En defensa de los cantantes mediocres

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mazurko
#1 por mazurko el 05/09/2010
Unos cuantos avisos antes de empezar:
1. Es un pequeño artículo de opinión y con carácter reivindicativo que me dio por escribir este verano
2. Espero que nadie se sienta ofendido por el contenido del mismo. No va por nadie en concreto, ni de este foro, ni ajeno a él. Os pediría, por favor, que antes de ponerme de vuelta y media, os detuvierais unos minutos a reflexionar sobre el fondo de lo que trato de defender.
3. No sé si es el subforo más adecuado, aunque supongo que sí.
4. Espero que os guste.


EN DEFENSA DE LOS CANTANTES MEDIOCRES

Me hallo frente a la pantalla del ordenador a punto de empezar a redactar este artículo en defensa de los cantantes mediocres. Desconozco la verdadera razón que me lleva a disertar sobre este tema, exceptuando mi propia pertenencia a tan selecto grupo. En cualquier caso, considero que es el momento de que este perturbador fruto de mi pensamiento salga a la luz. Veremos en qué queda esto…

Si existe en el mundo alguna disciplina musical que podamos describir, por una parte, como prostituida, ninguneada y desvirtuada, y por otra, como elitista, ésa es el canto.

El canto se erige, sin la menor duda, como la disciplina musical más accesible a la población. Estamos hartos de escuchar hasta la extenuación el último “superhit” mundial extraído del álbum de la pretenciosamente barroca cantante de moda; de ver concursos de talentos en televisión, y de cruzarnos con personas que interpretan en voz alta, muchas veces sin percatarse, las canciones que están sonando en su reproductor de mp3. ¿Quién no tiene un cantante o grupo favorito? ¿Quién no tiene una canción favorita? ¿Quién no se ha descubierto a sí mismo tarareando su pegadizo estribillo? ¿Quién no ha escuchado en ninguna ocasión los desafinados sonidos originados en las decrépitas cuerdas vocales del coro de una iglesia de la España rural? Por otra parte, aunque parezca increíble, los seres humanos tenemos algo en común, y es que todos contamos con una cosa que podríamos definir como “trozo de nuestra anatomía que fue ideado para otros menesteres, pero que algún señor prehistórico –o Pseudomono spp.- decidió un buen día utilizar para generar voluptuosas ondas de presión que estimulan el sistema auditivo de otros seres vivientes“. Estoy hablando de nuestro aparato fonador, conjunto de órganos del cual todos –salvo, posiblemente, Mudito- disponemos, y que entre otras interesantes funciones nos permite emitir sonidos combinando entonación con duración, es decir, cantar. Toda persona –salvo el ya mencionado Mudito, y posiblemente Kenny- puede, con mayor o menor acierto, cantar.

Una idea muy extendida en la sociedad –y con razón- es que para ser un buen violinista, es preciso aprender a tocar el violín; que la destreza técnica es adquirible; que no todos los violinistas, ni siquiera los profesionales, salieron del vientre de su progenitora con unas extraordinarias cualidades musicales innatas, y que es totalmente respetable, lícito, serio e incluso recomendable, que un individuo decida iniciarse en el aprendizaje del cordofonito frotado. Una aseveración cuya comprensión resulta tan sencilla referida a un artilugio que emite notas musicales, no lo es tanto si la establecemos en relación a la educación de la voz. El canto es una disciplina musical totalmente mitificada en nuestra sociedad, algo así como el fruto prohibido de la música. Pese a su amplísima distribución tanto en nuestra tradición como en la sociedad moderna, el aprendizaje y desarrollo del canto es en ocasiones concebido, tanto a nivel académico como popular, como una actividad a la que sólo unos pocos, los que gozan de unas mejores cualidades técnicas, pueden y debieran tener acceso.

