Cuando vine a la capital del reino, yo con ese "charme" tan de capital de provincias norteña, me chocó ese Madrid abundante, tam chelí, tan barrobajero, tan de "gallinejas" y de cartelón hortera de la Gran Vía.
Pero, la Universidad primero, y la globalización y los años después, me hicieron irme sintiendo cada vez más madrileño.
La verdad es que tardé muchos años en venir a Madrid y viajé mucho antes a Bracelona; no digamos cuando la época del Celeste ( hace 30 años) Barcelona aventajaba entonces en cosmopolitismo y modernidad a la Capital de España. Allí iba a ver a Oriol Tranvía ,Secta Sónica, La Compañía Eléctrica Dharma, a Al di Meola... En Madrid todavía no había comenzado la "Movida".
La verdad es que aquel Madrid era más castizo, mas inocente y más acojedor.
Un día de estas vacaciones fuimos al Zoo, con mi hija pequeña. Me sentí madrileño para siempre ( y eso que había pensado pedir asilo político a Logroño para que me rescatase del Madrid de las obras y las multas de Gallardón).
A pesar de que pensamos que .esa vez sí, no habría mucha gente en la Casa de Campo ( siempre nos pasa lo mismo), había una caterva de familas vacacionistas en tránsito por la península que habían pensado en Madrid y , más concretamente, en el Zoo de mi ciudad para hacer una parada. No se si eran sus gritos, sus acentos ( igual habia algún riojano), la felicidad de Acua Park de la que estaban sobredosificados; pero, ¡qué chabacanería!, ¡Qué abuso de la paciencia de los monos y felinos!. Por más que está en letras para miopes el cartel de " No dar de comer a los animales" una gorda bronceada no paraba de echar piruletas y "palotes" al os monos.
Me enfadó que no supiesen respetar al Zoo de mi ciudad, que se creyeran que era una parada técnica puesta en el mapa por la DGT.
No señores, cuando Vds. vienen a Madrid y entran por Avda. de América o pasan por la Castellana, aquellos edificios capitalinos, además de un telón de fondo, acojen personas, detrás de aquellas ventanas hay,como en sus ciudades, gente, más o menos pudiente, más o menos cañí; pero gente que tiene mérito de resistir ( como resistía el Madrid republicano o el napoleónico) las obras y las multas de nuesro alcalde.
Valerosa gente esta de Madrid.