#1
Se arriesgan a dar con el típico ex-militar de las legiones españolas y que les partan la cara por romperle el coche. No es ni será la última vez que pasa.
Tuve un altercado con un gorrilla cuando iba a la universidad. Aparcaba en el parking de Mestalla a las 06:30, cuando NO HAY UN PUTO COCHE. El gorrilla estaba ahí para pedirme el €urito de rigor. Le dije que ni de coña, que el parking estaba vacío, era el primero en aparcar...que en caso de estar petado e indicarme donde había un hueco...pues bueno.
Casi llegamos a las manos...el tío amenazándome con un paraguas roto, que me iba a destrozar el coche.
A los gorrillas los pasaba a todos por la guillotina. En Valencia te pretenden cobrar hasta por aparcar en zona azul...hijos de puta.
#3
Sí, son una lacra, pero en el fondo la culpa de los conductores. Si nadie les diese un duro, no habría gorrillas.
¿Sabes que en Mantova están prohibidos por el Ayuntamiento? No se en el resto de Italia como será, pero aparcar en esa ciudad es un puto gustazo. Aparcas tranquilo, y sin que nadie venga a poner el cazo.
Baneado
El año pasado en el aparcamiento de la noticia ahostiaron y apedrearon a uno que no quiso pagar.
Son sus costumbres y hay que respetarlas.
#3
Todos los aparcamientos de la zona del Turia cerca de la ciudad de las artes están plagados. Lo de Valencia es exagerado, la verdad.
#11 pues ronnie coleman gorrilla no es pero policia si y yo no seria el guapo que le dijera que no a firmar una multa.
Me estaba acordando de una vez que vi a dos gorrillas contando la recaudación del día. Entre los dos, sumaban fácilmente, pero muy fácilmente, más de 600 Eur entre monedas de 1Eur y 50 cent. Había muchas monedas.
Lo primero que pensé fue que para qué coño estaba estudiando si es mejor estar de gorrilla.
Eso sí, la zona es muy disputada. Es la que está en el Hospital (la Resi), por lo que el movimiento de coches está más que asegurado.
Baneado
Está todo inventado, esto del trapicheo + minorías étnicas + ayudas sociales. Por los cojones se van a poner a currar para salir de la marginación.
El aumento de los gorrillas en diversas ciudades españolas son un reflejo de los problemas sociales que los gobernantes no pueden solucionar. Ni hay recursos (ni interés) en servicios sociales para sacar a la gente de la calle o evitar que lleguen a ella, ni hay capacidad policial para controlar el problema una vez generado.