Nada más

Marifé de Triana

Orquesta Excelsior

Grabación amateur de una actuación en directo que hicimos, año 1981.

Siempre he admirado las 'entradas' en escena de los buenos artistas. En la primera canción ya se han ganado al público; después solo tienen que procurar el mantenimiento de ese interés inicial, e intentar a su vez, que esa atención vaya en aumento hasta el final del show. Los buenos artistas lo consiguen.

No solamente hay que cantar bien, también hay que tener 'garra' (duende, swing, ...,).


Otra cuestión era la ecualización del sonido. Si el cantante/a tenía detrás la orquesta, y si los altavoces monitores no estaban bien regulados, pues no se oía suficiente su voz dentro del escenario, de ahí que siempre estaba reclamando más volumen para su micrófono. Los montadores del material (que solían ser los que manejaban la mesa de mezclas) al hacerles señas de que les diera más volumen a su micro, pensaban para sus adentros (por volumen no va a quedar la cosa), y le daban a ese micro volumen por todo el equipo. Conclusión; en la mayoría de las actuaciones había una descompensación pasmosa en el sonido.

Hoy en día ese equilibrio sonoro está muy cuidado. Hay mejores equipos de amplificación y pesonal más cualificado para manejarlo.
Lo único que 'apostillo' es que esos llamados 'técnicos de sonido' que manejan la amplificación, merced a su constante exposición al alto volumen, suelen haberse quedado un 'poquito' sordos muchos de ellos, y le dan un volumen super excesivo a las etapas de potencia ¡qué ingenuos!, y también ¡qué ingenuos! los que se creen que son más modernos dejándose llevar por ese desenfreno en la potencia acústica. Consecuencia; Imposible escuchar con agrado a menos de un kilómetro de distancia, una música que es merecedora de mejor tratamiento acústico en cualquier lugar, al aire libre, local cerrado, etc.
Ultimamente estoy dejando de asistir a las actuaciones donde llevan mucho aparato de amplificación, porque me tiembla el cuerpo y se me revuelven las tripas. Prefiero asistir a conciertos de música clásica que se escuchan en directo y sin amplificación agregada.