El acceso masivo a una determinada forma de expresión artística por parte de una población que, en general, carece de la formación suficiente y adecuada para valorarla acertada y concienzudamente, y en menor medida, la mitificación a que está sujeto el aprendizaje de la técnica vocal, constituyen el caldo de cultivo perfecto para el surgimiento de toda una legión de opinólogos que, basándose en sus archiconocidos principios de “prepotencia, falta de tacto, ignorancia, imprecisión y utilitarismo”, se autoproclaman como expertos en la materia y se toman la imprudente e irresponsable libertad de juzgar las virtudes técnico-artísticas de profesionales y amateurs, o incluso, de aconsejar si sería más conveniente invertir el tiempo ajeno emitiendo gorgoritos o jugando a la petanca.

No obstante, tan vaga labor social no es exclusiva de los cobijados bajo el desvencijado techo de la Opinología, sino que, tristemente, podemos toparnos con individuos que hacen gala de una similar forma de pensar incluso entre aquéllos que se dedican profesionalmente al canto y/o a su enseñanza. Algunos de éstos pecan en ocasiones de arrogancia y de una paradójica concepción utilitarista de la práctica del canto según la cual debiera estar más enfocado a la dedicación profesional, o como poco, a la complacencia de los oídos ajenos, que a la satisfacción de las propias necesidades expresivas. Una visión profesionalista y elitista que, por su simplismo e inflexibilidad, sólo aborda tangencialmente el verdadero objetivo, significado y valor del arte.

Y aquí estoy yo para alzar la voz y reivindicar lo profundamente injusto que resulta esa especie de veto que desde ciertas esferas de la sociedad se intenta imponer a los cantantes mediocres. Léanse los siguientes párrafos preferiblemente en voz alta y con tono exaltado; si el lector lo desea, puede hacerlo con el brazo alzado y/o con algún tipo de elemento de atrezzo que dejo a su elección.

Los cantantes mediocres estamos hartos de que se nos tache de “mediocres”, “disminuidos vocales”, “incómodos de escuchar”…, cosa que, a pesar de todo y por lógica aplastante, no deja de ser cierta. Pero la capacidad de este calificativo de hincharnos los bemoles estriba, sin lugar a dudas, en la connotación a la que está irremediablemente unido. En muchas ocasiones, este tipo de apelativos no tiene otro objetivo que la burla y el desprecio del trabajo, la dedicación, el esfuerzo o la ilusión del interlocutor, sin el menor atisbo de empatía o de una crítica constructiva que nos ayude a identificar los diversos problemas que interesan a nuestras voces.

Los cantantes mediocres estamos cansados de esa inmutable idea de que la limitación técnica es incompatible con la seriedad y el compromiso, y que por ello, la burla y la carcajada están implícitamente justificadas. Estamos cansados de que para un sector de la sociedad los cantantes mediocres debiéramos limitarnos a la interpretación de pachangadas y pretéritas canciones infantiles al tiempo que realizamos ridículos movimientos corporales, ejerciendo así como auténticos bufones del personal. ¡Ser un cantante mediocre no es sinónimo de tomárselo a cachondeo! Personalmente me parece mucho más honesta y respetable la labor de un cantante mediocre que se preocupa por aprender y mejorar día a día, que disfruta sumergiéndose en las vicisitudes que rodean a la técnica vocal y que sueña con algún día poder interpretar a un nivel aceptable su canción favorita, que la de un cantante de voz privilegiada pero con una incultura musical apabullante (y orgulloso de ello) y que sería incapaz de señalar acertadamente la localización de su musculatura abdominal, aquélla que es la primera responsable de la génesis del flujo de aire que ulteriormente producirá la vibración pasiva de las cuerdas vocales. ¡Basta ya de la manida asociación de cantante mediocre ≠ seriedad!

