Sin ella
Subido por bicho el 14/09/2015
Descripción
Hola gente, hace tiempo que no publico nada.
No, no se trata de ninguna mujer sino de un animal.
Era un fría tarde de invierno, cuando me asomé a mi ventana. Abajo en el jardín había unas palomas y se me ocurrió tirarles algo de comida (como otras veces). Pero en ese momento bajó otra que no había visto antes y me llamó la atención. Por el plumaje noté que no estaba bien. En una de las disputas con las demás palomas, se paró
en seco y empezó a cojear, se había lastimado una pata, cosa que le acompañaría para el resto de sus dias (después esa pata no la apoyaría normal, y a veces, cuando estaba un tiempo de pie, se apoyaba solo de la otra buena, debió de causarle molestias.
Mientras yo le tiraba comida hacia la zona donde estaba ella, viendo que no podía competir con las demás, decidió subir a mi ventana. Me retiré un poco para que no se asustase y le tiré comida, estaba hambrienta. Y ahí comenzó todo . . . ahí comenzó mi amistad con una paloma libre.
Cada vez cogía más confianza en mí y venía más a mi ventana, hasta el punto de venir ya todos los días. Me agradaba mucho.
Pero un día pensé que no estaba haciendo lo adecuado, pues la paloma debía de buscarse la comida por sí sola y no depender de mí, pues el día que yo no estuviera . . . Así que, en contra de mi voluntad, dejé de darle nada. El primer día estaba ahí, en mi ventana y permaneció horas esperándome, como todos los dias. Al segundo día pasó lo mismo, ella esperandome. Después se fué pero más tarde regresó, incluso se pegó al cristal a ver si podía verme o llamarme la atención. Yo ahí observando todo detrás de la cortina hasta que no pude aguantar más y decidí dejar de hacerlo y fuí a por comida. A partir de ahí, dejé de hacerlo, siempre que la veía en la ventana salí a darle algo. No sé si estaba enferma o era una paloma viejita, pero me daba mucha lástima y consideré que tenía que seguir ayudándola, como así hice.
Deciros que todo esto para mí fué una experiencia extraordinaria, ella cogió cada vez más confianza conmigo, incluso llegó un momento que comía de mi mano y a mí me gustaba también rozarle el plumaje del pecho y se dejaba.
Una tarde me asomé a mi ventana mirando a ver si la veía por el jardín que tengo debajo pero ella estaba después de la verja del jardín, en un recinto que hay después, pero estaba en el suelo. Cuando me vió empezó a moverse de una forma extraña mientras me miraba, como nerviosa. Al poco, intentó el vuelo a mi ventana pero no pudo, apenas se levantó medio metro sobre el suelo.
En ese momento comprendí que apenas podía volar, desconozco el motivo. Se me ocurrió lanzarle con fuerza comida hasta llegar a donde estaba. Así fué. Y esa fué la última tarde que la ví.
Creédme si os digo que todo ésto me sobrecogió, nunca pensé que un animalillo pudiera hacer encogerme tanto el corazón. Ahora sin ella es cuando más la extraño.
Han sido muchos ratos disfrutando de su compañia, ella a medida que pasaban los meses, más cerca rondaba la zona donde está mi ventana. Muchas veces desde ésta me asomaba, la veía y ya me quedaba tranquilo. Incluso los últimos meses ya sabía donde dormía.
Su compañía, sus vuelos hacia mí . . . son tantas cosas . . . que sólo os he hecho un resumen para no hacer más larga esta descripción. Disculpadme por ello, pero era necesario contaros no un cuento sino esta historia real que me ha pasado.
Fueron 7 meses que se dice pronto. Así que su ausencia me afectó bastante los primeros dias/semanas y decidí hacer algo. De ahí que me decidiera a comenzar esta pieza para piano que quiero dedicarle a ella, a mi palomita. Solo os digo que en las sesiones de grabación tuve varias veces que dejarlo porque me entraban ganas de llorar.
Por fín la logre acabar.
Las partes más rápidas significan un poco mi dolor/rabia por no haber hecho más. Lo demás pues . . .
Siempre la recordaré.
