En un principio no encontraba nada, ni tan siquiera la empresa que en su momento me mando la moto desde Valencia a Stuttgart meses atrás. Al final, una empresa española me dijo que tenía disponibilidad de fechas, y que HOY estaría un vehículo alrededor de las 15:00 de la tarde en la puerta de mi casa para recoger a Edelweiss.
Hasta ahí todo bien. Hoy a las 14:00 me llama el chaval que venía a recoger la moto, estaba efectivamente en mi calle esperando, todo pintaba perfecto, de momento todo cumplía como tocaba.
Mi sorpresa es cuando saco a Edelweiss del garaje, y le digo al chaval que abra la furgona y saque la rampa para meter la moto. Al abrir las puertas traseras adivino en su rostro un expresión de incertidumbre, acojono y un frío sudor recorriendo su espalda. Efectivamente adivino que alguna cagada supina está apunto de acontecer.
Se había dejado la rampa para cargar la moto en España, bravo . . . aplausos por favor. Lo mejor de todo es que había venido expresamente a recoger mi moto. Alucinando me he quedado.
-podemos tratar de subirla a pulso- me díce
-la llevas clara chaval-
Efectivamente, ni lo hemos intentado, ya estaba adivinando los 400Kg de Edelweiss esparcidos por el suelo. Entre 3 o 4 persona habría sido algo menos complicado, pero entre dos ni de coña. Aparte de que la distancia del escalón desde el suelo hasta la caja del furgón era de aprox 5 palmos, una altura nada desdeñable.
El chaval me miraba y a mi y a la moto, y no paraba de llevarse las manos a la cabeza mientras murmuraba algo en rumano que no llegaba a entender (si, el chofer era rumano). Llama a su jefe y le cuenta lo sucedido, ante lo que adivino la bronca que le van a pegar, las he recibido similares con y sin razón en algunos momentos. Pero no creo que nunca la hubiera cometido de semejante envergadura.
El jefe le dice que encuentre una rampa como sea. Así que al final le escribo en un papel un par de frases en alemán para que se entienda, y le doy la dirección del único lugar en el que teóricamente podría comprar una rampa.
En es momento, y tras varios meses de amenaza, el cielo rompe a nevar. Perfecto, ya me veo yo en una hora, cuando el chaval vuelva con la rampa cargar la moto en medio de esta ventisca que empieza a formarse.
Al final ni lo uno ni lo otro, lo que parecía que iba a ser un apocalipsis blanco, al final se amainado y se ha convertido en una lluvia maricona que no da miedo ni ná. Y el chaval me ha llamado diciendo que no hay rampas en ningún lado de los que ha ido. Que no reciben hasta dentro de 3 días.
Así que le toca volverse a España en vacío. Al rato me ha llamado su jefe pidiéndome disculpas que el Jueves tiene un vehículo que vuelve de Inglaterra y pueden recogerme la moto. Eso espero.
Soy de los que piensan que cuando uno curra se equivoca, y no tiendo a buscar culpables, prefiero una solución antes que ponerme a buscar quién tiene la culpa, una vez esté todo solucionado ya se verá. Al chofer le espera un marrón de los buenos cuando llegue a Madrid.
Ya veremos como amanece el Jueves.