Con una clara asociación con lo expuesto en el párrafo anterior, los cantantes mediocres estamos hartos de la existencia de ciertos sectores de la población dispuestos a cuestionar la validez de nuestra afición únicamente por no estar dotados de unos atributos vocales óptimos. ¡Basta ya de la concepción social de que únicamente los que cuenten con una voz envidiable tengan el derecho y la posibilidad de desarrollar sus aptitudes vocales a niveles más allá del umbral del plato de ducha! ¿Por qué razón se nos mira con cara rara cuando queremos apuntarnos a clases de canto, intentar acceder a un coro o realizar nuestros pinitos en la composición?

¡Muerte a la imperiosa condición impuesta por la sociedad de que para que una actividad sea considerada recomendable se ha de ser bueno en su realización! ¿Dónde queda el disfrute? ¿Dónde queda la satisfacción personal, la cual es posiblemente la más sana, valiosa, gratificante y estimulante de las sensaciones? ¿Acaso un cantante mediocre no puede obtener el mismo grado de satisfacción que el mejor cantante del universo al sentir que su trabajo por fin está empezando a dar sus frutos?

Los cantantes mediocres estamos cansados de tener que mantener en secreto nuestra afición a la inmensa mayoría de mortales para evitar ser objeto de mofa. Estamos hartos de ser considerados raros, ilusos e ingenuos por haber caído en las redes de una afición que de forma patente no se corresponde con nuestras mayores aptitudes, y es que, como he mencionado anteriormente, da la sensación de que para que la afinidad hacia esta actividad –no así para otras, como el fútbol- sea vista con buenos ojos por el vulgo es absolutamente imprescindible destacar positivamente en la misma.

¡Muerte a la ignorancia, tanto opinológica como académica! “No tiene voz para cantar” es una expresión sumamente socorrida para definir una voz de sonoridad cualitativamente poco agraciada, pero además, supone de algún modo una sentencia de muerte vocal para el desafortunado poseedor de la misma. No se trata únicamente de señalar un problema vocal actual, sino que también atañe al infausto pronóstico de las capacidades para el canto del interesado. Supone algo así como señalar una inutilidad congénita para el control de la voz y establecer que cualquier intento por superar las dificultades será en vano. Hay que desterrar esta idea a lo más profundo del vertedero de los prejuicios. Con demasiada frecuencia, la ignorancia –incluso entre profesionales de la voz- lleva a sentenciar a un mediocre cantante por la simple razón de que en el momento presente su voz no suena todo lo bien que debiera. Es de vital importancia gritar a los cuatro vientos, para introducir en las estrechas entendederas de la burricie, que en la mayoría de ocasiones las alteraciones cualitativas de la voz, las cuales podríamos denominar “alteraciones tímbricas”, responden a problemas de índole técnico. La falta de brillo, la tensión, la sonoridad rasgada o la estridencia son consecuencia casi siempre de una falta de relajación laríngea, de un insuficiente apoyo diafragmático o de la desimpostación, todos ellos elementos técnicos perfectamente constatados, aceptados y descritos, cuya solución trae consigo un incremento de la agradabilidad de la voz a oídos del oyente. No cometamos la imprudencia de marginar del canto a nadie por una supuesta carencia de capacidades intrínsecas, cuando en realidad su problema es de causa puramente técnica.

Los cantantes mediocres estamos hartos de la falta de tacto, de la irreflexión, de la falta de empatía, de la irresponsabilidad a la hora de expresar una opinión, del “¡retírate!”, del “¡dedícate a otra cosa!”… ¿Acaso los cantantes mediocres somos psicológicamente diferentes de los que gozan de una voz privilegiada? ¿Acaso no tenemos derecho a que nos afecten o nos molesten las críticas malintencionadas? ¿Acaso la calidad técnica es condición sine qua non para tener el derecho a alzar la voz frente a los que tratan de menospreciarte? ¿Tan difícil es comprender que, por muy mediocres que seamos, podemos sentirnos tan ligados a esta actividad como los que cuentan con una gran voz?

