Obtenido de El Jueves ( http://www.eljueves.es/2010/01/19/diez_ ... -cola.html )
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El incansable Ramoncín, de profesión músico y némesis de Internet en pleno, sigue incansable con su cruzada. Su legión de abogados, que intuimos comparable en número a los cien mil hijos de San Luis, vuelve a sembrar el terror, demanda que demanda y cierra que cierra, ahora armados con un argumento nuevo que demuestra, una vez más, que cobren lo que cobren los asesores legales de Ramoncín, es demasiado. Resulta que el nombre Ramoncín es una marca comercial registrada —como la Coca-cola, dice él—, y como tal, cualquier página cuyo contenido use esta marca para insultarle, cae en la ilegalidad. Claaaro... Porque decir que «la Coca-cola es una mierda» es ilegal. Esto mismo que acabamos de escribir aquí es la prueba del flagrante delito. Sí. Ahora vendrán los abogados de la Coca-cola a chaparnos el chiringuito. Ahora mismo. Están viniendo.
Bueno, mientras llegan, y por echar unas risas, sometamos a un análisis más profundo ese parecido entre la Coca-cola y Ramoncín. ¿Son comparables más allá del ámbito legal? Lo son, sin duda: he aquí los diez parecidos entre la sensación de vivir y el rey del pollo frito:
1. Ambos basan su fama en una fórmula de hace siglos.
2. Ambos van de rojos, pero son capitalistas.
3. Ambos empiezan muy fuertes, pero se desbravan.
4. Ambos son excitantes: una excita el organismo, y el otro, los ánimos.
5. Ambos son únicos: la Coca-cola es inimitable. Ramoncín es inimitado.
6. Nadie conoce la receta de la Coca-cola; nadie conoce la música de Ramoncín.
7. Se vende Coca-cola Zero. Y Ramoncín también vende cero.
8. La Coca-cola es gas. Ramoncín, SGAE.
9. Si se mezclan con vino, de los dos surge un peleón.
10. Y corre la leyenda urbana de que ambos contienen cocaína.
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El incansable Ramoncín, de profesión músico y némesis de Internet en pleno, sigue incansable con su cruzada. Su legión de abogados, que intuimos comparable en número a los cien mil hijos de San Luis, vuelve a sembrar el terror, demanda que demanda y cierra que cierra, ahora armados con un argumento nuevo que demuestra, una vez más, que cobren lo que cobren los asesores legales de Ramoncín, es demasiado. Resulta que el nombre Ramoncín es una marca comercial registrada —como la Coca-cola, dice él—, y como tal, cualquier página cuyo contenido use esta marca para insultarle, cae en la ilegalidad. Claaaro... Porque decir que «la Coca-cola es una mierda» es ilegal. Esto mismo que acabamos de escribir aquí es la prueba del flagrante delito. Sí. Ahora vendrán los abogados de la Coca-cola a chaparnos el chiringuito. Ahora mismo. Están viniendo.
Bueno, mientras llegan, y por echar unas risas, sometamos a un análisis más profundo ese parecido entre la Coca-cola y Ramoncín. ¿Son comparables más allá del ámbito legal? Lo son, sin duda: he aquí los diez parecidos entre la sensación de vivir y el rey del pollo frito:
1. Ambos basan su fama en una fórmula de hace siglos.
2. Ambos van de rojos, pero son capitalistas.
3. Ambos empiezan muy fuertes, pero se desbravan.
4. Ambos son excitantes: una excita el organismo, y el otro, los ánimos.
5. Ambos son únicos: la Coca-cola es inimitable. Ramoncín es inimitado.
6. Nadie conoce la receta de la Coca-cola; nadie conoce la música de Ramoncín.
7. Se vende Coca-cola Zero. Y Ramoncín también vende cero.
8. La Coca-cola es gas. Ramoncín, SGAE.
9. Si se mezclan con vino, de los dos surge un peleón.
10. Y corre la leyenda urbana de que ambos contienen cocaína.