Jose antonio Luna escribió:
Son muchas las curiosidades que se pueden mencionar de uno de los grandes referentes de la ciencia ficción, desde la lóbrega fotografía entre los pasillos de la Nostromo hasta una peculiar decisión para lograr mayor "naturalismo" en la mítica escena en la que un extraterrestre atraviesa el pecho de John Hurt: el resto de los actores no tenían ni idea de lo que iba a ocurrir en el set de rodaje, de ahí sus caras de pavor. Sin embargo, hay un campo más allá del técnico y el narrativo donde Alien también tiene mucho que decir: el filosófico.
"El tema de Alien no es nuevo: es el terror clásico europeo de toda la vida que representa precisamente el miedo a lo ajeno, al invitado siniestro o al huésped que entra en la casa, que en este caso es la nave", explica a eldiario.es Juan Manuel Romero, profesor de filosofía y aficionado del género. Pero, aún así, en la criatura de O’Bannon sí que existe un concepto novedoso que ya fue anticipado por Drácula y una supuesta enfermedad procedente de Europa del este: el miedo a la destrucción biológica.
"Alien no es que traiga la enfermedad: es la enfermedad en sí misma. Además, juega con la identidad de la persona, porque para sobrevivir lo que hace es una reconversión genética entre el animal y el humano", apunta el docente. El monstruo se convierte de esta manera en una especia de clon siniestro de las esencias, uno que nos hace sentirnos débiles porque supone una perversión de lo que hasta ahora creíamos tener dominado: nuestro propio cuerpo.
Alien como monstruo foucaultiano
Esta capacidad memética de la criatura explica cómo funciona el mundo actual, definido por lo digital y lo viral. Puede decirse que el alien "crackea" nuestro cuerpo, al igual que un virus hace con un ordenador, para convertirse en una versión actualizada de ese Huésped siniestro ya presente en el relato de terror escrito por Amadeus Hoffmann a principios del siglo XIX.
El término de biopoder tampoco es inaudito. El filósofo francés Michel Foucault ya lo utilizó para referirse al poder ejercido por los Estados modernos para controlar las propiedades, las acciones y las vidas de sus individuos, algo que en la película de Scott también tiene su paralelismo. Según Romero, es como "un virus que se introduce en el organismo, utiliza tu código genético, lo piratea y mediante ese código genético se va recombinando contigo como una especie invasora. Y lo hace de tal manera que puede llegar a colonizar tu hábitat mejor que tú".
Hay que tener en cuenta otro aspecto fundamental para subrayar lo siniestro de Alien. La criatura es andrógina, una figura ambigua a medio camino de transformación entre lo humano y "lo otro". "Muestra ese miedo conservador que tiene la sociedad a que el cuerpo, centro de relaciones de poder, termine transformándose de tal manera que ya no seas del todo hombre o mujer, sino que dejes de ser una entidad clásica y marcada", afirma el docente sobre la ruptura del canon.
Ya se ha hablado largo y tendido de la escena por excelencia del filme, aquella en la que una cría del parásito brota de las tripas de uno de los tripulantes. Más allá de lo visceral de su visionado, esta también refleja un temor humano convertido en tabú universal: el miedo a tener hijos.
Fuente y texto ampliado en eldiario.es