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El maltrato animal en España es un problema social grave y con raíces muy profundas. Para entender hasta qué punto en nuestro país tenemos un largo camino que recorrer respecto a nuestros vecinos europeos, basta con echar un vistazo al gran número de festejos populares a lo ancho y largo de nuestra geografía que están basados en la tortura y muerte de algún animal.
En cuanto a los perros y gatos las cifras son también estremecedoras, pues nada más y nada menos que 200.000 son anualmente víctimas de abandono y malos tratos. Entre ellos, hay que destacar especialmente los perros destinados a la caza. Galgos, podencos, bretones, bracos y otras razas son desgraciadamente tratados como “herramientas de usar y tirar” y miles de ellos son abandonados o cruelmente asesinados al terminar la temporada cinegética
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Lamentablemente las penas por maltrato animal en muchos casos son menores que las multas que la policía te puede poner por no tener al perro con chip, con sus vacunas correspondientes o no recoger las cacas del mismo ( por lo menos aquí en Barcelona).
Por otro lado lo de denunciar en un pueblo pequeño ( donde se suele dar con mayor frecuencia lo de abandono de perros o maltrato etc) es algo peliagudo. Lo de conocer al maltratador personalmente o conocer a su circulo de amistades, saber que no es una persona fácil etc, hace que muchas veces no se denuncie o cueste poner una denuncia. Pero siempre hay medios. Hace poco un chico de un pueblo andaluz se encontró una podenca, estaba en muy malas condiciones,. La cuidó, la llevó al veterinario pues estaba enferma. Al poco tiempo el dueño, un cazador, se enteró que la perra estaba bien y la reclamó con amenazas. El chico no se atrevía a salir de casa. El problema es que la perra tenia chip, pero sabía que si la devolvía a su dueño este la iba a usar para criar ( la mayoría de los perros que nacen con fines para la caza son desechados como clinex. No todos sirven para ello) y la dejaría todos los días encerrada en una jaula en el campo. Buscó ayuda en grupos animalistas. La solución final fue algo ilegal pero ha sido por el bien de la perra.
En otro caso, este ocurrido aquí en Barcelona. Un grupo de amigas decidieron secuestrar a una perra que estaba siendo maltratada por un grupo de rumanos ( que según los vecinos suelen tener sospechosamente muchos perros de raza). Se denunció la situación de esa perra a la policía ( mossos, aquí en Barcelona no hay Seprona) pero la denuncia debía de hacerla un vecino y ninguno se atrevía a ello por miedo a las represalias de los rumanos. Por tanto se tomo la decisión de coger en un descuido de los rumanos a la perra ( solían dejarla en la calle suelta y sola). Como no tenía chip se llevo a la perrera ( aquí en Barcelona no sacrifican. En otras perreras de España si que los matan) Por la red se ha difundido la situación de la perra. Ahora ha sido adoptada junto a su compañera de jaula por la misma pareja.