Recuerdo que en los dos primeros meses que cursaba el nivel A1 no entendía absolutamente nada, no sabía que coño quería decir -Wie gehets es dir- . . . -Ich komme aus Spanien- . . . y demás lindezas del idioma. Hasta casi una semana antes del examen no tenía ni idea de que existían otras declinaciones aparte de la de Nominativo, así de perdido iba. No tenía ni idea de que había verbos para cada declinación ni que había preposiciones para cada declinación. Pero lo aprobé.
Luego el A2, un curso que se me hizo largo y tedioso, un gran bloque de gramática y mucho vocabulario. Tan duro fue que el examen de gramática lo tuve que repetir, ya que no llegué a la nota mínima para que me hiciera promedio, pero lo aprobé.
Y llega el B1, un curso que me plantee con más calma, de una manera no tan estresada como el A2. El bloque de gramática no era más que un repaso general de todo lo visto anteriormente añadiendo algunas excepciones para incrementar aún más nuestro Hoch Deutsch. Pero lo que si que era un salto cuantitativo significante era el puto vocabulario, una cantidad ingente de palabras, frases hechas y expresiones coloquiales que llegaban a mi cabeza de la misma manera que un camión volquete descarga un montón de tierra.
Día a día, y palada tras palada iba desenterrando y clasificando cada una de esas incomprensibles palabras que se me antojaban indescifrables al principio.
-El alemán es una lengua muy lógica- . . . -verás como en cuanto tengas claras las preposiciones lo entiendes todo- . . . Cosas como estas era lo que me decían algunos españoles que llevan viviendo aquí en Stuttgart desde hace años, entre ellos mi primo. Si bien al principio no les creía, es más, pensaba que se estaban descojonando en mi cara, con el tiempo me di cuenta de que tenían razón.
Atrás quedan mis dos Referat, uno sobre mi ciudad natal y otro sobre una fiesta popular (La Tomatina en mi caso), atrás quedarán también las decenas de cartas y textos que escribía para entrenar el examen y todos los apuntes, libros de gramática, ruedas de verbos y demás parafernalia que he usado para estudiar.
Contento, muy contento me vuelvo a España. Pues he sido capaz de en 6 meses "aprender" un idioma bastante jodido. Ya soy capaz de ir al cine y enterarme de la película, leer novelas cortitas, mantener conversaciones más o menos fluidas sobre muchos y diversos temas y sobre todo tengo el nivel suficiente como para poder hacer vida en Alemania sin tener que usar una sola palabra de inglés.
Para quien le pueda interesar aquí (http://www.ifa.de/) está el enlace de la academia en donde he estado estudiando estos meses. La recomiendo encarecidamente a todo aquel que quiera darse un baño de inmersión a lo bestia en este idioma frío desde la distancia pero tremendamente cautivador cuando por fin empiezas a hacerlo formar parte de ti.
Estoy contento de haber podido hacer en 6 meses lo que generalmente cuesta 3 años, eso si, dedicado únicamente a esto. Cuatro horas diarias de clase más lo que toca estudiar cada día.