Recuerdo que alguien me dijo “tienes que escucharla”, la escuche poco después en la tele y me dije, pufff, que fraude, no ella que hace lo que puede sino los que la venden como una eminencia vocal, como un diamante en bruto, ná de ná, no canta mal pero no tiene voz, tiene algo de oreja y modulación (siempre igual), y ya, ni potencia, ni timbre, ni duende, ni conocimiento musical, ni alma, ni ná de ná, la música que le han colao es más de lo mismo, eso sí pa la plebe de sobra, y además la utilizan políticamente como fenómeno de masas. Es otra todo en uno, otra “tonta útil”. Un producto meramente estético e ideológico. Musicalmente ná de ná. Dudo que ella misma sea consciente de todo esto.
Estoy seguro que esta mujer puede hacer mucho más por la música, el problema es el de siempre, el producto comercial para todo el mundo, el precio a pagar es que en vez de realizar un trabajo artístico al final el resultado es comida rápida recalentada. Más de lo mismo.
¿Flamenco?
Si buscan cantaoras escuchen a María Vargas, Remedios Amaya, Lolita de Triana, Tía Anica la Piriñaca, Aurora Vargas, Bernarda de Utrera…y luego lo comparan con Rosalía “cantando” flamenco (hay algún video por la red), si no encuentran diferencias posiblemente no hayan escuchado flamenco en la vida ni sepan lo que es realmente. Y no hablo desde el puritanismo, de hecho soy antipurista en cualquier disciplina, pero el todo vale no puede ser una referencia de nada. No es que sea cante blanco o incluso copla, es que directamente no es flamenco aunque lo llamen buleá o solería. Se puede incluso escuchar flamenco moderno donde la esencia y el sonido respeta la naturaleza del género, sin destrozarlo, sin devaluarlo, pero para eso hay que saber primero lo que es el flamenco y lo que es la música. Nada hecho para las masas puede ser una buena obra artística y para hacer cosas comerciales ya hay grandes artistas que le dan mil vueltas a las Rosalías y los Rosalíos de turno. Dentro de la mediocridad estéril sí se puede considerar relevante.
El flamenco tiene una personalidad sobria, es su característica más relevante, sin distracciones innecesarias ni barroquismos estilísticos, nace de la angustia y la fugaz alegría anónima inherente al ser humano (como la mayoría de la música raíz) y en su largo camino se normaliza en patrones y estos a su vez se formalizan en todo un compendio de palos con un origen y una razón de ser, la MTV no es su razón de ser, vender millones de copias no es su razón de ser, ser trending topic tampoco.
Si Vargas, Mairena o Terremoto levantaran la cabeza se partirían de risa con el “flamenco” o flamenquillo de hoy en día. El mismo Mercé, cantaor reconocido, lleva como 20 años sin hacer flamenco, un señor que desde los 10 años sabía lo que era el flamenco y con 18 lo dominaba en toda su extensión saca discos ahora para anunciar el corte inglés y poco más. Es flamenco (él) porque sabe lo que es el flamenco aunque sus últimos trabajos no lo sean, para considerar a Rosalía flamenca primero habría que oírla cantando flamenco, algo que no ha hecho todavía y posiblemente nunca podrá por falta de voz y sobre todo de conocimiento, ¿Os imagináis a Epi y Blas cantando flamenco con sus vocecillas nasales?, pues esto igual, aunque supieran cantarlo no tienen voz para llevarlo a cabo, aunque no es solo un problema de timbre o potencia, escuchen al payo Luis Caballero, sin timbre, sin potencia, o a Manolo Caracol igual, pero la melosidad, la dulzura, el contexto, el saber estar, el control sobre el cante, la necesidad del cante les hace flamencos. Miguel Poveda, Bernardo el de los Lobitos, el Niño de Almadén, Pericón de Cádiz, Porrina de Badajoz, Enrique Morente, no tienen la voz rota ni hacen un cante negro, pero dentro de su cante hay conocimiento de lo que hacen de sobra, algunos incluso mejor que muchos cantaores y cantaoras de cante negro, recuerdan de donde viene todo, no utilizan el flamenco para conseguir un fin, el fin mismo es el flamenco. Un palo ligero como puede ser un fandango de Huelva o un mirabras se puede hacer negro si lo canta el Chaqueta o el Chocolate, un palo denso como la siguiriya o la liviana puede hacerse blanco si lo canta Roque Montoya o Estrella Morente, pero sigue siendo flamenco porque mantiene la esencia del palo, es la grandeza del flamenco, cada uno o una lo canta como lo siente y puede, pero conociendo lo que se está haciendo. Lo de Rosalía con el flamenco es un corta pega sin sentido además de que no está capacitada para cantar ese estilo musical por carecer de voz y conocimiento, me gustaría verla cantando una jabera o una media granaína, una taranta, una alborea, unos cabales, una caña o un polo, tientos, rondeñas, verdiales, cantiñas, alegrías, cartageneras, malagueñas, soleares, serranas, peteneras, saetas, deblas, tonas, martinetes, tangos, tientos o cualquier otra especialidad, no hace falta saber cantarlo todo, poco gente lo ha hecho, pero vamos por lo menos conocerlo, la bulería, la solea y el tanguillo allá abajo lo cantan hasta los mudos, pero bien hecho eso ya es otro cantar.
Y saliendo del flamenco, conozco mujeres que le dan mil vueltas a Rosalía cantando y ni se dedican profesionalmente a ello. Como Rosalía dentro y fuera del panorama musical hay millones, no tiene absolutamente nada de especial como para haber rellenado miles de artículos y espacios televisivos. Es más, le falta voz, algo imprescindible para dedicarse a cantar lo que sea.
Rosalía vale mucho, seguramente, pero así no demuestra nada, por lo menos musical y artísticamente hablando.
El “Rosalía Bulerías” que habéis colgado evidencia lo que digo, desde mi humilde opinión personal es patético; si yo fuera el guitarrista la rompía la guitarra en la cabeza a lo Jimi Hendrix aunque él tampoco es que sea un portento de la seis cuerdas, tampoco es que pueda hacer mucho en esas condiciones, su falta se notaría mucho más si estuviera acompañando a Camarón pero el pobre hace lo que puede. He visto cosas peores todo hay que decirlo.
¿La mediocridad es el legado de esta era?, eso parece pero no creo, simplemente la música de calidad no se mueve por los circuitos comerciales o populares, creo que hay mas creatividad y arte que en ningún momento de la historia pero no lo vemos porque estamos pendientes de las Rosalías y los Rosalíos de turno, que son una plaga premeditada por productores y comerciales de alpiste y piensos al por mayor.
Nunca hubo tanto arte, nunca fue tan difícil de localizar, demasiado intrusismo artístico.
Al que le guste que lo disfrute, no hay más.
Todo sea dicho desde el respeto al trabajo y a la dedicación de quién sea.
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