¡Jimi!
Qué pedazo de tema, qué ganas tengo de que termines el disco, para guardarlo todo junto y escucharlo de un tirón. Te está quedando una obra buenísima, con mucha uniformidad en el sonido de todos los temas por supuesto pero con la suficiente variedad, y sobre todo con una personalidad propia en cada canción, esto es de lo mejorcito que estoy oyendo últimamente.
Lo primero en que me he fijado, es en lo fiel que has sido al título, este es un desorden menos caótico, menos agresivo y oscuro, es más agradable de oir, más llevadero, por supesto dentro de que está en la línea de la obra a la que pertenece. En realidad es como el amor, es más bontio, incluso suenan campanitas de vez en cuando por ahí.
Como siempre, el trabajo que haces con las guitarras es para quitarse el sombrero, tienes una variedad de recursos envidiable, ya me gustaría a mí que se me ocurrieran tantas cosas distitnas para mis canciones, están por todas partes, dando cuerpo, dando colorido, dando brillo... las hay de todas clases y cada una cumpliendo su cometido perfectamente. En concreto la que más me ha gustado es la solista, me ha recordado a la maestría de Satriani, en el sonido y en la calidad de la ejecución, sobre todo por la aparente facilidad con la que está ejecutada, sin aspavientos, como si fuera lo más normal del mundo tocar a esa velocidad y con ese buen hacer. Me ha gustado mucho la discursión de las dos guitarras al final del tema, una forma muy chula de representar la pelea entre la pareja.
También me ha gustado mucho el trabajo hecho con los teclados, están muy bien metidos para meter brillo, o para dar el ambiente requerido en cada momento, pero sin llamar la atención, casi no se notan si no te fijas en ellos, son los que van creando el ambiente en cada momento, al principio todo es bonito y suenan campanitas y al final, cuando las dos guitarras están ya ensalzadas en plena discursión, te crean el ambiente que te dice que la cosa no va a acabar bien.
Muchas felicidades Jimi, un pedazo de canción, a la altura del resto de desórdenes mentales, lo dicho, qué ganas tengo de que acabes el disco...
Saludos.