amansa a las fieras. Pensé que un tema clásico tranquilo debería causarle un efecto relajante. Lejos de eso, se cabreó aún más.

Recordé lo escéptico que yo era con el famoso efecto Mozart y lo poco coherente que estaba siendo intentando llevarlo a la práctica. Vi que tenía en la guantera un CD bastante distinto, “Invader must die” de Prodigy. Llevaba un tiempo estudiando la música de Liam Howlett, ya que necesitaba inspirarme en algo de ese estilo para unos encargos que recibí. A los pocos segundos de comenzar a reproducir el CD, la niña se calló y no volvió a llorar hasta que la bajé del coche. Pensé en que la había asustado, pero mi pareja que se encontraba atrás con ella me decía que no, que estaba escuchando super atenta e incluso sonreía… Me quedé pasmado.

Me sorprendió el efecto que tuvo una música de por si agresiva en una chiquilla de tan solo tres meses. Pensé que había sido una coincidencia y volví a realizar la prueba en otras ocasiones, en casa y en el coche cuando la chiquilla se ponía a llorar, contrastándolo con obras de música clásica. Casi siempre realizaba el mismo efecto (que bauticé como efecto Prodigy…).

Entendí que la niña no conocía aún el lenguaje musical de Mozart, no había vivido lo suficiente como para que quedaran impregnada en ella los elementos del lenguaje tonal, en el que está basado la mayor parte de la música occidental. En cambio, los sonidos y efectos de la música electrónica le llamaban mucho más la atención y la distraía, de la misma manera que lo hacía el ver luces de colores o simpáticos monigotes animados en la tele.
Prodigy no la irritaba lo más mínimo, ni tampoco la excitaba. Pensé que los elementos que nos hace interpretar cierto tipo de música como agresivo o “cañero” quizá también este sometido a ese lenguaje que es necesario aprender previamente y que se integra en nosotros con el tiempo.

Si tocáis en un instrumento la escala Do, Re, Mi, Fa, Sol, La, Si y mantenéis esa última nota “Si” sentires una atracción hacia la nota siguiente “Do”, que al tocarla os provocará un efecto de conclusión o reposo.

Esto lo vais a percibir claramente todos los que estáis leyendo esto. Pero si se lo hacemos, por ejemplo, a un individuo de una tribu del amazonas que nunca ha salido de allí y nunca ha escuchado música occidental o tonal, se quedará exactamente igual tanto si tocamos ese “Do” al final como si mantenemos la “tensión” en la nota “Si”.

Nosotros convivimos desde que nacemos con ese lenguaje y con todas sus inflexiones. De ahí que nos resulte “comprensible” la mayoría de la música que escuchamos en la mayoría de medios. Luego, claro está, nos puede gustar, aburrir o desagradar. Pero nos resultara, de alguna manera, familiar.

No existe un lenguaje universal que genere la naturaleza de por sí en la música, pero sí que existen unos lenguajes con ciertos elementos que la humanidad ha ido creando, se han ido transmitiendo y han ido evolucionado con el paso de los siglos. Eso no quiere decir que debamos hacer siempre lo mismo y utilizar esos mismos conceptos. Las “reglas” musicales se rompen todos los días, y muchas de esas roturas, cuando se estandarizan, acaban convirtiéndose en nuevas “reglas”. No debemos ver las reglas como una prisión de la que debemos escapar, si no como elementos estandarizados en un lenguaje que nos permite comunicarnos dentro de la abstracción que es la música. En todo caso, tanto si queremos cumplir esas “reglas” como alejarnos de ellas debemos conocerlas (y reconocerlas). Todo depende de la música que vayamos a hacer y lo que queramos expresar. Ser conscientes de que existen ciertos lenguajes implícitos culturalmente en nosotros mismos es esencial.

Existen muchos lenguajes y variaciones de cada uno de ellos, algunos se han establecido en determinadas culturas y otros son muy comunes en géneros musicales específicos. El lenguaje más extendido (creado como todos ellos por el ser humano) y que es una constante en la mayoría de géneros musicales está dominado fundamentalmente, hoy en día, por el sistema tonal, y especialmente por algunos de los modos de la escala diatónica, donde existe un centro gravitacional, como si de un sistema solar se tratara, por el que giran con mayor o menor atracción hacia él, el resto de sonidos. Muy pocas personas quedan hoy sobre el planeta, en un mundo tan occidentalizado como el nuestro, que no sientan ese efecto conclusivo sobre la nota “Do” cuando tocamos la escala de Do mayor.

Las escalas son series de sonidos ordenados de una determinada manera mediante unas distancias concretas. Dependiendo de la cantidad de sonidos que intervengan y cuáles sean estas distancias (medidas por intervalos) las escalas serán unas u otras.

Siguiendo el ejemplo de “Do mayor”, en esta escala, donde cada sonido tiene su función, “Do” es el centro tonal. Esa jerarquía basada en reglas a las que nuestra mente se ha acostumbrado, hace que fácilmente “entendamos” la música creada dentro de este sistema.

Cambiamos el tono de una escala cuando empezamos a construirla desde otro sonido pero manteniendo las mismas distancias:

Escala

Escala de Do mayor:

Escala de Mi mayor:

Escala de La mayor:


La sensación que percibiremos con cada una de las escalas es la misma. En la primera percibimos “Do” como tónica y en la segunda percibimos la misma sensación pero con la nota “Mi” ya que hemos dispuesto las distancias de la escala mayor a partir de cada una de estas notas. En el tercer ejemplo realizamos esos mismos intervalos pero a partir de la nota “La” generando el efecto de tónica sobre esta nota.

Esto quiere decir que el lenguaje musical tonal que tenemos interiorizado está basado en la combinación de los sonidos a partir de unas determinadas distancias y no en la vibración individual de cada nota de manera independiente. Digamos que la realización musical con escalas surge de un “trabajo en equipo” entre cada una de las notas de que consta.

En las siguientes entradas del blog trataremos, con el objetivo de llevarlo a la práctica, diferentes elementos dentro del amplio lenguaje del sistema tonal, y si la cosa va bien empezaremos a picotear también fuera de ese sistema.

Para terminar, como curiosidad añadir que algunos de los temas y samples melódicos de Prodigy están basados en el sistema tonal al igual que la música de Mozart. Aunque eso mi hija aún no lo sabe…

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