¡Basta ya de la inmediatez y de la dictadura de la primera impresión! Desgraciadamente, en una sociedad dominada por la inmediatez y por la preponderancia del resultado sobre el proceso, poca atención se le presta al aprendizaje. Con demasiada frecuencia a los cantantes mediocres se nos niega la posibilidad de aprender por no disponer en el momento actual de unas capacidades técnicas suficientes como para hacer pensar al músico profesional de turno que merece la pena apostar por nosotros. ¿Cómo se puede tener la osadía de afirmar que una mala interpretación actual es consecuencia siempre de que es un negado, y no de que nadie le haya guiado en tan compleja hazaña; de que nadie le haya enseñado?

¡Basta de prepotencia! Sin duda, muchas personas necesitarían un baño de humildad para darse cuenta de no son quien para juzgar ni las ilusiones, ni las motivaciones, ni la validez del tiempo invertido en una determinada actividad de nadie. Se trata de elementos psicológicos personales e intransferibles, a los que únicamente uno mismo tiene la potestad de otorgar un lugar y una importancia en su vida. Nadie es quien para realizar tan compleja e íntima tarea. Hemos de ser lo suficientemente humildes como para admitir que tal aspecto de la vida ajena no nos compete en absoluto.

Y por supuesto, ¡vivan los cantantes mediocres –y los no mediocres- deseosos por aprender y superarse; los talentosos y auténticos; los que conciben el proceso de aprendizaje como un fin en sí mismo; los que creen en sus posibilidades, y los que no están dispuestos a permitir que una jauría de desalmados les corte las alas!

Antes de terminar, me gustaría realizar una aclaración, y es que no seré yo quien reivindique que todo el mundo debiera ser gratificado con el auténtico privilegio de dedicarse profesionalmente al cante o a resultar vencedor en un concurso de karaoke por el simple hecho de desearlo. En ningún momento pretendo hacer referencia al canto desde un enfoque profesional, sino que mi pretensión es tratarlo desde un punto de vista –si se me permite- más humilde y austero. Me refiero a cantar por diversión, por disfrute, simplemente por amor al arte..., aspecto que, desde mi punto de vista, cada vez brilla más por su ausencia en nuestra cada vez más deshumanizada sociedad de consumo, y que, sin la menor duda, debiera ser recuperado.

Espero que os haya gustado y que os invite a la reflexión…

Fdo: Mazurko
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o-o
#2 por o-o el 05/09/2010
Yo no estoy en contra de los cantantes mediocres; en el mercado (y fuera) hay toda una amplia paleta de géneros, buenos y menos buenos (y muchas veces triunfan más estos útlimos, hasta llegan a Eurovision a veces) para gustos los colores.. ahora lo que me revienta son los 'no-cantantes' productos de marketing ! Que una Karmele haya podido grabar, promocionar y vender un (su) disco, por ejemplo !
Es cómo cuando utilizan deportistas para hacer anuncios que ni saben leer el prompter ni actuar, pero que más dá si al final venden (a base de machacartelo diá tras día)
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mazurko
#3 por mazurko el 05/09/2010
o-o escribió:
Yo no estoy en contra de los cantantes mediocres; en el mercado (y fuera) hay toda una amplia paleta de géneros, buenos y menos buenos (y muchas veces triunfan más estos útlimos, hasta llegan a Eurovision a veces) para gustos los colores.. ahora lo que me revienta son los 'no-cantantes' productos de marketing ! Que una Karmele haya podido grabar, promocionar y vender un (su) disco, por ejemplo !
Es cómo cuando utilizan deportistas para hacer anuncios que ni saben leer el prompter ni actuar, pero que más dá si al final venden (a base de machacartelo diá tras día)


