Teo Tormo escribió:
Que pareciera libre no era más que una circunstancia temporal dada por la falta de implantación de ciertos recursos tecnológicos de control por parte de las empresas, y por la lenta adaptación de la justicia a los cambios sociales (esto último históricamente siempre ha sido así). El internet que hay ahora es exactamente el internet que las grandes empresas tecnológicas han querido crear desde siempre, sin más.
De acuerdo.
Teo Tormo escribió:
¿Monopolios? Es lo que pasa cuando eres mucho mejor que la competencia, sobre todo si tu competencia no existe por méritos propios si no porque bancos e inversionistas diversos le han dado su dinero a cualquiera con palabrería y un logotipo resultón a ver si les sonaba la flauta. Al final los listos de la clase se quedan con todo eso poco a poco.
En eso ya no tanto, tampoco es que suponga una novedad; pero más que los listos de la clase; los poderosos de la clase.
Pero, vamos, que no hay nada en ningún sitio si no es cambio de algo, todo tiene costes (y cada vez mayores), llevo años prediciendo que el gratis se va a acabar deforma precipitada, una pena para los que no hayan aprovechado todos estos años y una alegría para los que sí.
Que, en otro orden de cosas, o, más bien, bajo otro prisma (el del lamento y la vindicación) cada vez se está imponiendo una forma de existencia y convivencia presidida por lo inevitable, la escasez y un decremento de la libertad de movimiento por mor de la salvación del planeta sin duda; pero no creo que sentirse ultraliberal o simpatizar con Ayuso o ultranacionalistas (o, por el contrario caer, recaer más bien, en la contra de EEUU) vaya a traer a esos países y votantes más que nuevas desgracias y frustraciones.
Se ha invertido mucho durante mucho tiempo en cambiar el mercado, a algunos no les dará más que para cosas que van a menos como son las redes sociales, y, como lo que tendrán que compartir será poco o mejor no compartirlo, se reducirán más todavía.
Se tendrá que recurrir más a la prohibición y los cierres contra el pirateo; pero tampoco del todo, si es que se verifica un colapso por inflación entre otras causas, ya que con cuatro pudientes no puede vivir ni las empresas de programas ni de contenidos como Netflix.
Todo depende de cuan grande va a ser el hostión y de a cuantos afecta (que no será igual en todas las zonas del planeta, como de costumbre).
Queda por dilucidar cuál va a ser el contrato social, si descarnado al máximo, o va a seguir habiendo caramelitos y engañiflas o si va sostenerse un sustento basado en el salario, que cada vez parece menos probable.
También queda por ver el peso de Asia Pacífico y África, la primera parece promisoria y la segunda condenada permanentemente a la miseria; pero China está invirtiendo mucho en el continente africano y hay formas de economía e internet que no son Google.
Creo que Europa pasará por apuros y Sudamérica aún más.
Sin más, que habrá otras cosas y menos ganas de contarse las vidas, se sobrevivirá sin tanta fabulación de vidas brillantes.
Puede que crezca el sexo por la red, eso de la pulsión sexual parece que sobrevive, y, si no hay sustitutos, puede que sea una alternativa de entretenimiento.
Lo que no tengo duda es que lo digital y lo telemático es un camino ganador puesto que requieren menos energía y movimiento, el que no haya entendido lo digital ya es un cadáver y cosas que ahora son importantes como el turismo se reducirán en cuantía (no que desaparezcan) y habrá sectores que desaparezcan (gasolineras, talleres mecánicos tradicionales, industria del automóvil en España, por proponer algunos ejemplos).
Cuando llevemos algunas generaciones de alienación y aburrimiento, igual se revitalizan los conciertos y aparece un nuevo estilo y una nueva forma de entretenerse en casa: el rock y aprender a tocar la guitarra.
Así que, como en todo tránsito: habrá cosas que nos parezcan más feas y otras más bonitas (a según quiénes), yo creo que veré las feas; pero, bueno, ya vi bastantes bonitas, el que no será nada bonito seré yo.