Sergio Andrés, hace 10 años, tuvo los "santos cojones" de abrir la puerta del locutorio, después de poner en marcha el magnetofón, agarrar su vieja Egmond afinada en G abierto, enfundarse el slide en el meñique y perpetrar este blues de Johnson con respeto, pero sin miedo, así, del tirón. Cuando terminó, se levanto del taburete agitado todavía, para volver a la cabina y pulsar el stop. Necesitaba un cigarro, al encenderlo notó que le temblaba la mano, no le duró mas de dos caladas; era la primera toma, se disponía a escucharla, pero tenía que ser buena, porque la cosa no consiste en repetir y repetir, esto del blues no funciona así, hay que tumbarlo a la primera y de un solo golpe. No era perfecta, pero a él le bastó, por un momento volvió a soñar con...
No fue en balde, ahora resulta que contra todo pronostico a su hijo le encanta Clapton...
La vida de un hombre puede tener sentido, si sabe tocar el blues con su propio hijo.
Y si Sergio tuvo un par para hacerlo, ¿no los voy a tener yo para colgarlo aqui? si resulta que su hijo también es el mio.
Salut
https:/www.hispasonic.com/musica/walking-blues/11274
p,d. Va por ti, Hector, por ese empujoncito