Arturia Analog Lab Play, la versión gratuita de un viejo conocido
Noche de Brujas, y ahora también noche de sonidos sintéticos gratuitos, gracias al último lanzamiento de Arturia: Analog Lab Play, un nuevo motor de reproducción de presets basado en el ya bien conocido Analog Lab V, que a partir de hoy pasa a llamarse Analog Lab Pro, para diferenciarse mejor de su recién llegado hermanito.
Arturia Analog Lab Play
Si estáis familiarizados con los Analog Lab V y Analog Lab Intro, entonces poco puedo descubriros sobre el nuevo Analog Lab Play, que básicamente es un instrumento virtual que, al igual que las versiones anteriores, combina síntesis VA y muestras con unos pocos controles con los que modificar los sonidos incluidos, y los que se decida añadir desde la tienda de presets, si es que eso llegase a pasar.
Lo que sí que cambia en Analog Lab Play es la interfaz, porque en este caso tendremos acceso a un panel reducido de opciones con controles básicos, denominado vista Play, sin la posibilidad de realizar ediciones adicionales a las que se muestran en pantalla, como sí se puede hacer en el rebautizado Analog Lab Pro y el Analog Lab Intro, que cuentan con una vista desde la que combinar dos capas de sonidos y con una sección de efectos de lo más apañada.
Dicho esto, cabe mencionar que las versiones Pro e Intro también podrán aprovechar la nueva vista Play, más sencilla y directa, después de instalar la actualización disponible en el Arturia Software Center. Y aunque de serie solo se incluyen 100 preajustes (que pueden dar para mucho ya), aquellos que lo deseen tendrán a su disposición diversos paquetes de sonidos adicionales con precios que, por lo general, se mueven entre los 10 y los 30 euros.
Precio y disponibilidad
El nuevo Analog Lab Play ya está disponible para Windows y macOS en formatos VST2, VST3, AU y AAX para todo aquel que lo quiera descargar sin coste. La descarga requiere registro en la web del desarrollador y la instalación del gestor Arturia Software Center.
Más información: Arturia
Comunicador incansable en materia de tecnología musical. Dicen por ahí que de niño se cayó en una marmita llena de osciladores de baja frecuencia.
