Respecto a los "religiosos de la Ciencia".
Lamentablemente, es cierto que en muchas ocasiones, por motivos que van desde el patético orgullo hasta el prestigio económico o el vil metal, muchos científicos se anclan en el error y se cierran a las novedades que dejan su trabajo y sus ideas atrás.
Siempre se ha venido a decir que las teorías erróneas muchas veces tienen que morir con sus creadores. Es decir, que hay que esperar a que el pope religioso de turno muera para que los demás se bajen de su carro anticuado y se suban a las nuevas teorías que mejor explican el universo.
Hecha esta autocrítica a mis posturas "cientistas":
La ciencia avanza a gran velocidad en la explicación del universo. Cuando una teoría se demuestra errónea gracias a una nueva, excepción hecha de lo antes expuesto, se abandona sin problemas la vieja porque el objetivo no es crear dogmas ridículos ("la Virgen concibió a Jesús sin follar"), sino explicar el universo. Si algo no lo explica bien, o algo lo explica mejor, se cambia y ya está. Aun a riesgo de centrarme en el catolicismo, tiro de él porque es lo que tenemos casi todos más cerca: Roma solo cambia de postura cuando no le queda más remedio. No hay que recordar la restauración de Galileo, las teorías de la evolución (con o sin saltos), la edad del universo (hay quien calculó su edad en 6300 años por medio de la Biblia, lo que paralizó un tiempo la investigación del registro fósil), etc. (por no hablar de Miguel Servet y demás mártires de la causa).
La religión no explica nada. Lo único que hace es presentar un marco mágico e indemostrable que se va haciendo pedazos poco a poco a medida que la comprensión del mundo físico aumenta.
Y punto.
La ciencia sí explica cosas. Gracias a ella escribo esto en un ordenador y el hombre manda cohetes al espacio. Si el conocimiento del mundo físico ofrecido por la ciencia no fuera bastante atinado (se va refinando todos los días), estas cosas no serían posibles.
La religión sirve para... No sé. Siempre había pensado que solo valía para ofrecer solaz en la adversidad, pero en muchos casos eso no es cierto, depende de cada persona. Igual que muchos no creyentes afrontan con entereza las desgracias sin necesidad de creencias mágicas. En mi opinión, la religión es una rémora social, como el apéndice. Es lo que queda tras restar a la VERDAD el conocimiento en cada momento. Como el conocimiento aumenta, la religión disminuye.
Y no, para mí no todo debe concordar con mis conocimientos, eso es lo que pasa con los malos científicos (véase mi autocrítica del principio). Afortunadamente, cuando estas cosas pasan se resuelven con rapidez o, a lo sumo, cuando muere el recalcitrante de turno. Es decir, cuando una experiencia contradice la teoría se cambia la teoría, no se alteran los datos. Ya sé que muchas veces esto no se ha hecho (vuelvo a remitirme a mi autocrítica), pero curiosamente toda esta gente queda antes o después en la cuneta, lo que contradice tu afirmación. En comparación, la actuación de las religiones ante estos avances es vergonzosa para sus responsables.
Por cierto, yo no me opongo a que se estudie el espiritismo, los ovnis, la telepatía, la cartomancia y los milagros... pero a mí no me vale la fe. No me vale con que un pastorcito haya visto a la Virgen en una cueva. El que se quiera creer esas pruebas que se las crea. A mí dame experiencias reproducibles.
Curiosamente, antes los milagros eran rayos del cielo, aguas que se abren, panes que se multiplican de la nada, resurrecciones y demás. Hoy en día, ante el avance de la ciencia, se considera un milagro "encontrar una lentilla perdida en una playa" (esto es verídico). Cómo ha cambiado el cuento, ¿eh?
En resumen, allá los malos científicos y los religiosos de la ciencia. Los hay, como hay malos papas, curas pederastas y gente que se inmola por su dios matando a los demás. Dejando aparte a los malos seres humanos, la ciencia como institución es una fuerza de progreso evidente, palpable, cuantificable, reproducible. La religión es magia indemostrable para aquel que se la quiera (que se la pueda) creer.