Presupuestos generales de mi casa
Asegura un docto en estas cosas, que la microeconomía doméstica es un claro reflejo de la macroeconomía nacional. (A saber lo qué será eso).
Tras apagar la radio, me viene a la mente un sabio consejo de mi abuela: «lo mejor es curarse en salud», así que voy a seguir el ejemplo impuesto por los que se supone que sí saben de números y dineritos, a fin de reducir mi deficitaria economía personal.
Educación: se acabaron las clases de cocina zulú.
Cultura: Ni cine, ni teatro, ni canal +. Cancelada la suscripción a las obras completas de Corín Tellado. Sustituyo el gym por el senderismo, que por algo vivo en la sierra. De tres libros al mes, paso a dos. Eso sí, exigiré que sean muy buenos.
Exteriores: La casa del pueblo, cerrada hasta nuevo aviso. Con la pena, pero la asistencia a compromisos ineludibles no irá acompañada con ofrendas. Es decir, ni vinos ni postres.
Sanidad: Me despido del fisioterapeuta. El dolor del hombro lo espanto con dos de un buen genérico. Suspendido el bono del spa. Las gafas de farmacia me resultan muy modernas.
Defensa: Lo siento, Seguritas, pero mi perro ladra más.
Interior: Pospuesta la idea de cambiar el sofá. La verdad es que ya se ha hecho a mí y le tengo mucho cariño. Con una funda aguantará hasta el 2015, seguro.
Medio ambiente: Es el mejor momento para dejar de fumar.
Seguridad: A partir de hoy, los Durex comfort los compra él.
Cooperación: De cada tres tazas de azúcar y menudeos varios, que es la media mensual que suele requerir la despistada de mi vecina, la reduciré a una tacita con un par de huevos.
Fomento: Nada de peajes. Las carreteras nacionales y comarcales ofrecen a la vista hermosos paisajes y bares de los de toda la vida.
I+D+I: La Tablet tendrá que esperar. El ADSL de mi vecino funciona a una más que correcta velocidad.
Dependencia: Derogada. Mi hija es casi mil eurista.
Servicio público de empleo: Mira que me duele, pero ya no podré participar en el campeonato de mus, por lo que Pedro, el camarero, se quedará sin clientes vespertinos. Lo de la petanka también sufrirá severos reajustes: de tres duros la apuesta, baja a un durillo, por lo cual, Pedro el camarero, tampoco tendrá clientes a la hora del vermú.
Agricultura: Decidido, voy a poner el huerto en marcha.
Cambio climático: Las velas crean un ambiente muy cálido en las habitaciones. Para la calefacción, aprovecharé mis caminatas por la sierra para traerme algo que quemar en la estufa. Resulta tan acogedora. Los baños helados son muy buenos para la circulación. La bicicleta no contamina, además de hacerte un trasero de miedo.
Hacienda: Si no trabajo, no pago. La perspectiva de trabajar es igual de negativa que la declaración que voy a presentar.
Iglesia: Se queda tal cual. Allá donde esté, que a día de hoy, la sigo ignorando…
http://alejandradiazortiz.wordpress.com/2012/04/04/presupuestos-generales-de-mi-casa/