Hombre, en eso estamos de acuerdo... Pero en ningún momento pretendo hacer referencia al canto desde un punto de vista profesional. Estoy hablando desde un enfoque absolutamente amateur: cantar por amor al arte.
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blkr
#4 por blkr el 05/09/2010
Hola Mazurko:
En primer lugar quiero decirte que nunca había aguantado leyendo hasta el final un mensaje tan largo en hispasonic. Hoy ha cambiado eso, probablemente porque yo también me siento identificado con lo de ser un cantante mediocre.
De todas formas, por hacer un apunte, mi experiencia no ha sido quizá tan radical como la tuya: siempre me he sentido libre de cantar y sólo en contadas ocasiones amigos míos que cantan muy bien me han hecho comentarios de ese estilo.
Eso no quita que se agradezca que alguien alce la voz por los cantantes mediocres, aunque insisto en que cada uno debe prescindir un poco de lo que opinen los demás y lanzarse a cantar sin vergüenza.
No me enrollo más, ¡enhorabuena por el artículo!
Un saludo
P.d: ¿está bien dicho "cante"?
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Lanzarote
#5 por Lanzarote el 06/09/2010
Creo que te equivocas en un concepto clave: "mediocridad".

Lo que tú estás describiendo continuamente no es la mediocridad.

mediocre:
1. adj. De calidad media.

2. adj. De poco mérito, tirando a malo.

De lo que tú estás hablando es de alguien que no es un superdotado físicamente. Y estoy de acuerdo contigo.

Pero la mediocridad hay que abolirla, todo el mundo puede ser único. Precisamente, la mayoría de los superdotados físicamente (en cuanto a voz se refiere) tienden a ser mediocres dentro de su "calidad".

Mike Patton sin ir más lejos no tiene unas cuerdas superdotadas físicamente y sin embargo, es un cantante excepcional (y no sobresale ni en graves ni en agudos) mentalmente es un genio (y se lo ha trabajado como el que más).
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Lanzarote
#6 por Lanzarote el 06/09/2010
No sé si me habré explicado. Lo que quiero decir es que lo importante es el trabajo y como diría Musashi Miyamoto: la verdadera Vía.
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charlyfo
#7 por charlyfo el 06/09/2010
no me leo esto ni de coña!
alguien que resuma...al final, el mediocre moja o no moja?
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Cantantenivel
#8 por Cantantenivel el 06/09/2010
Yo lo único en lo que estoy en contra es de los mensajes tan largos, te he leído bastante pero debo reconocer que no he podido llegar hasta el final.
Siempre digo que cada uno haga de su capa un sayo, si los cantantes mediocres son felices así yo no soy quién para ponerles impedimentos.
¡Ah, pero nunca me dejaría operar por un cirujano mediocre, ni me confeccionaría un traje un sastre mediocre!
Y ...revisando un poco mis grabaciones ¿Quién dice que no sea yo uno de ellos? :D
¡Saludos rockeros!
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EvaPaez
#9 por EvaPaez el 07/09/2010
suscribo lo que ha dicho cantantedenivel, no he podido terminar de leerte. 100% de acuerdo en su opinión posterior.
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Altariel
#10 por Altariel el 07/09/2010
Lanzarote escribió:
Creo que te equivocas en un concepto clave: "mediocridad"...

Creo que ése es el punto...

Iba a escribir más, pero veo que todos concordamos :D
(yo tampoco pude leer el 100%)
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Juan Carlos Muñoz
#11 por Juan Carlos Muñoz el 15/09/2010
Hola Mazurko, es un buen mensaje de ánimo para uno mismo y una opinión que muchos compartimos.

Hace unos meses decidí saltar, lo que yo creía, un "dificil" obstáculo, e introducir mi voz por primera vez en mi existencia, a mis creaciones musicales.

