Hoy es el mío. Abro la guantera para revisar los papeles del coche y al cerrarla me cargo el cierre, y ahí la tengo que cuando el coche está en marcha parece que habla y quiere decirme algo. Al cabo de un par de horas voy a un sitio hacer tramites, lo dejo en un parking y al bajarme y cerrar la puerta, me cargo el cierre de la puerta y ésta no hay manera de cerrarla. Nada, se me ocurre de llevarlo a mi taller que me pilla a 40 kms de donde estoy, pero con la mano izquierda agarrando de que no se habra la puerta y la derecha pa conducir todo el rato y cambiando marchas, así es que ahora tengo el brazo de popeye. Dejo el coche en el taller, cojo el de mi hermano y a to esto que de camino al curro oigo un ruido muy muy extraño en el motor... llego al curro, y aquí estoy.
Yo no creo que mucho en la suerta y en el gafe, pero vamos, que en esos términos suelo ser una persona afortunada. Si que he tenido algún día malillo, he suspendido dos asignaturas (quizás porque no lo llevaba bien preparado), me han robado el coche, fracturarme un dedo del pie con una botella de butano, quemarme con un soldador de silicona, cosas así. Pero nunca todo el mismo día. Menos mal que mi niña me cuida mucho y de mimitos, que si no, ya me estaría tirando por un puente.