#15 Tu escribirás tu amorío con la médico del centro de salud?
Primer concurso de relato erótico-musical Hispacoñic
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Sí, estás admitido, no hay porcentaje ; pero vale con que haya una mpieza musical, una música fe fondo como hilo conductor, el relato puede o no estar escrito por un músico o un dj, hasta los produstores se admiten; pero tiene tener un trasunto en la actividad o profesión habitual en esta comunidad, por ejemplo, vale un revolcón entre un técnico de luces y uno de monitores o como alguien se acaba quedando con las bragas de una representante artística y, ppr error, las coloca fe antipop frente a un 414 (os ahorro la gracia, "pero, ¿no era este AKG de transistores?"), o un uso indebido de un trombón.
Bueno, empecemos. Este me lo han contado:
¡Ya está...! Se levanto despacio. Había sido una experiencia fuerte. Soñó con una gran piedra al pie de un árbol e imaginó la savia subiendo por el tronco y como ella posaba sus manos suavemente en sus rugosidades.
Se había concentrado durante varios días en no pensar mucho, pero es que era más difícil de lo que parecía en un principio. El contorno de su carita junto al escaparate le había llamado la atención. Entró en la tienda y pidió ver aquel jersey azul celeste que llevaba la maniquí tan ajustado, en el escaparate. Ella le sonrió y preguntó inocente de que taya sería... -más o menos la tuya- dijo recorriéndola con la mirada unos segundos. Mientras ella se volvía para ir a buscarlo en los altavoces comenzó a sonar una alegre canción: "Lo estás haciendo muy bien, muy bien..."
¡Ya está...! Se levanto despacio. Había sido una experiencia fuerte. Soñó con una gran piedra al pie de un árbol e imaginó la savia subiendo por el tronco y como ella posaba sus manos suavemente en sus rugosidades.
Se había concentrado durante varios días en no pensar mucho, pero es que era más difícil de lo que parecía en un principio. El contorno de su carita junto al escaparate le había llamado la atención. Entró en la tienda y pidió ver aquel jersey azul celeste que llevaba la maniquí tan ajustado, en el escaparate. Ella le sonrió y preguntó inocente de que taya sería... -más o menos la tuya- dijo recorriéndola con la mirada unos segundos. Mientras ella se volvía para ir a buscarlo en los altavoces comenzó a sonar una alegre canción: "Lo estás haciendo muy bien, muy bien..."
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