Y ya que abro, empiezo yo; que supongo es lo que toca...
Yo en mi caso voy a hablaros de la época anterior justo a la crisis, cuando atábamos los perros con longaniza ibérica, o eso parecía...Pedías un préstamo para el piso y te financiaban el 100% y, además, te daban un plus para que te compraras un coche (yo tuve que discutir con el banco por aquel entonces para que, por favor, no me sobretasaran la casa (ya que pagaba yo la tasación, que al menos estuviera bien hecha). Lo de que no quería más dinero para un coche nuevo, además del préstamo para la reforma... creo que el Sr. banquero nunca lo llegó a entender...
Al mismo tiempo, mi sobrina recién casada había pillado un piso y amueblado a juego. Siempre recordaré unos sillones súperguays que se pillaron y cuyo precio, de cada uno, era superior a todo el mobiliario de la planta baja de mi casa (sin contar con el Megane tope gama que se pilló el zagal). Y todo esto trabajando el marido sólo, de operario en una bodega de vino. Ya las cuentas no me cuadraban, pero casi todo el mundo andaba en la misma onda por aquel entonces...
Puedo recordar por aquel entonces también cuando quise comprar mi primer coche que no fuera de segunda mano. Tuve que desplazarme 200 Km de mi pueblo para poder comprarlo en el concesionario más cercano que se dignó vendérmelo (un Dacia Logan). Todos los concesionarios más cercanos a la redonda, o no supieron, o no quisieron hacer negocio. En el concesionario Renault de mi pueblo, prácticamente me hicieron salir por la puerta de servicio. No exagero...
Por supuesto, en el sector estrella del ladrillo; la cosa no mejoraba. Ese viajecito de 300 y pico Km que tuve que hacer con mi flamante Dacia Logan para ir al único sitio que se dignó venderme unos cuantos paquetes de lana de roca, y no tener que comprar medio contenedor de RockWool como me exigió el proveedor de mi pueblo...
Los perros quizás fueran atados con longanizas entonces, pero la estupidez iba totalmente desatada.
Para mí personalmente, los años de bonanza fueron los peores económicamente que he tenido; y de 2008 en adelante, plena crisis, fue justo lo contrario. Como curiosidad lo digo...
También recuerdo las discusiones con los amigos por aquel entonces, de la hostia que nos íbamos a pegar, y de como me ponían a caldo perejil por ello. En los 90's me había pasado algo parecido por atreverme a contar, por fuentes de 1ª mano, como el rey emérito cogía el coche e iba por las noches a toda leche por la capital para darle esquinazo a su propia escolta y poder irse de putas con tranquilidad (En según qué ambientes de Madrid te metieras, lo del emérito era ya algo más que una noticia confirmada).
¿Por todo lo escrito antes insinúo decir que me alegré cuando vino la crisis, y me regocijé en la visión de tantas cosas que se fueron a tomar por saco? No, aún me dura la rabia y la pena de esa época de crisis. Casi una década desaprovechada por este país, que decidió enterrar toda la liquidez que nos vino de Europa en ladrillo; simplemente porque era lo más fácil y lo más inmediato. Pero bueno, si en algo somos una potencia mundial como país, es en desaprovechar oportunidades históricas...
Saludos!