Para quien quiera recuperar las comisiones bancarias
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Pero a quién se le ocurre. BBVA es uno de los bancos que más comisiones cobra. Por no hablar del morro que se gastan abriendo productos sin el consentimiento de sus clientes para llegar a los objetivos mensuales. Hoy vinieron por hacienda dos matrimonios, a los que les habían abiertos un plan de pensiones (flipa) y un seguro, sin el consentimiento de ellos. De hecho, hasta que no les dije yo lo que aparecía en los datos fiscales no tenían ni puta idea.
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#9 La aristocracia ya no es lo que era...
Un conde veneciano robaba cuadros a sus amigos nobles y sustituía las obras originales por copias.
Ninguno de los propietarios se enteró.
La historia es de película. Pero la realidad, como en tantas ocasiones supera la ficción. Un conde veneciano caído en desgracia y con falta de liquidez, el setenteañero Cristiano Barozzi, robaba obras de arte a otros amigos nobles y ricas familias aristocráticas de Venecia para volver él a su esplendor de épocas pasadas.
El conde Cristiano Baruzzi, muy conocido en Venecia y con gran sensibilidad por el arte, se convirtió en un “artista” de lo falso, engañando así, en una operación sin precedentes a sus amigos.
Hacía fotos y vídeos a los cuadros más interesantes de sus amistades, los reproducía idénticos mediante un sistema digital, éstos le servían para sustituir a los originales, los cuales revendía al estar bien introducido en el mundo de los anticuarios. Aparentemente muy sencillo, y eficaz.
Los dueños no se enteraban porque el conde Baruzzi se preocupaba de enmarcar los cuadros falsos en sus marcos originales. Utilizaba otro truco: escogía las obras de arte de la casa que tenían menos iluminación. De esta forma, los propietarios , generalmente ausentes, difícilmente se percataban de que en lugar de sus viejas telas solamente había una serigrafía realizada, eso sí, con las más sofisticadas técnicas digitales, oportunamente envejecidas con pinturas y barnices. Al tener el marco original, ninguno de los propietarios llegó a percatarse del robo y del engaño.
Un conde veneciano robaba cuadros a sus amigos nobles y sustituía las obras originales por copias.
Ninguno de los propietarios se enteró.
La historia es de película. Pero la realidad, como en tantas ocasiones supera la ficción. Un conde veneciano caído en desgracia y con falta de liquidez, el setenteañero Cristiano Barozzi, robaba obras de arte a otros amigos nobles y ricas familias aristocráticas de Venecia para volver él a su esplendor de épocas pasadas.
El conde Cristiano Baruzzi, muy conocido en Venecia y con gran sensibilidad por el arte, se convirtió en un “artista” de lo falso, engañando así, en una operación sin precedentes a sus amigos.
Hacía fotos y vídeos a los cuadros más interesantes de sus amistades, los reproducía idénticos mediante un sistema digital, éstos le servían para sustituir a los originales, los cuales revendía al estar bien introducido en el mundo de los anticuarios. Aparentemente muy sencillo, y eficaz.
Los dueños no se enteraban porque el conde Baruzzi se preocupaba de enmarcar los cuadros falsos en sus marcos originales. Utilizaba otro truco: escogía las obras de arte de la casa que tenían menos iluminación. De esta forma, los propietarios , generalmente ausentes, difícilmente se percataban de que en lugar de sus viejas telas solamente había una serigrafía realizada, eso sí, con las más sofisticadas técnicas digitales, oportunamente envejecidas con pinturas y barnices. Al tener el marco original, ninguno de los propietarios llegó a percatarse del robo y del engaño.
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