El resultado es que si me comparo con las marionetas del monopolio 40 principales y demás, puedo opinar que no tengo unas buenas cuerdas vocales, es más, como mucho podría valer para hacer coros o algo en segundo plano.
Aún así estoy "rompiendo" con todo, grabo en agudos, en graves y en lo que haga falta para finalmente dejar un tema que considero aceptablemente terminado. Con eso me conformo. Pero si tendría que definirme, situarme entre malo, mediocre o bueno, me situaría en los tres a la vez... la palabra exacta no es "mediocre", pues si lo que hablas es de humildad y austeridad, no debería de tratarse de algo tan frío. Cada uno es un mundo, y por ello hay que conocerse así mismo, cuando canto sé en que medida puedo llegar a ser bueno y aprovecho lo que puedo, pero del mismo modo aprovecho mis aspectos "malos" y "mediocres", juego con ellos para conseguir algo "no bueno", sino mas bien "interesante". Aquí es donde entra la imaginación y las ganas por lograr algo que (si quieres), no solo te guste a tí, sino a otras personas.

Al igual que hay cantantes con voz privilegiada y a la vez incultos, también los hay privilegiados en ambos sentidos, y a la vez los hay del mismo modo en cantantes "mediocres",..... ¿y qué?.

Ya sabemos como está el panorama musical, y como lo sabemos, no debe afectarnos, no debemos perder nuestra ilusión, nuestra personalidad, a menos que queramos que otros decidan nuestros movimientos, nuestras vidas, nuestro destino... que es igualmente respetable, pues si alguna vez se me diera la oportunidad, cosa que no busco, posiblemente la aprovecharía, ¿quién no?, aunque en mi caso creo que no se dará y no me importa, pues yo solo quiero seguir creando lo que mi mente me pide a gritos, durante el día y durante mis sueños, porque si dejo dejo de hacerlo, volveré a ser de color gris.

Crear, crear, y más crear, ese es mi fin.
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River Man
#12 por River Man el 16/09/2010
A falta de resumen, yo de momento me espero a la película.

Un abrazo.
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Lanzarote
#13 por Lanzarote el 16/09/2010
solrac escribió:

Crear, crear, y más crear, ese es mi fin.


Aquí se ve claramente y a esto me refería. Esta frase dicha por solrac, (si la frase es de corazón) nunca podría pertenecer a un cantante mediocre.

A un cantante mediocre no le importa su mediocridad, precisamente por eso, es mediocre.
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dawson
#14 por dawson el 16/09/2010
Bueno, es una opinión.
Y yo estoy en casi todo de acuerdo :D

Pero parece que de entrada estás cantando mal y que no haces nada por remediarlo. Es decir, si consideras que cantas mal, que eres un fracaso, entonces deberías corregirlo. Si consideras que haces todo lo que puedes para alcanzar tu objetivo, entonces da absolutamente lo mismo que no seas un superdotado.

Para transmitir un mensaje, en este caso cantado, la forma tiene que ser la adecuada al contenido. Y la forma correcta de transmitir ese mensaje (o incluso las emociones) no tiene por qué ser haciendo gorgoritos, o con voz de tenor, o haciendo ese vibrato que tanto odio y que en la calle se califica majestuosamente como "voz de negro/voz de negra". Lo que cuenta es el conjunto.

No me imagino un disco como The Drift de Scott Walker cantado en plan soulero, no pegaría con el disco, y desde luego no tendría el mismo efecto. Y creo que Scott Walker es un buen ejemplo, porque en los 60 fue un cantante melódico comercial a más no poder (o sea que sabe cantar), y ahora...
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mazurko
#15 por mazurko el 16/09/2010
Muchas gracias por tu mensaje, solrac. Se agradecen comentarios así, la verdad.

dawson escribió:
Pero parece que de entrada estás cantando mal y que no haces nada por remediarlo. Es decir, si consideras que cantas mal, que eres un fracaso, entonces deberías corregirlo. Si consideras que haces todo lo que puedes para alcanzar tu objetivo, entonces da absolutamente lo mismo que no seas un superdotado.


No, hombre. Al revés. Yo he estudiado (y estudio) técnica vocal, y realizo ejercicios para tratar de mejorar. En absoluto soy una persona que se conforma con lo que tiene. Precisamente es por eso que tanto me molesta no hacerlo bien y que no se me tome en serio.
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