Mientras tanto en España...
España da la espalda al sol
El Gobierno dificulta el autoconsumo energético con un borrador de decreto que pretende gravar esta práctica y la utilización de baterías como la de Tesla
Montse Romanillos, en la azotea del edificio donde vive y cuya comunidad autoproduce parte de la energía que consume en las zonas
Ricard Jornet se hartó un día de malgastar energía y de ver subir el recibo de la luz. En 2012 llegó a pagar 12.000 euros. Y la rebelión, la única posible si quería que las neveras y los hornos de su restaurante en la playa de Mataró siguieran funcionando, consistía en cubrir todo el tejado de placas fotovoltaicas y apuntarse al autoconsumo energético. De este modo ha logrado generar un 65% de la electricidad que consume su local y ahorrar unos 3.000 euros al año en la factura (España tiene el cuarto recibo más alto de Europa, con una media de 80 euros por usuario). Sabe que tardará unos diez años en recuperar los 33.600 euros que le ha costado, pero considera que a la larga habrá beneficio económico y medioambiental.
La revolución, piensan muchos como él, consistirá en desenchufarse y asociarse definitivamente al sol. En España, aunque es imposible cuantificar el número de instalaciones, el movimiento social a favor de esta energía crece de la mano de empresas como Ecooo o Solar Tradex y potentes asociaciones como la Plataforma para un Nuevo Modelo Energético o Som Energia. Pero el Gobierno, normativamente más cerca de las eléctricas, le está dando la espalda al sol.
El problema de Ricard Jornet —como el del resto de españoles que tratan de sumarse al autoconsumo energético— es que la curva de producción del equipo fotovoltaico coincide muy pocas veces con la de la demanda. Es decir, se genera energía durante el día y suele consumirse por la noche al llegar a casa. En su caso, por ejemplo, tiene que verter a la red eléctrica alrededor del 30% de la energía que produce y que luego no puede consumir ni recuperar. Algo parecido a lo que sucede en la comunidad de vecinos de Montse Romanillos, en el madrileño barrio de Lavapiés, donde solo pueden aprovechar el 25% de la electricidad que producen las placas de la azotea para las zonas comunes del edificio. El resto la regalan, porque ni siquiera sale a cuenta hacer el papeleo para que a final de año les devuelvan unos escasos 100 euros, cuenta ella mientras enseña la instalación.
Por eso, la gran aspiración de los defensores del autoconsumo es que se implante el llamado “balance neto”. Es decir, que se pueda verter a la red el excedente energético y luego recuperarlo en las horas sin sol. Por supuesto, dicen los defensores de este sistema, a cambio de una cuota de mantenimiento o una compensación. Así funciona en países como Alemania, Portugal, Grecia, Italia, Dinamarca, Australia, EE UU (la mayoría de estados) o México.
Pero España (26 millones de clientes particulares consumen el 30% de la energía, el resto lo hacen las empresas) no solo está lejos de regular el sector en esa dirección, sino que acaba de publicar el segundo borrador de Real Decreto en dos años con el que se gravará a quienes produzcan energía y se deja de retribuir a los particulares que viertan su excedente a la red (no a las empresas). El primer borrador se hizo público hace un año y con la amenaza del famoso “impuesto al sol” logró paralizar el sector y que la mayoría de nuevas instalaciones no se registrasen legalmente. Ahora, anticipándose a otro futuro problema para las eléctricas, se pretende imponer una tasa a quienes recurran a baterías para acumular energía durante las horas de sol para usarla más tarde. Es una alternativa al balance neto.
Este nuevo borrador de texto legal ha visto la luz pocas semanas después de que Tesla, la empresa de coches eléctricos y acumuladores de energía, anunciase el lanzamiento de una revolucionaria batería tres veces más barata y potente que las actuales. Un torpedo en la línea de flotación del oligopolio energético
LOS PAÍSES QUE SÍ FOMENTAN EL AUTOCONSUMO
España se convertirá con el nuevo borrador en un caso aislado de freno al autoconsumo energético. Algo todavía más extraño si se tienen en cuenta las horas de sol comparado con otros lugares como Japón, Suiza o Dinamarca o EE UU en 43 estados.
Pero no hace falta ir tan lejos. Como recuerdan en la Unión española fotovoltaica (UNEF), en Portugal, se permite el desarrollo del autoconsumo de hasta 1MW sin ningún tipo de peaje y el balance neto se hace pagando el precio de la energía excedentaria a un 90% de su precio de mercado. Portugal tampoco tiene ninguna restricción normativa al almacenamiento, como sí sucedería en España si se aprueba el borrador de decreto.
http://economia.elpais.com/economia/2015/06/11/actualidad/1434045755_578391.html