Mano de Santo: Expresión atribuída a Monseñor Escribá de Balaguer acto seguido de endiñarle un majestuoso sopapo de lleno en todo un ojo (el de arriba, para más señas) a un seminarista en ciernes mientras dábase mucho, pero que mucho, amor propio. Cuenta la leyenda que el seminarista de ojos morados después del triste suceso necesitó del uso de lentes para sus ojos. Las malas lenguas aseveraban que el famoso dicho 'No te toques o te quedarás ciego' viene de ahí. El chico de lentes acabó haciendo fotos para la revista Vida Religiosa e ingresando en la Órden de los Carmelitas, afines a lentes y fotos.
Otras malas lenguas atribuyen el dicho de "¡Qué ricos huesillos de Santo!" al hostiazo que rompiole, en defensa propia, huesos de la cara al combativo Balaguer. Esto nunca se pudo comprobar
Otras malas lenguas atribuyen el dicho de "¡Qué ricos huesillos de Santo!" al hostiazo que rompiole, en defensa propia, huesos de la cara al combativo Balaguer. Esto nunca se pudo comprobar