Buenos días.
Alguien escribió:
el ORTF con es capsulas cardioides?
Efectivamente.
Alguien escribió:
Te refieres a este caso, o en general? Yo creo que sí que se emplean técnicas estéreo para grabar en directo, pero cuando se hace en estudio se utilizan muchos micros.
Otra cosa es que con los que aquí se disponen, sea más aconsejable reducir la mezcla a dos o tres...
De todo hay. Yo he tomado parte en unas pocas grabaciones y he visto de todo. En general, en directo siempre técnicas estéreo (aunque una vez nos rodearon a todos los músicos de carísimos Schoeps, y sí, era en directo). Cuando se graba para editar disco (digamos "en estudio"), también he visto de todo: técnicas Mid-side, AB, Blumlein (nunca me cansaré de aconsejar esta técnica por los excelentes resultados que da), Decca-tree reforzando con micros "zonales", ORTF (aunque parezca mentira, la han usado con nosotros para grabaciones "de estudio" y funciona, vaya si funciona...). Incluso para una banda sonora, que puede ser algo más "contemporáneo" a la hora de grabar, por buscar un sonido más contundente y moderno, más próximo a las captaciones cercanas como se hace en la música comercial, tiraron con una ORTF y los resultados eran de meter miedo (no en vano, la película era de terror
). En una ópera, utilizaron AB con PZM´s en las paredes del foso y funcionó. Para música antigua, en Snape Maltings (Meca para todo el que quiera grabar este tipo de música) usan este tipo de técnicas estéreo, tan sencillitas ellas.
Estas técnicas valen para grabar desde una guitarra solista (por poner un ejmplo) hasta una orquesta de 75 tíos. Son muy polivalentes, y siempre dan un resultado muy natural (nosotros sólo tenemos dos oídos, y aún así, no tenemos ningún problema para captar la música con todas sus sutilezas).
Como dicen, no hay técnicas malas, sino malas aplicaciones: si grabas con un micro Fischer Price y suena bien, tira millas; si grabas con 200 Schoeps y suena como el culo...¡retírate!
(groovyswing lleva en su firma un dicho de no recuerdo qué ingeniero que dice: "si suena bien, está bien"). En general, el uso de técnicas sencillas o meter micros a todo bicho viviente, lleva implícita una filosofía de hacer música (grabar puede considerarse, hoy en día, hacer música).
Muchos micros implican dejar el trabajo musical al ingeniero en vez de al director por lo siguiente:
- El ingeniero no se resistirá a mover niveles a su antojo, echando por tierra los que ya le dan el director y los músicos con su trabajo.
- El ingeniero utilizará EQ según le venga en gana, negando el sonido de cada instrumentista (algo que es sello y marca de cada músico, algo por lo que se le puede llegar a conocer).
- Colocará los instrumentos en el campo estéreo de forma artificial (dada la propia naturaleza de la toma multimicrofónica, que no capta el todo, sino muchas individualidades), pues tendrá un mosaico (que por muy bien hecho que esté, siempre se ven las uniones entre piezas) en vez de un todo coherente.
- Cuando quiera destacar una sección (¡qué manía, si eso ya lo hacen los músicos!), destacará inevitablemente otra debido al "leackage".
- Las reverbs serán antinaturales por el hecho de ser muchas y distintas, pues cada micro, colocado en distintos puntos de la sala, captará una diferente.
- Los problemas de fase, con micros a diferentes distancias y las cápsulas apuntando a distintos planos, pueden ser brutales.
- El sonido de los instrumentos, captado de cerca, suele ser bastante feo (aparte de que se captan ruidos de llaves, arcos, respiraciones..., sólo se capta una porción de la radiación acústica total de ese instrumento, lo que hace que cambie el timbre drásticamente).
- Montar "chorrocientos" micros lleva tiempo, es caro y es muy difícil de hacer bien. Montar dos lleva poco tiempo, es barato y es (digámoslo así) menos difícil (porque hacerlo bien, como todo en esta vida, tampoco es fácil).
En Inglaterra (país al que siempre miro cuando se trata de grabación de música clásica, pues nos llevan años de ventaja), no tienen ningún problema en usar las técnicas "single point" en estudio, y orquestas como St. Martin in the Fields, se graban así sin ningún trauma. El problema es que pensamos que con más micros el resultado va a ser mejor y, otra vez aprendido en Inglaterra, "less is more". Allí conocen a los técnicos con ganas de toquetear la mesa como "knob twisters"... dejemos a los músicos y al director que hagan su trabajo, y el técnico que haga el suyo sin meterse en camisa de once varas.
Con todo esto, no quiero decir que las técnicas multimicrofónicas no valgan (estaría nagando una buena parte de los discos que hay en el mercado
); cada cosa tiene su "eso", y aconsejar a alguien que empieza que se meta en berenjenales que no controla, puede ser contraproducente.
De verdad os digo que con técnicas tan sencillas, se consiguen unos resultados sorprendentes.
Un saludo.