Alligator escribió:
Creo que no me arriesgaré a crear contenido con todo el trabajo que conlleva para que después me cierren el canal.
Harás muy bien, las clases que las paguen los alumnos e el estado.
Además no me queda nada claro que con las nuevas normas no estés expuesto a que, ante la duda, te retiren el vídeo por no respetar los derechos de la discográfica, editorial, gestora de derechos de autor de turno, etc.
La verdad es que, en la práctica, se ha demostrado que de la idea original de compartir vídeos y opiniones se ha pasado a una sobresaturación de idioteces buscando idiotas en lo que se salva un 10 o un 20%, una pena, porque hay canales verdaderamente buenos y era una alternativa de hecho a las plataformas de contenidos y no digamos a las cadenas de radiotevisión, (que a saber si no tienen que ver con el emputecimiento de Youtube).
Para mí es una putada porque dedico al día entre tres y seis horas en perseguir al idiota en esa plataforma (ya que aquí ni puedo ni tiene sentido y realmente es Youtube lo que reúne la mayor cantidad de idiotas en el mundo, después de España en su conjunto...); aunque no voy a esagerar de ese tiempo, más de la mitad, bastante más, es por disfrute de esos canales inteligentes, con buena divulgación, o totalmente especializados, no todos los youtuberos son charlatanes con esa cantinela abominable de tombolero (aunque, sí, es lo que predomina).
Llama la atención de que en los mejores canales se está consolidando el concepto de suscripción, y me parece que suscripciones hasta de unos cinco pavos mensuales por ver al Txatarrista con emoticonos y adelanto de vídeos, por muy simpático y buena baba que tenga Mikel, lo deja para mi afines, y a nada que se sea un poco ávido como yo (aunque sea de abominaciones) lo hace casi prohibitivo para la mayoría, y más tal y como está el percal.
En conclusión, que volveremos al libro de texto, aunque sea electrónico, a los contenidos certificados y calificados (que por mí podrá ser mañana mismo vistas las demencias que se han llegado a leer en montones de canales, no sólo los puros de conspiranoia, buena parte de los militaristas y casi todos los de berrinche contra el gobierno o la OMS por los contratiempos tan graves de la pandemia. Ese internet colaborativo y alegre, de hacer lo que a uno le parecía, se ha demostrado perverso en bastantes casos y ya no interesa. Tuvo sus cosos entretenidas.