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Las tres grandes mentiras de la promoción musical (II)

Seguimos hablando de marketing musical en Hispasonic. En el anterior post debatíamos sobre una de las más célebres verdades aprendidas de la industria musical de la Era Digital: el fin de los medios de comunicación como filtro entre músicos y público. Es un debate peliagudo, pero hay muchos más. En este artículo hablamos sobre la segunda gran mentira de la promoción musical.

MENTIRA Nº2: Gracias a las nuevas tecnologías, la industria ya no es necesaria porque ahora todos podemos grabar un disco en casa y promocionarlo por Internet.

¿De qué estamos hablando cuando decimos industria? Industria podría ser un complejo sistema capitalista plagado de tiburones y sanguijuelas. También, por qué no, un trabajador autónomo, que emplea su tiempo, esfuerzo y dinero. Mejor aún, dejémonos de historias y acudamos a la RAE:

1. Maña y destreza o artificio para hacer algo.

2. Conjunto de operaciones materiales ejecutadas para la obtención, transformación o transporte de uno o varios productos naturales.

3. Instalación destinada a estas operaciones.

4. Suma o conjunto de las industrias de un mismo o de varios géneros, de todo un país o de parte de él.

No sé a vosotros, pero a mí me da que decir aquello de “la industria ya no es necesaria” es como afirmar que ya no se necesita tiempo, dinero y esfuerzo para hacer música. A fin de cuentas la industria musical es eso. Cuando alguien graba un disco en casa está invirtiendo tiempo, dinero y esfuerzo. Y aquí, damas y caballeros, los niveles también importan.

Es totalmente cierto que la inversión por parte de la industria tradicional ha descendido. La industria, tal y como la concebíamos, no tiene un duro… y su labor siempre ha estado muy cuestionada (realmente, a los artistas siempre les ha encantado poner a parir a la industria). En el siglo XXI, las nuevas tecnologías facilitan y abaratan los costes de producción. Grabar un disco ahora es más barato que antes. Pero no nos engañemos. El filtro industrial sigue existiendo porque la inversión sigue siendo necesaria. La inversión de tiempo, dinero y esfuerzo.

Aunque a algunos no nos guste emplear esa palabra para referirnos al arte, la música, pensándolo fríamente, también es un producto. Un producto lleno de amor y cariño, pero un producto, al fin y al cabo. Y ese producto necesita ser producido y necesita ser promocionado. La inversión en contenidos promocionales (música grabada, fotos, vídeos, etc.) es importante. Si no tienes nada que promocionar, ninguna canción para que la gente sepa cómo es tu música, ¿quién va a ir a tu concierto aparte de tu primo y tu novia? Cuando grabas una canción en tu home studio, estás invirtiendo tiempo, dinero y esfuerzo. Tiempo para hacerlo, dinero para comprar tus instrumentos y tu equipo de grabación, y esfuerzo para que todo salga lo mejor posible. Por no hablar de la producción de música en vivo en sí misma.

Otra cuestión peliaguda: la calidad. Debemos empezar a asumir que los niveles de calidad existen. Cuanto mejor suenen tus canciones, mejores sean tus fotos y mejores sean tus vídeos, todo será… mucho mejor. A nivel de ejecución y sonido, no es lo mismo una demo que un disco, al igual que no es lo mismo un profesional que un amateur. Lo mismo ocurre con otras disciplinas que también cumplen su papel en la industria musical. Profesionalidad implica experiencia, buen hacer y calidad. Si cuentas con un mayor índice de profesionalidad a tu alrededor, mayores índices de calidad obtendrás. Otra vez, estamos hablando de tiempo, dinero y esfuerzo. Porque se necesita tiempo, dinero y esfuerzo para llegar a convertirse en un buen especialista, en un buen profesional.

Tradicionalmente, venimos hablando de industria musical como un conglomerado de multinacionales, grandes discográficas, editoriales y agencias de management con oficinas en Manhattan, inversiones en bolsa y secretarias tipo top model. Esa misma industria tradicional que invertía un dineral en producción y marketing. Esa misma industria que decidía en qué artistas (productos) invertir trabajo, dinero y esfuerzo... Pues bien, esa industria, está de capa caída. Esa industria no tiene un duro, es cierto. Pero se sigue necesitando tiempo, dinero y esfuerzo para tener mejores grabaciones, para tener mejores vídeos promocionales, para tener mejores sesiones de fotografía, para tener mejores instrumentos, etc. Alguien debe ejercer de manager, buscar conciertos. Alguien tiene que promocionar al artista y necesita contenidos para hacerlo. Se sigue necesitando industria.

Cuando la industria tradicional (o lo que queda de ella) no cumple de forma adecuada su papel inversor, ¿quiénes cumplen ese papel? ¿Quiénes graban los discos de los artistas por los que nadie pone un duro? ¿Quiénes los promocionan? ¿Quiénes alquilan las salas (por desgracia) corriendo con el riesgo? ¿Quiénes ejercen de manager? ¿Quiénes promocionan su música? La respuesta es sencilla: son los propios músicos los que invierten su tiempo, dinero y esfuerzo en asumir todas aquellas funciones que normalmente deberían estar a cargo de terceros (managament, producción, promoción, grabación, etc.) y que, a largo-medio plazo, es deseable que sean desempeñadas por terceros, es decir por profesionales especializados.

¡Nada nuevo bajo el sol! Se llama autogestión y está a la orden del día.

Los grupos autogestionados también son industria y, por tanto, también son filtro industrial. Está claro que ellos tampoco pueden cumplir adecuadamente ese papel. Al fin y al cabo, los músicos nunca han sido millonarios. Y al fin y al cabo, quien mucho abarca, poco aprieta: un músico que se dedica (en condiciones) a labores de management, promoción, producción, etcéreta, tiene menos tiempo para crear y tocar música que otro músico que no dedica su tiempo a esas cuestiones. La especialización, la profesionalidad y el trabajo en equipo, ayudan bastante.

Aquí volvemos a la metáfora del hijo del banquero que llena la sala La Riviera. Efectivamente, él lo tiene más fácil.

En el próximo artículo continuamos con la última gran mentira de esta serie. Una de las más célebres y que entra de lleno en materia: “El talento es un imán, lo único realmente necesario para generar movimiento. El boca oreja hace el resto”.

​'Marketing musical: Música, industria y promoción en la Era Digital’, disponible en eBook y PDF.

FOTOGRAFÍAS: Neverlose, Mirza Zaza.

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