La dejo en descarga. Gracias por las escuchas.
No, no se trata de ninguna mujer sino de un animal.
Era un fría tarde de invierno, cuando me asomé a mi ventana. Abajo en el jardín había unas palomas y se me ocurrió tirarles algo de comida (como otras veces). Pero en ese momento bajó otra que no había visto antes y me llamó la atención. Por el plumaje noté que no estaba bien. En una de las disputas con las demás palomas, se paró
en seco y empezó a cojear, se había lastimado una pata, cosa que le acompañaría para el resto de sus dias (después esa pata no la apoyaría normal, y a veces, cuando estaba un tiempo de pie, se apoyaba solo de la otra buena, debió de causarle molestias.
Mientras yo le tiraba comida hacia la zona donde estaba ella, viendo que no podía competir con las demás, decidió subir a mi ventana. Me retiré un poco para que no se asustase y le tiré comida, estaba hambrienta. Y ahí comenzó todo . . . ahí comenzó mi amistad con una paloma libre.
Cada vez cogía más confianza en mí y venía más a mi ventana, hasta el punto de venir ya todos los días. Me agradaba mucho.
Pero un día pensé que no estaba haciendo lo adecuado, pues la paloma debía de buscarse la comida por sí sola y no depender de mí, pues el día que yo no estuviera . . . Así que, en contra de mi voluntad, dejé de darle nada. El primer día estaba ahí, en mi ventana y permaneció horas esperándome, como todos los dias. Al segundo día pasó lo mismo, ella esperandome. Después se fué pero más tarde regresó, incluso se pegó al cristal a ver si podía verme o llamarme la atención. Yo ahí observando todo detrás de la cortina hasta que no pude aguantar más y decidí dejar de hacerlo y fuí a por comida. A partir de ahí, dejé de hacerlo, siempre que la veía en la ventana salí a darle algo. No sé si estaba enferma o era una paloma viejita, pero me daba mucha lástima y consideré que tenía que seguir ayudándola, como así hice.
Deciros que todo esto para mí fué una experiencia extraordinaria, ella cogió cada vez más confianza conmigo, incluso llegó un momento que comía de mi mano y a mí me gustaba también rozarle el plumaje del pecho y se dejaba.
Una tarde me asomé a mi ventana mirando a ver si la veía por el jardín que tengo debajo pero ella estaba después de la verja del jardín, en un recinto que hay después, pero estaba en el suelo. Cuando me vió empezó a moverse de una forma extraña mientras me miraba, como nerviosa. Al poco, intentó el vuelo a mi ventana pero no pudo, apenas se levantó medio metro sobre el suelo.
En ese momento comprendí que apenas podía volar, desconozco el motivo. Se me ocurrió lanzarle con fuerza comida hasta llegar a donde estaba. Así fué. Y esa fué la última tarde que la ví.
Creédme si os digo que todo ésto me sobrecogió, nunca pensé que un animalillo pudiera hacer encogerme tanto el corazón. Ahora sin ella es cuando más la extraño.
Han sido muchos ratos disfrutando de su compañia, ella a medida que pasaban los meses, más cerca rondaba la zona donde está mi ventana. Muchas veces desde ésta me asomaba, la veía y ya me quedaba tranquilo. Incluso los últimos meses ya sabía donde dormía.
Su compañía, sus vuelos hacia mí . . . son tantas cosas . . . que sólo os he hecho un resumen para no hacer más larga esta descripción. Disculpadme por ello, pero era necesario contaros no un cuento sino esta historia real que me ha pasado.
Fueron 7 meses que se dice pronto. Así que su ausencia me afectó bastante los primeros dias/semanas y decidí hacer algo. De ahí que me decidiera a comenzar esta pieza para piano que quiero dedicarle a ella, a mi palomita. Solo os digo que en las sesiones de grabación tuve varias veces que dejarlo porque me entraban ganas de llorar.
Por fín la logre acabar.
Las partes más rápidas significan un poco mi dolor/rabia por no haber hecho más. Lo demás pues . . .
Siempre la recordaré.
La dejo en descarga. Gracias por las escuchas.
Equipo utilizado
Yamaha Moxf6
Descargable
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