Bueno, ya hablo de China, de allí, de aquél país, no de los chinos que se han venido aquí. Los que están aquí serán, y lo están siendo, los primeros que comulgarán con el sistema.
Ah, allí están emmpezando a pasar al 600, como nostros en el año 65; pero van a pasar al Audi cagando leches, o al Mitshubisi, vamos. y ricos cada vez hay más y polución, y atascos...
Una de las experiencias más decepcionantes que he vivido es cómo el dinero ha cambiado a algún que otro buen amigo convirtiéndolo en un auténtico gilipollas. Un monstruo que habitaba en ellos y que afloró a la llegada de los billetes. No es lo mismo analizar esto como sociedad que como individuo pero hubiera sido mucho mejor que el dinero hubiera entrado poco a poco, sin excesos, bien repartido y de amanera equilibrada. Esos chinos de los que hablas tú que tienen esos cochacos, y a los que no tengo el gusto de conocer, son unos gilipollas enormes. Con esto no quiero asociar necesariamente el dinero a ser un gilipollas pero si quiero llamar la atención sobre los peligros de la llegada del capitalismo y el dinero más o menos fácil cuando se viene de una situación relativamente apretada. Desde mi punto de vista en China no podrán evitar los cantos de sirena y acudirán a la llamada de modelo de vida occidental sin darle un par de vueltas antes a las fallas del sistema.
Ya imagino. El dinero y la política. También la política convierte a buenas personas en personajes patéticos.
De esos he visto menos, no, hablaba más en general, de los comportamientos idiotizados a los que te referías..tanto en los chinos como en los los payos...
Pues a ver si es verdad, porque norteafricanos, colectivos guais y alternativos varios han sumido a ambos en más cochambre de la que ya tenían...
Lo de calidad y especialización no me lo creo. Ya veremos.
Sí, eso es lo lamentable, que acaba aflorando el lado oscuro de la peña, oscuro o gilipollesco mejor dicho.
Estoy de acuerdo contigo pero en mi defensa diré que el cambio existe, tiene lugar, y siempre uno espera no caer en ese error y que si acaso esos cambios, sean en quienes sean puedan ser reversibles.
El cambio (aunque esté en nuestro interior) nos pasa a todos en mayor o menor medida.
Se ve todos los días. Es una auténtica pena.
Jamás entenderé la codicia... Y la burricie que conlleva.
Os diré dos cosas, mis padawanes ecuménicos:
Una, que los chinos ricos y estudiaós que conté hace un poco que iban a a montar el tiberio hi tech en el cento comericial M-40 se han echado atrás: malo, malo (noticia de hoy)
Dos: Codicia. debería ser la capacidad para hincar los codos y aprender.