Ferrofish Pulse8 AE, un compacto y potente conversor AD/DA para estudio y directo
Ferrofish es un fabricante alemán que se ha labrado una buena reputación en el mercado de convertidores de audio profesionales. Pero creo que hasta ahora nunca habían explorado la opción de un convertidor compacto, como es el caso del nuevo Pulse8 AE. Un dispositivo de conversión AD/DA que, en palabras de sus creadores, ofrece la conectividad esencial, con una calidad excepcional hasta a 32 bits (lineales) y 192 kHz.
Ferrofish Pulse8 AE
Por si alguien se despista, el nuevo Pulse8 AE no es una interfaz de audio, sino un convertidor AD/DA de diseño compacto pensado para su uso en estudio y en directo. La parte frontal es bastante sencilla, y solo cuenta con una salida de auriculares, un par de botones de función, el control de ganancia y una sección de medición para las entradas y salidas analógicas. Bueno, y con el botón de encendido, pero ese no tiene demasiado misterio.
Eso sí, al echarle un vistazo a su panel trasero, la cosa cambia. Porque ahí encontraremos un juego de puertos de lo más completo formado por ocho entradas y ocho salidas TRS balanceadas (son todas TRS, no hay previos), dos juegos de entradas y salidas ADAT, que darán un máximo virtual de hasta 16 entradas y salidas adicionales a 48 kHz, y entrada y salida word clock.
Adicionalmente hay también entrada y salida MIDI en formato minijack, un puerto DSP Stick que sirve para diversas ampliaciones y un puerto USB-C, para tareas de mantenimiento y control remoto. Todo ello para conformar una solución de conversión con calidad profesional y de lo más versátil ya sea en labores de producción en el estudio, o de directo en un escenario. Según se puede leer en la página web de Ferrofish, es posible montar su nueva unidad en rack con el debido accesorio.
Precio y disponibilidad
El nuevo Pulse8 AE ya se puede ver en algunas tiendas, aunque sin previsión de envío concretada, a un precio oficial de 599 €.
Más información: Ferrofish
Comunicador incansable en materia de tecnología musical. Dicen por ahí que de niño se cayó en una marmita llena de osciladores de baja frecuencia.
